Like the battle of Waterloo, the battle for Scotland was a damn close-run thing. The effects of Thursday’s no vote are enormous – though not as massive as the consequences of a yes would have been.
The vote against independence means, above all, that the 307-year Union survives. It therefore means that the UK remains a G7 economic power and a member of the UN security council. It means Scotland will get more devolution. It means David Cameron will not be forced out. It means any Ed Miliband-led government elected next May has the chance to serve a full term, not find itself without a majority in 2016, when the Scots would have left. It means the pollsters got it right, Madrid will sleep a little more easily, and it means the banks will open on Friday morning as usual.
But the battlefield is still full of resonant lessons. The win, though close, was decisive. It looks like a 54%-46% or thereabouts. That’s not as good as it looked like being a couple of months ago. But it’s a lot more decisive than the recent polls had hinted. Second, it was women who saved the union. In the polls, men were decisively in favour of yes. The yes campaign was in some sense a guy thing. Men wanted to make a break with the Scotland they inhabit. Women didn’t. Third, this was to a significant degree a class vote too. Richer Scotland stuck with the union — so no did very well in a lot of traditonal SNP areas. Poorer Scotland, Labour Scotland, slipped towards yes, handing Glasgow, Dundee and North Lanarkshire to the independence camp. Gordon Brown stopped the slippage from becoming a rout, perhaps, but the questions for Labour — and for left politics more broadly — are profound.
For Scots, the no vote means relief for some, despair for others, both on the grand scale. For those who dreamed that a yes vote would take Scots on a journey to a land of milk, oil and honey, the mood this morning will be grim. Something that thousands of Scots wanted to be wonderful or merely just to witness has disappeared. The anticlimax will be cruel and crushing. For others, the majority, there will be thankfulness above all but uneasiness too. Thursday’s vote exposed a Scotland divided down the middle and against itself. Healing that hurt will not be easy or quick. It’s time to put away all flags.
The immediate political question now suddenly moves to London. Gordon Brown promised last week that work will start on Friday on drawing up the terms of a new devolution settlement. That may be a promise too far after the red-eyed adrenalin-pumping exhaustion of the past few days. But the deal needs to be on the table by the end of next month. It will not be easy to reconcile all the interests – Scots, English, Welsh, Northern Irish and local. But it is an epochal opportunity. The plan, like the banks, is too big to fail.
Alex Salmond and the SNP are not going anywhere. They will still govern Scotland until 2016. There will be speculation about Salmond’s position, and the SNP will need to decide whether to run in 2016 on a second referendum pledge. More immediately, the SNP will have to decide whether to go all-out win to more Westminster seats in the 2015 general election, in order to hold the next government’s feet to the fire over the promised devo-max settlement. Independence campaigners will feel gutted this morning. But they came within a whisker of ending the United Kingdom on Thursday. One day, perhaps soon, they will surely be back.
(Artículo de Martin Kettle, publicado en "The Guardian" el 19 de septiembre de 2014)
31 comentarios:
La Administración es un gran botín, desde donde se ejerce un nepotismo moderno donde no es fácil establecer la frontera entre la discrecionalidad y la arbitraiedad.
Este año las tablas salariales publicadas por los Sindicatos recogen para el nivel 30, B, un especifico de 20.651.16 € (En 2005, BOA 129, eran 18.148 €), para una remuneración total de 53.429.46 €, pero no hacen referencia para nada a unos pocos (Jefecillos de Servicio) “pata negra”, de libre designación, perpetuados en un puesto de confianza desde donde ejercen su poder, acogen y protegen a sus afines y arrinconan a todo aquel “cuyo perfil” no es de su agrado, para los que ese mismo BOA de 2005 fijaba en 35.610 €, y que viendo la evolución del anterior en 2009 serían 40.521.70 € de específico, y unas remuneraciones de 73.300 € (sin incluir antigüedades, dietas, locomociones, cursos, cursillos …..). Tampoco parece muy justo que otro funcionario de su mismo grupo A, específico B, nivel 22 cobre un total de 37.421.44 €, 3.000 € menos que el específico del “pata negra”, o 33.003.60 € si tiene específico A, o que un funcionario del grupo E, específico A cobre 15.876.14 €.
