miércoles, 30 de septiembre de 2009

¿PÉRDIDA DE VIGENCIA DE LA REGULACIÓN LEGAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA?

El documento de diagnóstico sobre la función pública de la Administración de la Comunidad Autónoma, presentado este pasado lunes por el Director General de la Función Pública, Antonio Brun, ante la Comisión Institucional de las Cortes de Aragón, contiene una afirmación llamativa: “la actual regulación legal de la organización de la función pública autonómica adolece de una profunda pérdida de vigencia”.

¿En qué consiste esa denominada “profunda pérdida de vigencia”? La primera de las razones invocadas es verdaderamente sorprendente, al afirmarse que los cambios reglamentarios de las estructuras orgánicas de los Departamentos han desactualizado el modelo legal. Verdaderamente cuesta creer que la pérdida de vigencia de una ley se produzca por vía reglamentaria, ya que ello implicaría una abierta infracción del principio de jerarquía normativa. Pero todo vale en un documento que, al parecer, no sólo carece de aparato informativo o estadístico que lo sustente, sino del más elemental rigor en sus planteamientos, como éste que achaca la pérdida de vigencia de una ley a las novedades reglamentarias.

Otra de las razones que se alegan para justificar esa “profunda pérdida de vigencia”, que no derogación, como si no fuese la derogación la única causa admisible de la pérdida de vigencia de una norma legal, es la sectorialización que ha experimentado la función pública aragonesa –con la incorporación del personal docente, sanitario o de la administración de justicia-, sin regularse adecuadamente la competencia de gestión de tales colectivos. Casualmente, la atribución de competencias de gestión cabe hacerla por norma reglamentaria, como se ha hecho en cada caso, por lo que no existe ni inseguridad jurídica ni pérdida de vigencia de la Ley por tal causa.

Aflora de nuevo la falta de rigor jurídico cuando se habla de la necesidad de profundizar en la descentralización de la gestión de los recursos humanos, como la realizada en su día a favor de las Secretarías Generales Técnicas de los Departamentos. Aquí se confunde descentralización con desconcentración, dos conceptos con cierta similitud pero nítidamente diferentes. La descentralización sólo se produce cuando las competencias de una Administración pasan a otra Administración –de la Comunidad Autónoma a las Entidades Locales, por ejemplo-, o cuando pasan a entes públicos con personalidad jurídica propia –la descentralización funcional-, pero no cuando cambian entre órganos de una misma Administración, supuesto que se denomina desconcentración.

Cabría seguir analizando las inexactitudes e incongruencias del documento de diagnóstico, contenidas en este apartado relativo a la “profunda pérdida de vigencia” de la Ley de Ordenación de la Función Pública, pero creemos oportuno señalar que la verdadera causa de crisis de dicha Ley no es la señalada “pérdida de vigencia”, sino su generalizado incumplimiento, que es cosa bien distinta, y cuya responsabilidad recae sobre los órganos de dirección de la función pública: Gobierno de Aragón, Departamento de Presidencia y Dirección General de la Función Pública. Sirve como claro ejemplo del incumplimiento de las responsabilidades de todos ellos lo acontecido en materia de selección de personal y oferta de empleo público. El incremento de la temporalidad –reconocido en el propio documento de diagnóstico- no es resultado de circunstancias externas, sino directa consecuencia del manifiesto incumplimiento por parte del Gobierno de Aragón, y de los órganos gestores de la función pública, de la obligación de aprobar la oferta anual de empleo público e incluir en la misma la totalidad de los puestos ocupados por funcionarios interinos, como expresamente se exige en el artículo 7.4 de la “vigente” Ley de Ordenación de la Función Pública.

Eso no se ha hecho, pero no porque dicho artículo de la Ley haya perdido su vigencia. No, las normas no han dejado de aplicarse porque hayan dejado de estar vigentes. Las normas siguen vigentes y su falta de respeto y cumplimiento es una responsabilidad de los órganos de la Administración autonómica encargados de aplicarlas: es decir, y por este orden, del Director General de la Función Pública, del Consejero de Presidencia y del Gobierno de Aragón. Por ello, el cambiar de Ley no ofrece garantías de solución si el Gobierno de Aragón y los restantes órganos siguen sin ajustarse a ella, sin respetarla.

24 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta mucho este análisis.

Anónimo dijo...

¿Qué es esto? ¿Una controversia jurídica?

Anónimo dijo...

Todos los empleados pùblicos debemos luchar por la vigencia y el predominio de la normativa legal y contra la realidad que se está imponiendo en nuestra Administración. Sí al Estado de derecho y al principio de legaliad; NO al nepotismo, no a la arbitrariedad, no a los cortijos, no al clientelismo

Anónimo dijo...

Aplaudo esta última arenga, y que no decaiga. ¡Esto marcha!

Anónimo dijo...

Cala, por lo que veo, el discurso de Lambán en Cariñena. Un discurso netamente dis-tinto al habitual.

Anónimo dijo...

Y ESTE ES EL CONTEXTO POLÍTICO, NO NOS OLVIDEMOS:

El PSOE y el PAR impiden que las Cortes insten la disolución de La Muela.

Los grupos de CHA, el PP e IU apoyan que el Gobierno aragonés solicite la medida al Ejecutivo central para que sea una gestora la que se haga cargo del Ayuntamiento.

