viernes, 8 de abril de 2011

PETICIÓN A LAS CORTES GENERALES: VELAR POR EL RESPETO DEL DERECHO DE ACCESO A LA FUNCIÓN PÚBLICA.

Como creemos que una de las funciones esenciales de toda institución pública es la defensa y promoción de los derechos fundamentales de los ciudadanos, pues éstos constituyen un mandato para todos los poderes públicos, como se señala en el artículo 53 de la Constitución Española, desde esta Asociación nos hemos dirigido a las Cortes Generales –Congreso de los Diputados y Senado- para pedirles que insten al Ejecutivo –y en especial al actual Ministerio de Política Territorial y Administración Pública- el necesario control sobre el respeto en el conjunto de las Administraciones Públicas del derecho fundamental de acceso a la función pública que reconoce el artículo 23.2 de la Constitución.

Difícilmente cabe esperar que la Administración cumpla con su misión constitucional, como es el servir de manera objetiva al interés general, si uno de sus principios configuradores como es el de acceso de los ciudadanos conforme a principios de igualdad, mérito y capacidad no se garantiza de manera efectiva.

La arbitrariedad de los responsables políticos –como ha ocurrido en Aragón- ha desvirtuado, hasta hacerlo irreconocible, el derecho de acceso a la función pública aragonesa, situación que ha merecido una contundente condena por parte del Tribunal Supremo, en la reciente sentencia que anulaba la Oferta de Empleo Público de 2007, por no incluir los puestos vacantes ocupados por personal interino y, consecuentemente, vulnerar el derecho fundamental de acceso de los ciudadanos.

Parece no obstante que los políticos aragoneses pretenden seguir eludiendo las exigencias constitucionales, bien aprobando nuevas Ofertas tan ilegales o más que la hace poco anulada –como si nada hubiera dicho el Tribunal Supremo, o como si no les concerniera lo dicho- bien anunciando la congelación de la oferta de empleo público como propuesta electoral o medida de gobierno, prejuzgando con ello las necesidades de la Administración y suspendiendo de facto un derecho fundamental de los ciudadanos. ¿Acaso gobernar para algunos es anteponer su voluntad a los derechos constitucionales de los ciudadanos?

Ante tal situación, no podemos dejar de actuar y de acudir a todos los cauces que como ciudadanos nos ofrece el ordenamiento jurídico: estamos librando una batalla por la vigencia de la Constitución y en ella esperamos hallar poderosos aliados comprometidos con el Estado de Derecho, como ha sucedido con el Tribunal Supremo.

Se reproduce, a continuación, el texto íntegro de la petición dirigida al Congreso de los Diputados:

“Mesa del Congreso de los Diputados

Zaragoza, 7 de abril de 2011.

Estimados señores:

En mi condición de Presidente de la Asociación para la Defensa de la Función Pública Aragonesa, les remito una copia de la reciente sentencia del Tribunal Supremo que anuló el Decreto 67/2007, del Gobierno de Aragón, por el que se aprobó la Oferta de Empleo Público para 2007, al entender que dicho Decreto, al no incluir la totalidad de los puestos vacantes ocupados por funcionarios interinos –tal y como exigen el Estatuto Básico del Empleado Público y la Ley de Ordenación de la Función Pública de la Comunidad Autónoma de Aragón-, vulneraba el derecho de acceso a la función pública que reconoce el artículo 23.2 de la Constitución Española.

El Tribunal Supremo, con este fallo, rechaza que la potestad de autoorganización pueda invocarse por la Administración para justificar la inaplicación de la Ley –que obliga a la inclusión de las plazas vacantes ocupadas por interinos-, y afirma que no hay mayor vulneración del derecho de acceso a la función pública que la no realización de los procesos selectivos legalmente establecidos, desautorizando así unas prácticas extendidas en un gran número de nuestras Administraciones Públicas.

La sentencia del Alto Tribunal viene a restablecer uno de los principales principios constitucionales que configuran nuestro modelo de Administración Pública, como es el acceso de los ciudadanos a las funciones públicas conforme a criterios de igualdad, mérito y capacidad, poniendo término a la arbitrariedad que ha presidido la aprobación de las Ofertas de Empleo Público y obligando a corregir la abultada tasa de temporalidad que se ha derivado del incumplimiento de la ley.

Entendemos que corresponde a la Administración General del Estado, y en concreto al Ministerio de Política Territorial y Administración Pública, velar por el respeto de las condiciones básicas de ejercicio del derecho fundamental de acceso a la función pública, reconocido en el artículo 23.2 de la Constitución española, y desarrollado tanto en el Estatuto Básico del Empleado Público como en las Leyes de Función Pública aprobadas por las diferentes Comunidades Autónomas.

En consencuencia, y en ejercicio del derecho de petición reconocido en los artículos 29 y 77 de la Constitución Española, me dirijo a esa Cámara al objeto de que se impulsen aquellas medidas que estimen oportunas para que, de conformidad con el criterio establecido por el Tribunal Supremo en la sentencia que les adjuntamos, insten a la Administración General del Estado para que vele por el escrupuloso respeto del derecho fundamental de acceso a la función pública por parte de los ciudadanos, conforme a los principios de igualdad, mérito y capacidad.

Agradeciéndoles de antemano su atención, recibas un atento saludo.

Julio Guiral Pelegrín.Presidente de la Asociación para la Defensade la Función Pública Aragonesa”

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A ver si hacen caso.

Anónimo dijo...

Son los gobiernos los que pierden las elecciones, no los ciudadanos. Si gana el PP el único responsable será el PSOE. No puede funcionar la democracia votando a un partido que no nos gusta, para evitar el triunfo de otro que nos gusta menos. Un sistema político que sólo ofrece al ciudadano la posibilidad de votar disgustado, en función de sus miedos y no de sus afinidades, puede ser tachado de cualquier cosa menos de representativo. El voto del miedo –al PP o al PSOE– es lo que consagra, con las listas bloqueadas y cerradas, el inmovilismo, la endogamia, la mediocridad de las burocracias de los profesionales del poder. Lo que ellos llaman democracia y no es sino partitocracia.

Ramón Aguiló.

Anónimo dijo...

¿QUé nos dirá la Sr. COnsejera de sus mangoneos en Cultura? ¿CUánto tiempo será capaz de retrasar algunas sentencias? ¿Que hará el con sus pesebristas colacados a dedo y por encima de la Ley? ¿QUé hará de todo ésto cuando gane?