En estos tiempos de crisis, ¿es justa la congelación del sueldo de los funcionarios?. ¿Cuantas congelaciones de funcionarios del grupo E se evitarían simplemente cesando a los “pata negra”?
¿Quién está dispuesto a renunciar a un botín a su alcance?
¿Qué garantías hay para evitar abusos como el descrito?
Es momento de conformar un gobierno de izquierdas, en solitario, puede hacerse y además la aritmética parlamentaria da para ello. Un gobierno con apoyos de CHA e IU, que habría que hablar, seguro, que sería complicado, seguro, pero que sería fructífero y sano, no cabe duda.
Hay que aguantar el pulso, que a lo mejor la procesión va por dentro.
JOSE ANTONIO MARINA en El Mundo:
LOS ADOLESCENTES -la juventud en general- sólo aparecen en los medios de comunicación cuando plantean problemas. Con esto se lanza el mensaje -también a los propios adolescentes- de que esa edad se caracteriza esencialmente por ser conflictiva, y que si se quiere vivir la juventud a tope hay que ser problemático. Se culpa de ello a la tormenta hormonal, la falta de autoridad, el exceso de libertad, la presión de los medios, la incitación al consumo, o a la ausencia de valores, porque la cosecha de culpables siempre es fértil. Pero, sea cual sea la causa, ellos son el problema. Todo el mundo comprende el título de un libro muy popular: !Socorro, tengo un hijo adolescente!, y algunos hasta recuerdan la sentencia de Juan de Mairena, el personaje de Antonio Machado: «Herodes, qué gran pedagogo».
Con todo esto se olvida que una parte de los adolescentes son estudiosos, responsables, cariñosos, que valoran la relación familiar y que, entre ellos y sus familias, surgen los mismos problemas que hace 50 años. Lo que sucede es que, como toda energía expansiva, tienden a ocupar el espacio que pueden. Lo que revela el comportamiento juvenil es el vacío que los adultos hemos dejado para que se expanda.
Hay muchos mitos sobre los adolescentes, y, como casi todos les perjudican, voy a intentar desmontar alguno de ellos, para defenderles. Al fin y al cabo son mis alumnos. Comenzaré advirtiendo que «adolescente» no es un término biológico ni jurídico, que se solapa confusamente con otros: «pubertad», que es un término biológico y «minoría de edad», que es un término jurídico. Los adultos deberíamos ponernos de acuerdo, al menos, en la terminología.
En todo el mundo, el período comprendido entre 12 y 18 años es un caos terminológico y, lo que es más grave, legal. ¿Saben ustedes que en España, legalmente, una niña de 13 es considerada suficientemente madura para mantener relaciones sexuales con un adulto, pero no para beber una cerveza? ¿Que a los 16 años el Gobierno piensa que puede decidir responsablemente abortar, pero en cambio no puede votar por falta de madurez? El mal no es sólo de España. Es universal, lo que me consuela poco. En EEUU, 2.200 menores de 18 años han sido condenados a cadena perpetua, y al menos 73, que yo conozca, por crímenes cometidos antes de los 13 años. Los adultos debemos aclarar nuestras ideas antes de pedir a los adolescentes que las tengan claras.
¿Es la administración pública un botín político?
Así se titula este editorial de un periódico boliviano:
A través de un decreto supremo, el Gobierno de Evo Morales procedió a la creación de la primera Escuela de Administración Pública anunciando que el primer programa de capacitación comenzará el mes de septiembre sobre la base de unos diez ejes de capacitación. Uno de los impulsores del proyecto, el director de Normas de Gestión Pública, Raúl Prada, indica que la idea nace de la sugerencia de Evo Morales sobre la necesidad de crear un instituto que se ocupe de la formación del funcionario público. Prada agrega que la Escuela es la puerta del cambio en la concepción de la administración pública, pues “descolonizará” su naturaleza.
