lunes, 8 de septiembre de 2014

INCONSISTENCIAS DE UNA PROPOSICIÓN DE LEY: REGULACIÓN INCONSTITUCIONAL DEL DERECHO DE SUFRAGIO.



La Proposición de Ley de actualización de los derechos históricos de Aragón, presentada en las Cortes de Aragón por los Grupos Parlamentarios Popular y del Partido Aragonés, es radicalmente contraria a nuestro modelo constitucional y constituye uno de los mayores errores políticos de la actual legislatura, cuya viabilidad jurídica, aunque se aprobase por unanimidad en las Cortes de Aragón, es nula. Con ella, la Comunidad Autónoma de Aragón se coloca fuera del Estado de Derecho definido por la Constitución Española, algo que lógicamente no van a permitir las instituciones estatales, y en especial el Tribunal Constitucional.

Una de las improcedentes previsiones de dicha Ley es la pretensión de que la vecindad civil aragonesa –limitada al ámbito de las leyes privadas- pueda dar derecho al ejercicio de los derechos de participación política, como es el derecho de sufragio en las elecciones al Parlamento autonómico. Así se prevé en el artículo 4 de la citada Proposición de Ley, al señalar que tendrán la condición política de aragonés, entre otros, “los españoles con vecindad civil aragonesa, aunque residan fuera de Aragón, siempre que lo soliciten de acuerdo con lo dispuesto en la ley”. Como se señala en ese mismo precepto, “la condición política de aragonés permite el pleno ejercicio  de los derechos de participación política y su incorporación al cuerpo electoral de Aragón”.

Tal vez olvidan los Grupos Parlamentarios proponentes que la regulación de la titularidad del derecho de sufragio en cualquiera de los diferentes procesos electorales que se celebran en España –generales, autonómicos, municipales y europeo- es desarrollo del contenido de un derecho fundamental y parte del régimen electoral general, cuya regulación se reserva constitucionalmente a ley orgánica, que solo puede ser aprobada por las Cortes Generales (artículo 81.1 CE).

De hecho, la regulación de la titularidad del derecho de sufragio realizada por la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) es vinculante para todas las Comunidades Autónomas, debiendo ajustarse a su contenido las leyes electorales que cada Comunidad Autónoma pueda aprobar. Reafirma este carácter básico del derecho de sufragio el hecho de que el censo electoral, en el que figuran inscritas las personas con derecho a sufragio, con indicación de la circunscripción en la que han de ejercer su voto, en atención a su municipio de residencia, es de carácter único.

Por lo tanto, en las elecciones autonómicas aragonesas no podrá ejercer su voto nadie que no resida en las provincias de Zaragoza, Huesca o Teruel, sencillamente porque no podrá figurar inscrito en el censo electoral. Los únicos ausentes que pueden ejercer ese derecho al voto son los residentes en el extranjero, y no porque lo diga la mencionada Proposición de Ley, que al reproducir la LOREG está invadiendo el ámbito material reservado a este ley orgánica –lo que constituye un nuevo vicio de inconstitucionalidad-, sino porque tal facultad está contemplada en el régimen electoral general establecido por el legislador estatal.

Es evidente que la titularidad de un derecho como el de sufragio, directamente vinculado a la ordenación democrática de nuestras instituciones políticas, en un Estado que cuenta con diferentes Parlamentos –como son las Cortes Generales y las Asambleas de las Comunidades Autónomas- no puede quedar a merced de lo que venga a establecer cada legislador, sino que se reserva la determinación del alcance de dicho derecho a la Ley Orgánica aprobada por las Cortes Generales, para articular de manera coherente las condiciones de participación política dentro del Estado.

Cuesta imaginar cuál es la relación que se pretende establecer entre el derecho de sufragio regulado por la Constitución Española y los derechos históricos de Aragón, pero lo que no plantea ninguna duda, desde una perspectiva constitucional, es que las Cortes de Aragón carecen de capacidad para modificar el alcance de la titularidad del derecho de sufragio en las elecciones autonómicas, pues la competencia para tal regulación es exclusivamente de las Cortes Generales, al afectar al régimen electoral general cuya regulación ha de hacerse por Ley Orgánica.

16 comentarios:

Anónimo dijo...



Este texto no hay por donde cogerlo.

Anónimo dijo...



Lo mejor que podrían hacer con él es retirarlo, y evitar el ridículo de su tramitación.

Anónimo dijo...


¿Con qué asesores cuentan los grupos proponentes?

Anónimo dijo...



Corral "combate" la manipulación de la Corona de Aragón.

Anónimo dijo...


"La Corona de Aragón es lo que fue. Una unión extraordinaria e idílica en el contexto de la Europa del siglo XII. Y con eso nos tenemos que quedar". El historiador de la Universidad de Zaragoza José Luis Corral fue claro y directo en la presentación de su nuevo libro La Corona de Aragón. Manipulación, mito e historia (editorial Doce robles), que presentó ayer en el colegio Joaquín Costa en un acto en el que estuvo acompañado por el editor Javier Lafuente.

