lunes, 30 de septiembre de 2013

ITALIA BAJO CHANTAJE.



Desde la perspectiva de nuestra concepción del Estado de Derecho y del significado de los valores democráticos, y como ciudadanos europeos que somos, no podemos permanecer indiferentes ante la situación que padecen las instituciones políticas italianas, sometidas al indecente chantaje de un personaje político que ha degradado durante las últimas décadas la vida política y social italiana, y cuya eliminación de la política activa, como resultado de las condenas judiciales recibidas, constituye una necesidad inaplazable para la restauración de la normalidad democrática en Italia.

Resulta intolerable que un político condenado por la justicia e inhabilitado para el ejercicio de cargos públicos anteponga sus intereses personales al correcto funcionamiento institucional del Estado, y pretenda unir su suerte personal a la de las propias instituciones democráticas, haciendo imposible su estabilidad y continuidad si no se le garantiza la imposible inmunidad frente a sus condenas judiciales.

No se puede estar por encima de las leyes ni se puede aspirar a ejercer una función política desde el desprecio a la legalidad, a la acción de la justicia y al conjunto de las instituciones democráticas, amparándose en el control de un imperio mediático que deforma a la opinión pública y en el servilismo incomprensible de quienes militan en un partido político que se llama, paradójicamente, el Pueblo de la Libertad, cuando a diario hacen un ejercicio de sumisión indigna al Líder, anteponiendo su voluntad y sus incalificables caprichos al servicio a los ciudadanos italianos y a los intereses generales del país.

Por el bien de Italia y de Europa, esperamos que las instituciones democráticas italianas y quienes, de verdad, ejercen una función política con convicciones firmes de servicio a los ciudadanos sepan desembarazarse de forma definitiva de un personaje patético, que está poniendo punto final a su trayectoria de indecencia al dejar al descubierto toda su bajeza personal y política.

14 comentarios:

Anónimo dijo...



Eso en mi país no ocurre.

Anónimo dijo...



Pues acabemos con el chantajista.

Anónimo dijo...


Una tale insopportabile vergogna non ha precedenti. Nelle democrazie occidentali ma neppure, a quanto si sa, nei Paesi del Terzo mondo o nei più sperduti Staterelli africani non si è mai visto un condannato per reati gravissimi disporre a suo piacimento di 97 deputati, 91 senatori e 5 ministri imponendo loro le dimissioni del Parlamento e dal governo come si fa con la servitù,anzi peggio visto che i domestici hanno diritto almeno a un preavviso.

A parte i tardivi borbottii di qualche Cicchitto e Quagliariello(e il dissenso di Marina B. forse al corrente del fragile equilibrio psichico del padre), i camerieri del pregiudicato hanno prontamente ubbidito, alcuni per la sottomissione scambiata con una poltrona, altri per pura cupidigia di servilismo.

È questo il vero cancro che sta divorando la democrazia italiana condizionata da un personaggio che pur di estorcere un qualcosa che possa salvarlo dalla giusta detenzione e dalla giusta decadenza da senatore non esita a mandare a picco il Paese che domani potrebbe essere investito da una nuova tempesta finanziaria. E tutto con la risibile scusa elettorale della contrarietà all’aumento dell’Iva.

Come ha potuto Napolitano mettere il governo nella mani di un simile individuo? Come hanno potuto Letta e il Pd accettarlo come alleato?

Il Fatto Quotidiano, 29 Settembre 2013

Anónimo dijo...

La desesperación de Silvio Berlusconi por evitar su expulsión del Senado, su inhabilitación para la política y su arresto domiciliario -esto es, su negativa frontal a aceptar que es un condenado en sentencia firme que tiene que pagar por sus delitos-no solo ha arrastrado al caos a la política italiana, sino también a un partido que hasta ahora ha venido administrando como lo que es: un cortijo de su propiedad. La decisión desesperada de incendiar la situación para intentar escapar entre el humo ha provocado una reacción inusitada de rechazo en un partido hasta ahora firme a los designios del líder. De los cinco ministros que anunciaron su dimisión forzados por Silvio Berlusconi, cuatro han dejado claro que el hecho de acatar la voluntad del jefe y dueño del centroderecha italiano -se llame Pueblo de la Libertad o, a partir de ahora, la reedición de Forza Italia- no significa estar de acuerdo con sus métodos ni con una radicalización directamente proporcional a la angustia del político y magnate. La ruptura brusca con el Gobierno de Enrico Letta fue decidida por Silvio Berlusconi el sábado por la tarde en su mansión de Arcore, rodeado por sus colaboradores más radicales —los llamados halcones—-, sin tener en cuenta la opinión del sector moderado del PDL —las palomas—-. Hasta Angelino Alfano, vicepresidente del Gobierno, ministro del Interior y el supuesto delfín de Berlusconi, recibió la orden tajante de forma sorpresiva, por teléfono, sin derecho más que a suavizar algunas frases de un comunicado original que chorreaba sangre.