Pero ¿qué significa aquello de “descolonizar”? Según su impulsor, “se trata de desmontar todas las modernidades colonizantes que impiden el desarrollo”. Para ello, a través de esta escuela se ha de consolidar el nuevo modelo de la gestión pública plurinacional y comunitaria. De acuerdo con el vicepresidente García Linera, uno de los elementos centrales es la atención plurilingüe y la marginación de cualquier tipo de discriminación en la elección de un funcionario público. El idioma y el respeto por cualquier usuario, sin importar su origen, así como que “un aymara, un guaraní o un quechua” tengan las mismas oportunidades.
He aquí que, sin embargo, se habla de la necesidad de desterrar las formas de discriminación social y racial de la administración pública, pero ambos funcionarios prefieren no mencionar a otro tipo de discriminación vergonzante y abusiva: la discriminación ideológica y política. Esta idea se apoya, para comenzar, simplemente en la afirmación del Presidente de la República, quien en diversas oportunidades expresó la necesidad de “limpiar la administración pública” de todos aquellos funcionarios que no estén “comprometidos con el cambio”, y comprometerse con el “cambio” implica comenzar inscribiéndose al Movimiento Al Socialismo.
A partir de ese punto, para “comprometerse con el cambio”, el funcionario público debe, ante todo, ejercer de forma prioritaria su militancia en el partido, lo que implica no sólo asistir a bloqueos y/o cercos a la oposición partidaria, cualquier día y a cualquier hora, también brindar parte de su sueldo como “aporte” para el fortalecimiento del “partido”. Naturalmente, aquello también implica la “necesidad” de dar prioridad en el desarrollo de las funciones a los intereses partidarios y el tráfico de influencias que impulse cualquier jerarca del partido.
Pero este mal no lo ha inventado el Gobierno actual, lo practicaron con mucha pasión los anteriores gobiernos, al punto de convertir los cargos públicos en un apetecible botín político. Desde 1982, la administración pública cambia su personal tras la llegada de cada nuevo Gobierno. Y ése es el camino que parece seguir el de don Evo Morales. En realidad, no interesa la capacidad y honestidad del funcionario, la administración pública seguirá siendo el premio con que el partido de Gobierno premia a sus militantes más allegados.
Comentario:
El Estado boliviano hizo grandes esfuerzos desde 1990 para tener un servicio civil de carrera. Lamentablemente, el problema que, evidentemente radica en los políticos, también se explica por una sociedad boliviana apática a lo que ocurre con el manejo de la burocracia estatal. Parece que a la sociedad boliviana le interesa tan sólo obtener cargos -a cualquier costo- y no comprometerse decididamente con la formación de un Servicio Civil. Sin éste, la administración pública será siempre un botín y el gobierno una máquina de impunidad, prebendalimo e ineficiencia.
La Universidad no debe ser botín político.
Así se expresa el editorial de un periódico de Puerto Rico:
20 de agosto de 2009.
Lo que por meses se venía rumorando y cuajando, finalmente se concretó con la renuncia de Antonio García Padilla a la presidencia de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Habrá quienes se sientan satisfechos por pensar que cumplieron con lo que debía ser ley divina, luego de un resultado electoral contundente, otros estarán lamentando la pérdida del control de una de las operaciones administrativas más importantes del País, y habrá quienes sientan frustración al ver las reacciones y consecuencias de los primeros dos grupos que inevitablemente laceran la autonomía universitaria que debe regir al primer centro docente de Puerto Rico.
En más de cien años de historia, la UPR ha sido terreno neurálgico para diversas administraciones gubernamentales. Son muchos los que han intentado tomar el control del sistema universitario para manejarlo como una agencia más de gobierno, sin embargo la naturaleza de la institución y la composición de la comunidad universitaria han contenido en múltiples ocasiones esas intenciones.
La UPR, que alberga a los estudiantes más talentosos del País y que se distingue por la calidad de su claustro, se ha caracterizado por ser centro de debate del pensamiento complejo y crítico. Ciertamente esta característica resulta incómoda para las personas que ostentan el poder político, indistintamente de partidos.
