viernes, 13 de septiembre de 2013

ESPAÑA ES NUESTRO QUEHACER COLECTIVO.



Es cierto que este país, nuestro país, no pasa por el mejor de sus momentos, ni económica ni políticamente, pero también es cierto que la superación de los actuales problemas pasa necesariamente por el compromiso individual y colectivo de todos los ciudadanos y por la asunción de la responsabilidad de cada cual en el desarrollo de su actividad –profesional y cívica- y en la contribución al bienestar colectivo.

No podemos ahondar irresponsablemente en la desafección a nuestro marco de convivencia y a todo lo que nos permite reconocernos como sociedad abierta y plural que comparte un proyecto propio de libertad y un bagaje histórico y cultural que nos dota de una identidad común. No es posible perder la perspectiva de todo lo que hemos avanzado y dejar malgastar o malograr energías y posibilidades enormes que resultan de sumar esfuerzos y construir proyectos de forma conjunta.

El paro, la corrupción, el descrédito de la clase política y financiera y las tensiones territoriales dibujan un panorama muy complejo y a veces desalentador, pero como ciudadanos de un país que goza de las mejores condiciones de su historia –lejos de atrasos atávicos o anomalías respecto a su entorno europeo- no podemos cultivar la desesperanza ni el desistimiento, y mucho menos podemos engañarnos pensando en España como un Estado fallido del que hay que marcharse.

La conciencia de lo que somos y la convicción de que compartimos una misma suerte y responsabilidad como ciudadanos del mismo país y como miembros de la misma sociedad ha de servirnos para reaccionar frente a los problemas con vocación constructiva y solidaria, y sobre todo con coraje democrático. Hay que atajar los males que provocan el deterioro de nuestras instituciones –la deseable calidad democrática- o la quiebra de nuestro modelo de sociedad –con su imprescindible cohesión social desde la promoción de la igualdad de derechos y de condiciones materiales básicas-, y hacerlo es el primer compromiso con el futuro de este país y de todos sus ciudadanos.

Es posible que hoy, como en tantas otras ocasiones de nuestra historia, haya que pensar en España y actuar como españoles, sin por ello perder nada de la condición particular de cada cual. No se es menos aragonés por ello ni se descuida con ello la propia ciudad o la comarca a la que uno se siente especialmente ligado. España es hoy el marco necesario de nuestros desafíos y el ámbito real de nuestra condición política como ciudadanos que se saben depositarios junto a los demás de eso que se llama soberanía nacional.

Esfuerzo, responsabilidad, honestidad y solidaridad son valores que cada uno de nosotros hemos de cultivar y potenciar en nuestro quehacer individual, sabedores de que con ello podremos contribuir positivamente al quehacer colectivo que, como señalara Ortega y Gasset, representa España para todos los españoles.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ser aragonés es sencillamente mi forma de ser español. Como ser español es mi forma de ser europeo.

Anónimo dijo...

Esto es cobrar distancia y elevar el tono.

Anónimo dijo...

Una nota orteguiana?

Anónimo dijo...

Mi madre me decía que hacer y deshacer todo es quehacer.

Anónimo dijo...

Me gusta el tono.