EL PAIS.

Anónimo dijo...

Este domingo, tras la conmoción que produjo no solo en Italia la noticia, los ministros dimisionarios empezaron a filtrar su amargura por el caos que habían provocado. El primero fue Gaetano Quagliariello, titular de Reformas Constitucionales: “No sé si habrá una escisión. Solo sé que el centroderecha no es esto. No pienso adherirme a Forza Italia”. Luego le siguió la hasta ahora ministra de Salud, Beatrice Lorenzin: “Quien aconseja a Silvio Berlusconi nos está empujando a una derecha radical ante la cual no me reconozco”. Y hasta Maurizio Lupi, ministro de Infraestructuras y Transportes y responsable de la última campaña electoral de Berlusconi, ha criticado con dureza la decisión del jefe: “Forza Italia no puede ser un movimiento extremista en manos de los extremistas. Nosotros queremos estar con Berlusconi, con su historia y con sus ideas, pero no con sus malos consejeros”. La reacción airada de algunos halcones daba por inaugurado el conflicto interno en el PDL, aunque lo mejor estaba por venir. El hasta ahora vicepresidente del Gobierno, Angelino Alfano, se enfrentaba al sector duro: “En el partido no pueden prevalecer posiciones extremas. Si estos son los nuevos berlusconianos, yo seré berlusconiano de otra manera”.

EL PAIS.

Anónimo dijo...


El socialdemócrata Letta, que ha recibido numerosas muestras para que saque adelante un Gobierno sin tener que someter al país a unas nuevas elecciones, se mostró el viernes especialmente preocupado por el lastre que supone para la credibilidad de Italia los continuos chantajes de Silvio Berlusconi. De ahí que anunciara que aplazaría cualquier decisión de Gobierno —incluida el aplazamiento del aumento del IVA— hasta que el Parlmento renovara la confianza en el Ejecutivo, un ultimátum que Berlusconi tomó como una auténtica declaración de guerra. Ni 24 horas después, Il Cavaliere anunció la dimisión de sus ministros y la justificó ladinamente en el aumento del IVA. A estas alturas del partido —Berlusconi cumplió ayer 77 años y dos décadas en la política—, nadie picó el anzuelo.

EL PAIS.

Anónimo dijo...


Comentario:

No hay que alarmarse porque Italia no tenga gobierno, en los años 80 Italia estuvo sin gobierno durante tres años, Y NO PASO NADA ABSOLUTAMENTE, los italianos son los reyes de gobernar sin tener un gobierno

Anónimo dijo...



Pero entonces no había un euro que nos afecta a todos.

Anónimo dijo...


Comentario:

la responsabilidad de todo esto la tiene todo aquel que haya contribuido a alimentar a la bestia Berlusconi durante todos estos años, especialmente el centro derecha por no diferenciarse de él, la izquierda por no haber sabido ofrecer una alternativa a los votantes, y los propios votantes que apoyaban a Berlusconi. De todo esto hay que aprender, antes de apoyar a visionarios populistas.

Anónimo dijo...


Comentario:

Yo sólo sé una cosa: miren que soy crítico con el choriceo y la política española, pero cuando en un país un delincuente condenado pone en jaque a toda la nación con el visto bueno de millones de electores, es que algo falla, y no en la vida política, sino en la gente que vota.

Anónimo dijo...


Comentario:

Letta se pone en manos del Parlamento y ahora veremos si el Parlamento, que es la representación del pueblo soberano, da la talla. Pero ¿ qué se puede esperar de un pueblo soberano que vota a personajes de ese pelaje?

Anónimo dijo...


Comentario:

Cómo, cómo, es posible que semejante delincuente esté influyendo en la vida y en el gobierno de un país tan culto como Italia. No entiendo como los italianos permiten esto. Un pederasta, un fiestero, un inmoral. Italianos, hagan algo para salir de esa vergüenza.

Anónimo dijo...


Comentario:

Berlusconi no es la enfermedad de Italia, sólo el síntoma. La enfermedad hay que buscarla entre quienes le votaron........y le seguirán votando.

Anónimo dijo...



De qué personaje se habla?