jueves, 10 de marzo de 2011

TIEMPOS REVUELTOS.

Crisis económica –paro creciente y rumores de nuevas bajadas salariales en la función pública-, crisis ética –información sobre tramas corruptas de funcionarios en la DGA y denuncias contra ASAEL por entidades europeas-, y crisis política –falta de liderazgo, carencia de proyectos de futuro, escasa credibilidad de los responsables políticos, etc.-, son el contexto inmediato de estos meses en que han de producirse las elecciones sindicales en la Administración autonómica y las posteriores y decisivas elecciones locales y autonómicas.

Los datos recientes e inmediatos –la última hora-, sin embargo, no deben hacernos perder la perspectiva de la evolución de los hechos, del escenario general en el que nos hallamos.

Causa incredulidad, por ejemplo, observar el balance de la legislatura que realiza algún sindicato –en concreto, Comisiones Obreras-, ante la proximidad de las elecciones sindicales, en el que las diferentes irregularidades e ilegalidades retributivas y normativas acumuladas en los últimos años se presentan como conquistas sindicales en la negociación colectiva. Es decir, la función pública que hoy tenemos y de la que formamos parte –queramos o no darnos por enterados- se ha deslizado en los últimos años hacia la más abierta ilegalidad, desde que el Consejero Eduardo Bandrés, en el año 2004, autorizara con su firma la aplicación de una cláusula de revisión salarial ilegal, contraria a la legislación básica de función pública y a la legislación presupuestaria, y tal ilegalidad fuera aplaudida por unos y otros como un hito histórico: más bien fue un hito histérico que presagiaba la quiebra de uno de los valores más esenciales del servicio público, como ha de ser la escrupulosa gestión del dinero público. Fue el aplauso a lo que acaso muchos habían pretendido desde siempre: eliminar la legalidad como límite a la negociación colectiva y tener capacidad para disponer de los elementos de la función pública al margen de las normas. Los resultados de todo ello están hoy a la vista de todos, aunque nos resistamos a reconocerlo.

Cuando Gobierno y sindicatos, como ha ocurrido en nuestra Comunidad Autónoma, han dejado patente una y otra vez, a lo largo de estos años, su desdén por la legalidad, pese a ser ésta la principal seña de identidad de la función pública y del conjunto de las instituciones públicas, nada de lo que suceda puede sorprendernos. La crisis de calidad democrática que padecemos, que sirve a algunos como motivo inagotable de jornadas y publicaciones, no se cura con participación ciudadana, no es esta fórmula la panacea de todos nuestros males, ni mucho menos. La crisis que padecemos es, ante todo, la quiebra creciente de la legalidad y de los valores democráticos, algo que no se puede compensar con fórmulas de participación ciudadana, salvo que ésta forme parte de un nuevo paradigma de desgobierno público.

Cuando los controles se hacen incómodos y se les denigra sin recato –sea la Intervención o el Tribunal de Cuentas o cualquier otro, incluido el Justicia de Aragón, cuya supervisión se lleva tan mal por buena parte del Gobierno de Aragón- y las leyes se relativizan y su vulneración se banaliza, es posible que sólo quede la ética individual como recurso para afrontar la anomia reinante. Pero, como hemos insistido desde siempre en este blog, la carencia de una ética institucional impide o dificulta la actuación ética de los individuos que trabajan en ella.

El lucro personal ilícito es intolerable en el seno de la Administración Pública, pero igualmente lo es la mediocridad, la desprofesionalización y la pasividad ante los numerosos signos de degradación institucional de los que cada día somos testigos o copartícipes. Es difícil, en estas circunstancias, orientarse y hallar un camino que nos permita salir de la actual situación y recuperar el aliento necesario para reconstruir, poco a poco, una función pública tan alejada del modelo constitucional como imprescindible para el funcionamiento de nuestra vida democrática.

Es lógico esperar que sindicatos y partidos políticos nos ofrezcan, en sus programas y propuestas electorales, soluciones para avanzar en dicha dirección y no para seguir en la labor de destrucción de nuestros valores democráticos. Estamos atentos a ello.

27 comentarios:

Anónimo dijo...

Como en todos los ámbitos de la vida, siempre hay buenos y malos: profesionales, estudiantes, políticos, sindicalistas, funcionarios, compañeros, jefes, subordinados, etc.
Debemos luchar por erradicar la mediocridad, la frivolidad, la ilegalidad, las injusticias...

Anónimo dijo...

Todo lo sucedido con el caso de Minas es muy extraño, ¿no?

Anónimo dijo...

¿Cuántos años se lleva investigando?

Anónimo dijo...

Más decisivas para unos que para otros.

Anónimo dijo...

¿Qué clase de medida de higiene es un cese a estas alturas?

Anónimo dijo...

¿Hay expediente disciplinario?

Anónimo dijo...

¿A los demás funcionarios, si no son de libre designación, qué ceses se van a adoptar?

Anónimo dijo...

¡Qué broma es esta!

Anónimo dijo...

Fuentes próximas al caso restaron ayer importancia a las imputaciones hechas por la Policía y aseguraron que es difícil que estas acarreen penas de cárcel para los investigados. Piensan que, en caso de prosperar, se queden en meras multas e inhabilitaciones para el desempeño de cargos públicos. Incluso fueron más allá y dijeron que algunas de estas «irregularidades» podrían haber prescrito.

Por ahora, no ha trascendido la identidad de los cuatro empresarios relacionados con la trama. En cualquier caso, al igual que el resto de investigados, en ningún momento fueron detenidos y simplemente fueron llamados a declarar en calidad de imputados acompañados por sus abogados.

heraldo de aragón

Anónimo dijo...