Anónimo dijo...

ESTO INFORMA HERALDO DE ARAGÓN:

El caso del Ayuntamiento de La Muela resurgió ayer para convertirse en uno de los asuntos más controvertidos -y sin duda el que más tensión aportó- en el pleno celebrado ayer en las Cortes de Aragón. La Cámara rechazó por 36 votos del PSOE y el PAR frente a 28, una proposición de CHA apoyada por el PP e IU, que instaba al Ejecutivo aragonés a solicitar al Gobierno de la Nación la disolución del Ayuntamiento de La Muela de acuerdo con lo establecido en el artículo 61.1 de la Ley de Bases de Régimen Local.

El portavoz nacionalista, Chesús Bernal, utilizó como eje central de su discurso el ejemplo de Marbella, ayuntamiento disuelto por el Consejo de Ministros en 2006 tras los escándalos de corrupción que sacudieron la ciudad malagueña, después de una petición en ese sentido de la Junta de Andalucía. Tanto el PAR como el PSOE destacaron que el Gobierno andaluz instó la disolución de la Corporación municipal una vez que hubo una sentencia firme de condena.

Bernal aprovechó su intervención para utilizar la ironía contra el presidente de las Cortes, Francisco Pina, que ordenó recientemente que se retirara del orden del día una moción de su grupo por considerar que contenía juicios de valor. “No sé si será juicio de valor o tengo el valor de hacer este juicio”, indicó Bernal en su intervención al comparar las situaciones de Marbella y La Muela.

Anónimo dijo...

INFORMACIÓN DEL PERIÓDICO DE ARAGÓN:

Los votos de la coalición de gobierno PSOE-PAR fueron suficientes para rechazar la proposición no de ley de CHA en la que se solicitaba al Ejecutivo autonómico que pidiese al Consejo de Ministros la disolución del Ayuntamiento de La Muela. No hubo acuerdo entre las fuerzas políticas. Más bien al contrario, aprovecharon el debate para lanzarse reproches sobre los supuestos casos de corrupción que unos y otros concatenan en sus filas.

Anónimo dijo...

¿No es vigente porque no se aplica? Pero hay una obligación legal e inexcusable de aplicarla. ¿Quién les pide cuentas por cada una de sus inaplicaciones? Parece que sólo la Asociación. Los sindicatos participan, colaboran y aplauden esa inaplicación. ¿Son complices, esto es colaboradores necesarios?

Si se modifica la ley, ¿se aplicará entonces?

Antonio Brun es médico. Pero, ¿no tienen servicios jurídicos?

Anónimo dijo...

Todos contra el amiguismo y el enchufismo. Queremos una Administración de todos y para todos, basada en los principios de legalidad

Anónimo dijo...

Enhorabuena, amigos, por la cita que se hace de la asociación en el artículo de Encarna Samitier hoy en Heraldo. No es poco, no. Creo que el gran trabajo realizado lo justifica de sobras.

Anónimo dijo...

Más bien estamos ante una profunda pérdida de rigor y de honestidad por los responsables de Función Pública.

Anónimo dijo...

¿Y eso quién lo diagnostica?

Anónimo dijo...

¿Supongo que se alude a "honestidad intelectual", es decir, a esfuerzo de veracidad?

Anónimo dijo...

Esto se está poniendo serio, me parece.

Anónimo dijo...

¿No existía la figura de la derogación tácita, por desuso de la norma?

Anónimo dijo...

¿No será eso lo que se pretende?

Anónimo dijo...

De ese modo se elimina del ordenamiento jurídico todo lo que no me gusta, por el procedimiento de no aplicarlo. ¿Alguien se acuerda con el tiempo de lo que dicen normas que no se aplican, que han dejado de aplicarse o que no se han aplicado jamás?

Anónimo dijo...

¿No es función del Justicia de Aragón velar por la aplicación del ordenamiento jurídico aragonés?

Anónimo dijo...

¿Ha conseguido algo esa asociación a lo largo de sus dos años de vida?

Anónimo dijo...

Que un responsable de Función Pública haga en las Cortes una explícita confesión de la inseguridad jurídica en que la mantiene, debiera ser un motivo más que justificado para su cese inmediato, en menos de veinticuatro horas.

A ver si leen esto los partidos de la oposición y por lo menos la piden. O alguno de nuestros periódicos en un valiente Editorial.

Anónimo dijo...

Quiero felicitar a la Asociación por el trabajo que está desarrollando, y espero vaya a mas.
¿y esa cosa llemada SINDICATOS, parásitos de la sociedad, donde están?

Anónimo dijo...

¿QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO? AHORA ES EL PP EL QUE ACUDE AL JUSTICIA: VAN A QUEMAR A LA INSITUCIÓN EN LA LUCHA POLÍTICA.

VEAN:

El PP se ha mostrado crítico con los Presupuestos Generales del Estado para Aragón. Su portavoz en las Cortes, Eloy Suárez, ha asegurado que la Comunidad pierde “peso específico” ya que “si antes nos correspondía el 4,8% ahora es el 4,1%”. Los populares solicitarán entre este miércoles y el jueves, al Justicia de Aragón, un informe para conocer el grado de cumplimiento que tienen estos presupuestos con respecto al Estatuto aragonés.

Anónimo dijo...

Lo releo hoy, y sigue pareciéndome contundente.
Bravo.