El libro ha nacido para "combatir la manipulación y la mitificación tanto de contenido como de forma de diferentes historiadores que la llevan practicando desde mediados del siglo XIX por razones de interés político del momento", explicó el escritor que, en la misma línea, recalcó que "surge como respuesta a dos siglos de falsificación de terminología que es una forma de manipular y tergiversar el pasado. No existió una corona catalonaragonesa ni un título de rey de Cataluña, por ejemplo".

José Luis Corral traza a lo largo de los dieciséis capítulos y un epílogo de La Corona de Aragón. Manipulación, mito e historia la historia de la entidad desde su origen en 1137 con los esponsales de la reina Petronila de Aragón y el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona hasta su ocaso en 1714 con los decretos de Nueva Planta de Felipe V. A lo largo de las casi 200 páginas ("muy amenas y divertidas", según Javier Lafuente), Corral "desmonta con datos históricos el discurso que se está haciendo desde Cataluña, que, por otra parte, no está teniendo apenas reacción política en Aragón y eso me preocupa mucho". Corral aborda también los símbolos como la bandera real y acaba con el mito de los cuatro dedos ensangrentados como definidores de la bandera de Aragón.

EPA

Anónimo dijo...


Recordó el profesor de la Universidad de Zaragoza, que "los que tratan de alterar el presente modificando el pasado pueden conseguir su objetivo con la Corona de Aragón. Si los historiadores profesionales consentimos que otros manipulen hasta los conceptos básicos de la Historia, estamos colaborando a mantener la ya existente endeblez intelectual española y a que el mito se instale en la sociedad". En ese sentido, Corral dio como ejemplo, que El Cid, "a pesar de que está demostrado que murió en la cama de un hospital, aún persiste la idea de que todavía ganó una última batalla cuando ya estaba muerto". Así, recordó que "son tantos años de propaganda que cuesta desmontar la vergüenza que está ocurriendo en Cataluña".

Tampoco dejó de lado en su intervención el independentismo aludiendo a los derechos históricos que se reclaman desde diferentes partes de España: "¿Dónde empiezan esos derechos? ¿En los romanos, en los visigodos, en los califas de Córdoba, en los fueros medievales... dónde? Hay tantos que no se pueden reivindicar y hablar sin poner ese límite también es manipular la Historia. Hay tantos condicionantes que los derechos históricos son radiografías de un momento determinado", aseveró José Luis Corral, que dejó claro que "la vida de un ser humano es más importante que la suma de todas las banderas, signos, símbolos y naciones juntas". Por eso, el historiador y escritor darocense fue muy claro durante el acto cuando indicó con vehemencia que "Cataluña será mejor o peor por lo que hagan sus gentes y no por inventarse un pasado remoto".

El libro concluye con una serie de anexos que incluyen una cronología de la corona, así como una lista de los territorios que alguna vez han pertenecido a la Corona de Aragón, las genealogías, así como una serie de mapas, notas y bibliografía, entre otras cosas.

EPA

Anónimo dijo...



¿Vale la misma reflexión para Aragón?

Anónimo dijo...


Cuidado con publicar libros historicos y hacer presentaciones en clave nacionalista, porque entonces pierdes la razon. La historia se manipula en Barcelona, pero igual o mas en Madrid. Y ojo, que las naciones a los humanos les importan y mucho, un historiados deberia saberlo. Eso de que una vida vale mas que todas las banderas queda muy bonito, pero el como historiador deberia saber que en la practica, es mentira.

Anónimo dijo...


Los siete reinos de Cataluña, la última teoría histórica de los independentistas



Anónimo dijo...


¿Corona de Aragón? ¡Nooo! Nunca ha existido. Lo que había desde hace unos cientos de años era una “Confederación Catalanoaragonesa” que englobaba a siete reinos: Cataluña, Aragón, Valencia, Mallorca, Cerdeña, Nápoles y Sicilia.

Esta afirmación no forma parte de un nuevo capítulo de Juego de tronos ni de ninguna saga de películas fantásticas. Es, nada más y nada menos, que la última de las teorías de supuestos historiadores catalanes para justificar que Cataluña era independiente desde el siglo IX.

Y así explica esta teoría Víctor Cucurull en una lección magistral grabada precisamente el pasado 14 de abril. La grabación se hizo en las instalaciones de la televisión de El Punt Avui, dentro del programa Fem Via y fue patrocinada por la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC), la organización cívica que pilota el proceso soberanista catalán. Cucurull es también uno de sus dirigentes.