Comentario:

¿Porqué será, que los delitos cometidos por políticos, casi siempre han prescrito cuando llegan a juzgarlos?.

Anónimo dijo...

Y piensan que la prescripción es una declaración de inocencia en lugar de un certificado de impunidad.

Anónimo dijo...

El consejero de Industria, Comercio y Turismo ha solicitado al Juzgado que revele las identidades de los funcionarios de la DGA imputados que desconoce para «tomar medidas administrativas».

Anónimo dijo...

El consejero de Industria, Comercio y Turismo, Arturo Aliga, ha pedido formalmente al Juzgado de Instrucción número 12 de Zaragoza que «tenga a bien» proporcionarle los nombres de los cinco funcionarios imputados por supuestos delitos de prevaricación y cohecho para poder tomar las medidas administrativas correspondientes.

Aliaga, en los pasillos de las Cortes de Aragón donde hoy se celebra sesión plenaria, se ha referido a la trama de supuesta corrupción descubierta en el área de Minas del servicio provincial de Industria, con un alto cargo y otros cinco funcionarios imputados, según anunció ayer la Policía Nacional.

El consejero cesó ayer al director general del Servicio Provincial, Francisco Javier Hualde, después de conocer su implicación, pero aseguró que desconoce los nombres de los otros cinco funcionarios imputados, y por eso hoy se ha dirigido al juzgado que instruye el caso para que le informe de los nombres de estos funcionarios «en orden a tomar medidas administrativas de cautela».

heraldo de aragon

Anónimo dijo...

Comentario:

Pero los funcionarios no juran la constitución para tomar posesión ????? Que mala memoria tienen algunos

Anónimo dijo...

No sólo los funcionarios.

Anónimo dijo...

También Consejeros y altos cargos.

Anónimo dijo...

Comentario:

QUE SE ACTÚE IGUAL CON LOS POLITICOS CORRUPTOS Y SEAN CESADOS INMEDIATAMENTE. QUE NO ABUSEN ELLOS DE LA PRESUNCION DE INOCENCIA.

Anónimo dijo...

Comentario:

Hace 3 años que sabían que estaba pringado... y lo cesan ayer. Ole.

Anónimo dijo...

Eso es reaccionar a tiempo y con firmeza.

Anónimo dijo...

Comentario:

¿y a los políticos cuándo los van a investigar?. Todos sabemos cómo se otorgan los contratos en la DGA.

Anónimo dijo...

Comentario:

Si se hubiesen preocupado hace años de SUPERVISAR cómo funcionaba este Servicio Provincial, se hubiesen envitado muchos problemas. La falta de control de la gestión es vergonzosa, en éste y en otros Departamentos.

Tengo un amigo que solicitó hace unos tres años un permiso para una gravera...... y le costó DOS AÑOS y medio conseguir la autorización (presentando TODA la documentación diligentemente y completa). La dirección facultativa de la gravera le informó que esa era LA MEDIA NORMAL. ¿...?

¿Alguien se ha preocupado a lo largo de los años preguntar porqué tardaban tanto LA GRAN MAYORÍA de solicitudes? ¿Hace falta 2 años para aprobar o denegar una solicitud?

Desgraciadamente, los controles del funcionamiento de muchos Departamentos es vergonzosa, ahora y en años atrás cuando gobernaban otros.

¿Tan dificil es que haya algúna inspección aleatoria anual para ver cada Sección cuantos expedientes tiene pendientes de tramitar, y cual es la MEDIA de tiempo utilizada en cada procedimiento?

¿No tiene la DGA ningún control de ese tipo? Según tengo entendido, existe algo así como una Inspección de Servicios: ¿A qué se dedica ese Organismo?. Los resultados ya lo hemos comprobado en este caso.

Anónimo dijo...

¿Hay Plan de Inspección?

Anónimo dijo...

Comentario:

Esa "Inspección" que tu dices, solo se dedica a vigilar el horario de los currantes (y otros no tan currantes). De controlar la calidad del trabajo, nada de nada.

Sobre lo que tu hablas del plazo de resolución, piensa lo sencillo que sería de TODOS los Departamentos tuviesen que presentar anualmente un resumen de tiempo medio de resolución de las tramitaciones que gestionan .... y el número de expedientes que han tenido un plazo más largo de la media.

Anónimo dijo...

Comentario:

Esto que está ocurriendo es un poco extraño. Solamente salen las corruptelas de uno de los socios del Gobierno de Aragón. Y yo me pregunto, ¿Es que solo se corrompen los de un partido, en el otro socio de gobierno todos son escrupulosos con el dinero público?

Anónimo dijo...

Comentario:

Hoy sale la denuncia de una ONG Europea contra ASAEL por impago. Ya veis que imagen de el PAR de Aragon.

Anónimo dijo...

Estamos tocando el fondo.

Anónimo dijo...

El barómetro del CIS confirma con datos estadísticos la percepción social generalizada: el paro —con gran diferencia— es la preocupación principal de los españoles, disparando la cifra hasta el 83,9 por ciento, récord de la década. El pesimismo sobre la situación económica alcanza a tres de cada cuatro encuestados, de modo que la gran mayoría ignora esos imaginarios «brotes verdes» que el Ejecutivo se empeña en vender. En fin, es llamativa la baja valoración de ciertas instituciones políticas, en especial el Gobierno, por contraste con la Guardia Civil o la Policía. Debería ser motivo de reflexión para algunos dirigentes.

abc