martes, 7 de junio de 2011

CULTURA ORGANIZATIVA FRENTE AL ACOSO LABORAL.

El reciente Protocolo de actuación frente al acoso laboral en la Administración General del Estado, establecido en la Mesa General de Negociación, y publicado en el Boletín Oficial del Estado el pasado día 1 de junio de 2011, constituye un valioso documento para tratar de afrontar y corregir situaciones que pueden sufrir empleados públicos en las diferentes Administraciones Públicas, como resultado de prácticas inadecuadas de organización y dirección administrativas, o de arbitrariedad y sectarismo en la política de personal.

El fenómeno del “paro interno” –funcionarios relegados a puestos carentes de contenido, colocados fuera de los circuitos de gestión y de la estructura administrativa, por razones de una u otra índole- o del vaciamiento de funciones –por animosidad de los superiores- que sufren y han sufrido empleados públicos en el seno de las Administraciones, y la falta de respeto profesional en que se incurre en determinados casos, con directo daño psicológico para el afectado, han de ser abordados con instrumentos adecuados desde la propia organización.

Los órganos de personal han de tener una actitud beligerante contra los posibles supuestos de acoso laboral que todas esas prácticas representan y que, ahora, se hallan tipificadas en el citado Protocolo. El acoso laboral es un fenómeno que evidencia patologías en la organización administrativa, cuya existencia es no sólo dañina para las personas afectadas sino también para el propio funcionamiento de los servicios públicos. De ahí que tanto la garantía de la salud laboral –en su acepción más amplia- y el respeto inmprescindible de la dignidad de los empleados públicos como el control de calidad en el funcionamiento de los servicios públicos –calidad que ha de englobar las condiciones de empleo- obliguen a adoptar medidas preventivas y correctoras de aquellos supuestos que puedan representar acoso laboral.

La dirección de equipos humanos requiere de habilidades y técnicas que muchas veces no se toman en consideración, dada la falta de cultura organizacional y la insuficiente preocupación por los resultados que existe en gran parte de la Administración Pública. Además, las condiciones propias de las organizaciones públicas –con la presencia de una dirección política con inevitables desencuentros con la estructura administrativa y el proceso de progresiva desprofesionalización al que asistimos, resultado de esa tensión- se presta a que los modos de dirección se degraden y vulneren, en ocasiones, lo que son principios básicos del régimen a que se hallan sujetos los funcionarios públicos.

El Protocolo de actuación frente al acoso laboral de la Administración General del Estado, del que nos hacemos eco aquí, puede ser una importante llamada de atención para reflexionar no sólo sobre el necesario respeto a la integridad moral de todo trabajador –sea del sector público o privado- sino sobre la importante labor que toda organización ha de desarrollar en el establecimiento de una cultura de colaboración y respeto entre todos los miembros que la integran, lo cual pasa por fomentar de manera permanente los valores y principios propios de la ética del servicio público.

Reproducimos a continuación el anexo de dicho protocolo, en el que se identifican diferentes conductas que han de considerarse o no constitutivas de acoso laboral.

A) Conductas consideradas como acoso laboral

Dejar al trabajador de forma continuada sin ocupación efectiva, o incomunicado, sin causa alguna que lo justifique.
Dictar órdenes de imposible cumplimiento con los medios que al trabajador se le asignan.
Ocupación en tareas inútiles o que no tienen valor productivo.
Acciones de represalia frente a trabajadores que han planteado quejas, denuncias o demandas frente a la organización, o frente a los que han colaborado con los reclamantes.
Insultar o menospreciar repetidamente a un trabajador.
Reprenderlo reiteradamente delante de otras personas.
Difundir rumores falsos sobre su trabajo o vida privada.

B) Conductas que no son acoso laboral (sin perjuicio de que puedan ser constitutivas de otras infracciones)

Modificaciones sustanciales de condiciones de trabajo sin causa y sin seguir el procedimiento legalmente establecido.
Presiones para aumentar la jornada o realizar determinados trabajos.
Conductas despóticas dirigidas indiscriminadamente a varios trabajadores.
Conflictos durante las huelgas, protestas, etc.
Ofensas puntuales y sucesivas dirigidas por varios sujetos sin coordinación entre ellos.
Amonestaciones sin descalificar por no realizar bien el trabajo.
Conflictos personales y sindicales.

21 comentarios:

Alfonso dijo...

El Protocolo está bien, desde luego. El problema son las personas, evidentemente. En España tenemos muchísimas normas, pero el quid no se encuentra en ellas, sino en los españoles. Con menos normas se puede construir una administración mejor; pero fallan los mimbres, los servidores públicos.

La falta de profesionalización seguramente dará al traste con la aplicación de este protocolo. Como con casi todo en la administración.

Saludos.

Anónimo dijo...

Hey que denunciar los innumerables casos de vejación, humillación y hostigamiento hacia el funcionario

Anónimo dijo...

Hay que desterrar de la Admón al "señorito", amo del cortijo que arbitrariamente impone su poderío

Anónimo dijo...

Fuera "señoritos", fuera cortijos, fuera arbitrariedades.

Anónimo dijo...

Fuera clanes, amiguismos,... legalidad frente a la arbitrariedad

Anónimo dijo...

Mantener a un funcionario sin trabajo u ordenarle tareas inútiles será considerado acoso laboral. Igual que reprenderle reiteradamente delante de otras personas, difundir rumores falsos sobre su profesionalidad o vida privada y tomar represalias si ha protestado por la organización del trabajo.