La forma de actuar de los catalanes, totalmente revolucionaria, se basa en pactos y de ahí, según los revisionistas, que se formase la Confederación Catalanoaragonesa. “Una cosa que se parece mucho a la idiosincrasia de Cataluña es la Unión Europea. ¿Y qué es la Unión Europea? Pues una confederación de Estados. Como la de Cataluña, Aragón, Valencia, Mallorca, Cerdeña, Sicilia y Nápoles. El éxito de este modelo hace que la nación catalana sea, en ese momento, la nación más importante del mundo conocido, exceptuando las potencias orientales como China”.

Anónimo dijo...


Con Fernando el Católico, Cataluña se sintió cómoda, pero a partir de Felipe II sus relaciones con España comenzaron a deteriorarse. ¿Por qué? Por la decisión de la “cúpula del poder” de centralizar en la “tierra de puercos y osos, un lugar inhóspito”, la Corte. En otras palabras, desde que se determinó que la capital del reino sería Madrid, en detrimento de Toledo, Valladolid y Burgos. “En resumen, decidieron crear la Villa y Corte en un sitio donde no había nada. Y crean un centro de poder donde fosilizan la estructura de la cúpula del poder (sic). Y eso tendrá unas consecuencias dramáticas”, argumenta el historiador.

En 1640, recuerda que Pau Claris proclama la República Catalana, recibiendo al apoyo de Luis XIV (en realidad, era Luis XIII). Y el avispado clérigo “proclama la República Catalana bajo el protectorado de la Monarquía francesa para salir precisamente del proyecto que quería sacar adelante el conde-duque de Olivares, que consistía en eliminar todas las instituciones de autogobierno históricas y convertir Cataluña en una provincia de Castilla. Y eso aquí fue inaceptable. Eso provocó 75 años de conflicto”.



Anónimo dijo...


En realidad, lo que hubo fue una revuelta de campesinos en 1640 que acabó siendo una revuelta contra los nobles. La República, además, duró sólo seis días: del 17 al 23 de enero de 1641. Luego, Claris rindió vasallaje al monarca galo. Es más: Luis XIII tuvo que ser reconocido como Conde de Barcelona, título que luego recayó en Luis XIV. El conflicto acabó en 1652, con la capitulación de Barcelona ante las tropas de Juan José de Austria y el perdón real, así como el respeto a las leyes y privilegios del Principado.

Según comenta el historiador Vicente Moreno en el blog que tiene en una publicación tan poco sospechosa de españolista como Sapiens, con el pacto de Claris “se consumaba la separación de la Monarquía Hispánica, no la independencia. Cataluña se integraba en el reino de Francia”. La visión, por tanto, difiere radicalmente de las teorías que quieren justificar los revisionistas.



Anónimo dijo...


No obstante, Cucurull insiste constantemente en que “ellos”, o sea, los españoles, “se han apropiado de la historia de Cataluña”. Y asegura que la historia de las revueltas del siglo XVII acaba en el sitio de Barcelona de 1714 con “una defensa a ultranza de las libertades y las constituciones catalanas”. En este episodio, no obstante, Cataluña no luchaba por su independencia, sino que había tomado partido por uno de los dos candidatos a la Corona española. Desgraciadamente, tomó partido por el candidato perdedor, porque la guerra fue ganada por Felipe V, el primer Borbón. Y jamás estuvo en juego la independencia de Cataluña.

Los revisionistas, no obstante, obvian cualquier detalle que haga referencia al planteamiento del condado de Barcelona a la Corona española. Cucurull también señala en su lección que “el tercer proyecto nacional [se refiere a la situación actual, es decir, a la reivindicación de la independencia] viene del hecho de que el catalanismo político ha fracasado. Te lo dicen por activa y por pasiva. Y entonces, decimos que nosotros marchamos y haremos nuestro proyecto nacional. Nosotros hemos intentado reformar España, regenerar España, hacer progresar España…nosotros hemos metido a España dentro de Europa… pero llega un momento en que piensas que ya no hace falta que nos esforcemos más. A ellos ya les está bien ser como son y nosotros queremos seguir siendo quien somos y, por tanto, tiraremos adelante. Éste es el inicio del tercer proyecto nacional”

Anónimo dijo...



Increíble la capacidad de los humanos de ocuparse de banalidades y olvidar lo realmente importante .



Anónimo dijo...



¿ Podría acabar este mal rollo de los nacionalistas si a este bendito pais , que llamamos España se le cambiara de nombre y se llamase Cataluña los años pares y Euskal Herria los impares y simplemente España los acabados en cero y los bisestos,?, asi todos unidos y contentos .



Anónimo dijo...


No son pocos los nacionalistas catalanes que cuestionan que España sea una nación. Mis opinones en este caso coinciden con la mayor parte de los juristas.



El romanticismo no se basa en criterios jurídicos o racionales sino en los sentimientos o en las vísceras en determinados casos.