- Aprobación, si procede, del orden del día.
- Aprobación, si procede, del acta de la reunión anterior.
- Informe de actividad por parte del Presidente.
- Análisis y valoración del Decreto-ley 1/2004, del Gobierno de Aragón, relativo a la ejecución de sentencias judiciales en materia de oferta de empleo público.
- Medidas a desarrollar en la campaña contra las tasas de reposición de efectivos de la Ley de Presupuestos Generales del Estado.
- Análisis de la Ley de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno. Medidas a impulsar en la Comunidad Autónoma de Aragón.
- Ruegos y preguntas.
Like the battle of Waterloo, the battle for Scotland was a damn close-run thing. The effects of Thursday’s no vote are enormous – though not as massive as the consequences of a yes would have been.
The vote against independence means, above all, that the 307-year Union survives. It therefore means that the UK remains a G7 economic power and a member of the UN security council. It means Scotland will get more devolution. It means David Cameron will not be forced out. It means any Ed Miliband-led government elected next May has the chance to serve a full term, not find itself without a majority in 2016, when the Scots would have left. It means the pollsters got it right, Madrid will sleep a little more easily, and it means the banks will open on Friday morning as usual.
But the battlefield is still full of resonant lessons. The win, though close, was decisive. It looks like a 54%-46% or thereabouts. That’s not as good as it looked like being a couple of months ago. But it’s a lot more decisive than the recent polls had hinted. Second, it was women who saved the union. In the polls, men were decisively in favour of yes. The yes campaign was in some sense a guy thing. Men wanted to make a break with the Scotland they inhabit. Women didn’t. Third, this was to a significant degree a class vote too. Richer Scotland stuck with the union — so no did very well in a lot of traditonal SNP areas. Poorer Scotland, Labour Scotland, slipped towards yes, handing Glasgow, Dundee and North Lanarkshire to the independence camp. Gordon Brown stopped the slippage from becoming a rout, perhaps, but the questions for Labour — and for left politics more broadly — are profound.
For Scots, the no vote means relief for some, despair for others, both on the grand scale. For those who dreamed that a yes vote would take Scots on a journey to a land of milk, oil and honey, the mood this morning will be grim. Something that thousands of Scots wanted to be wonderful or merely just to witness has disappeared. The anticlimax will be cruel and crushing. For others, the majority, there will be thankfulness above all but uneasiness too. Thursday’s vote exposed a Scotland divided down the middle and against itself. Healing that hurt will not be easy or quick. It’s time to put away all flags.
The immediate political question now suddenly moves to London. Gordon Brown promised last week that work will start on Friday on drawing up the terms of a new devolution settlement. That may be a promise too far after the red-eyed adrenalin-pumping exhaustion of the past few days. But the deal needs to be on the table by the end of next month. It will not be easy to reconcile all the interests – Scots, English, Welsh, Northern Irish and local. But it is an epochal opportunity. The plan, like the banks, is too big to fail.
Alex Salmond and the SNP are not going anywhere. They will still govern Scotland until 2016. There will be speculation about Salmond’s position, and the SNP will need to decide whether to run in 2016 on a second referendum pledge. More immediately, the SNP will have to decide whether to go all-out win to more Westminster seats in the 2015 general election, in order to hold the next government’s feet to the fire over the promised devo-max settlement. Independence campaigners will feel gutted this morning. But they came within a whisker of ending the United Kingdom on Thursday. One day, perhaps soon, they will surely be back.
(Artículo de Martin Kettle, publicado en "The Guardian" el 19 de septiembre de 2014)
6 comentarios:
El departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón se ha reunido este martes con varios sindicatos para comunicarles su intención de convocar "alrededor de 200 plazas" de profesores de Secundaria a lo largo de este año. Estas oposiciones forman parte de la oferta de empleo público 2007 y 2011 que fue anulada y que deben volver a convocarse, en cumplimiento de una sentencia judicial.
La mesa técnica celebrada este martes ha sido la primera que tiene lugar sobre este asunto. La consejería que dirige Dolores Serrat ha puesto sobre la mesa su propuesta y ahora los sindicatos la tienen que estudiar.
La DGA tiene tres años para convocar las 2.783 plazas de empleo público excluidas en 2007 y 2011, pero desde la Consejería han precisado que su intención es sacar este año unas 200 plazas del total de 385 plazas de Educación que incluía la oferta anulada, que tanto el Tribunal Supremo como el Tribunal Superior de Justicia de Aragón declararon contrarias a Derecho.
Han justificado esta decisión en que el año pasado no hubo plazas de profesores, solo de maestros de Primaria, y que actualmente el Ministerio de Educación solo permite convocar plazas para cubrir la tasa de reposición (el 10%), una cifra que han considerado insuficiente. En este sentido desde la Consejería han añadido que quieren aprovechar esta "oportunidad extraordinaria" y "avanzar" en la convocatoria de empleo público.
Las citadas fuentes han explicado que la convocatoria no se conocerá con exactitud hasta que se celebre una Mesa Sectorial en la que sindicatos y Gobierno sellen un acuerdo al respecto.
Heraldo de Aragón.
Comentario:
Justo han elegido este año en el que no convocan plazas más que en Madrid, Andalucía y Galicia. Vamos a tener aluvión de profesores de fuera que nos van a quitar las plazas a los de aquí.
Comentario:
Está muy bien que convoquen plazas de profesores, pero por favor, los que se presenten que sean profesores de vocación, y que se dediquen a enseñar, pues son ellos mismos los que se están cargando la educación pública.
Comentario:
Somos de lo que no hay. 1º.Tantos años exigiendo convocatoria, ¡y ahora no la queremos!. 2º Somos "solidarios" con los inmigrantes, pero no admitimos a los compatriotas de otras Comunidades. Pero eso, sí; nosotros queremos tener la opción de ir a otras. 3º Mantengamos el coto cerrado de los interinos sindicalistas, y los que están esperando entrar en el sistema, por buenos que sean, que no tengan posibilidades. 4º A los interinos que aspiramos a una plaza fija, y que esta convocatoria nos ofrece, que nos zurzan. 5º. Los sindicatos a lo suyo, a mantener liberados, a las mariscadas, a los ERE, etc, ¿Dónde se ha visto unos sindicatos que no quieran consolidación de empleo!
¿Por qué 200 plazas y no las 385?
¿Es que se pueden negociar las condiciones de ejecución de una sentencia con los sindicatos que fueron codemandados en el proceso?
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