Anónimo dijo...

Me parece bien que se tomen medidas contra el acoso de un trabajador.
A ver si por ser funcionario tiene que aguantar que le hagan la vida imposible.

Anónimo dijo...

Algunas veces, este gobierno nos sorprende con medidas como esta que van por el camino de mejorar el funcionamiento del empleo público y de reforzar los derechos de los trabajadores, algo que deberían haber hecho hace mucho tiempo. Mantener a un funcionario sin trabajo es una forma de "mobbing" que encima perjudica al correcto funcionamiento de la administración pública, así que esto nos beneficia a todos.

Anónimo dijo...

También es una señal de corrupción: llevan a subasta pública el trabajo de unos funcionarios, se lo lleva una empresa y mantienen a los funcionarios que hacían ese trabajo.

Anónimo dijo...

Así ha ido creciendo el número de funcionarios. Cada vez que hay un cambio de gobierno mete a los suyos puestos a dedo y los que ya estaban, también puestos a dedo, se dedican a hacerle el corro a la máquina de café. Luego vuelve a cambiar el gobierno y vuelven a entrar otros colegas a ocupar puestos de funcionarios. Así cada año el número de funcionarios crece.

Anónimo dijo...

Después de 3 años trabajando al lado de funcionarios/interinos he visto gente muy cabrona. Una de las jefas que teníamos al lado se pasaba el día gritando a sus subordinadas, con lo que en esos años pasaron 4 personas por ese departamento.
Y lo más divertido es que el tópico del funcionario que no curra, que se va de rebajas o que desaparece es cierto, pero lo peor es que como a alguien se le ocurra la idea de ser eficiente, trabajador o cumplidor, lo machacan.

Anónimo dijo...

Tengo algunos amigos que están así en Andalucía, su trabajo se lo han dado a empresas de amiguetes y a ellos los tienen mano sobre mano.

Anónimo dijo...

Esto va a aliviar la salud de mucha gente, ojalá se haga justicia con muchos empleados

Anónimo dijo...

Es que la gente confunde el que no te den nada que hacer con salir de compras. Estar sentado delante de una mesa, sin leer nada, sin pc, sin poder usar el móvil, simplemente mirando la madera es una tortura china.

Desde luego yo espero que nunca tengan que pasar por eso, pero si os pasa haced como yo, imaginación al poder y pensamientos controlados que no te entre nada negativo por la mente.

Anónimo dijo...

Que haya gente que cobre por mirar al techo mientras cinco millones de personas buscan un trabajo legal es un lujo que no nos podemos permitir. Debemos flexibilizar la función pública (movilidad funcional y geográfica, productividad, racionalidad, fin de las mutuas sanitarias privadas propias, horarios...) a niveles que incluso permitan el despido del puesto, si la gente supiera que le pueden tirar seguro que se ponía las pilas, pero claro, chocamos con los sacrosantos "agentes sociales" que obviamente no lo van a permitir...pero que a este paso seguro que acaba privatizándosse toda la administración. Es la única forma legal actual de flexibilizarla: privatizando. Muy Triste.

Anónimo dijo...

Conozco un caso de estos en mi primer destino como funcionario hace ya casi 20 años. El acosado era un técnico del grupo A, mayorcito, soltero, muy culto y preparado y le mantenían en un despacho, solo, sin funciones y no se le encomendaba trabajo alguno. Sólo se le solía ver al entrar y al salir. Por lo visto tuvo problemas hacía unos años con otro técnico que llegó a ser alto cargo en el ministerio y este le hizo la vida imposible.

Por aquel entonces no existía internet y el tipo debía de entretenerse leyendo porque no solía salir de sus despacho.

Un día nos enteramos que su asistenta le había encontrado muerto en su casa. Hacía una semana de la muerte y nadie en la oficina durante esa semana que faltó le había echado de menos.

A mi me impresionó mucho su muerte.

Anónimo dijo...

El sitio donde más acoso laboral puede haber, los ayuntamientos. Por eso no es tan de puta madre trabajar en ayuntamientos, hay gente muy inútil, mucha gentuza que sólo por no ser del partido gobernante te pueden hacer el más grande de los vacíos, por muy magnífico profesional que seas.

Anónimo dijo...

El protocolo me parece muy bien, pero ¿a quién se dirige el funcionario cuando se siente objeto de acoso laboral?: ¿a los sindicatos?, ¿a la Justicia?, ¿a la Inspección General de Servicios?...
Creo que nadie tiene muy claro cuál debe ser el cauce apropiado. Según tengo entendido, constatar que existe acoso laboral es labor reservada a los jueces y es muy difícil de demostrar. Por lo general, son los mismos compañeros de trabajo los que no quieren declarar como testigos, por lo que los procesos no suelen llegar a ningún hecho probado

Anónimo dijo...

El funcionario competente, responsable y profesional NO INTERESA, no deja vacantes para colocar a los amiguetes y sumisos.

Anónimo dijo...

El problema de esta Admón está en los altos cargos, los libremente designados y hombres de confianza ...tienen que cuidar el cortijo. La Admón y el servicio público les interesa un comino.

Anónimo dijo...

De lectura obligada, creo, o al menos muy recomendable:

http://www.abc.es/20110608/opinion-colaboraciones/abcp-desalojo-20110608.html