Con cada cambio de administración de gobierno llega ineludiblemente el momento en que se trastoca el cuadro directivo de la institución, a pesar de los mecanismos que se han delineado para resguardarla de los vaivenes políticos.
En esta ocasión, el País fue testigo de investigaciones legislativas atropellantes en las que nunca se le dio la oportunidad al presidente García Padilla de deponer ante sus inquisidores. Por otro lado, la administración universitaria nunca fue efectiva en comunicar su posición al País, ni en justificar convincentemente los gastos públicos cuestionados por sus detractores.
El golpe de gracia a la presidencia fue la filtración a la Prensa de unos informes de auditorías internos preliminares que finalmente no fueron refrendados por la Junta de Síndicos. Esto, sin contar las presiones económicas a la institución.
El tratamiento a la UPR como un simple botín político tiene el efecto de crear mayor inestabilidad en un sistema sumamente sensitivo. Esta mirada pasa por alto la importancia de tener una universidad fuerte para poder competir en la llamada sociedad del conocimiento fomentando capital humano que pueda ubicarnos a un nivel de competitividad global. Ya es hora que los administradores de turno en el País comiencen a respetar verdaderamente la autonomía universitaria
FUNCION PUBLICA Y BOTIN EN PERU.
LIMA, Perú - El Secretario de Economía, Planificación y Desarrollo, Juan Temístocles Montás, propuso una reforma de la administración pública, incluyendo los ayuntamientos, que aleje el clientelismo y la visión de un “Estado botín de guerra”.
El funcionario y dirigente del Partido de la Liberación Dominicana sostuvo que una reforma de esa naturaleza deberá asegurar una “franja técnico-profesional” de funcionarios dedicados a la búsqueda de la excelencia en el servicio a los ciudadanos.
Asimismo, consideró que de esta manera se lograría contar con servidores públicos con vocación de permanencia en la carrera administrativa sin importar cuál fuerza política gane las elecciones.
Propuso que los funcionarios sólo alcancen los cargos por concurso público, que reciban una remuneración digna, y que para hacer carrera se parta de parámetros que tomen en cuenta el mérito demostrado en el desempeño.
Comentario:
Precisamente lo que estan ustedes haciendo aqui, que BARBARO.
Del blog de Sevach:
El botín del político: Complemento de ex altos cargos
Extracto de Sevach:
Buena parte de los que fueron altos cargos pasan tras el cese a convertirse en una “alta carga” puesto que si la procedencia de los mismos era funcionarial (cómo suele suceder en uno de cada cuatro cargos políticos españoles), les aguarda el denominado complemento de alto cargo, que consiste en un mecanismo retributivo que les garantiza, de forma indefinida, la equiparación de sus retribuciones en su humilde puesto de funcionario a las propias de un Director General en activo, y ello aunque vuelvan a su labor de conserje, administrativo, maestro o técnico de cualquier Administración pública. Casi nada.
El problema de dicho complemento para Sevach es múltiple.
1º Problema de justificación. ¿Acaso un alto cargo no cobra una justa retribución mientras está en activo, y recibe prebendas no salariales – dietas, gastos de representación,etc-, además de cosechar relaciones e influencias que formarán parte de su mochila cuando abandone el cargo?,¿más todavía?
2º Problema de igualdad. ¿Acaso es admisible, dentro del despropósito, que un Director General tras el cese mantenga toda su vida un complemento vitalicio si retorna a la Administración y en cambio nada reciba si regresa a la empresa privada?.¿No sería mas justo un complemento transitorio para el «aterrizaje en la realidad» por breve tiempo pero de igual cuantía sea cualesfuere el destino – público o privado- del político cesado?.
3º Problema de proporcionalidad.¿Acaso es de recibo que un alto cargo que desempeña su puesto durante dos años reciba un complemento tan vitalicio como quien lo ha desempeñado durante cuarenta?¿No sería mas justo que el complemento transitorio se perciba durante tanto tiempo como se ejerció el alto cargo?.
4º Problema de moralidad.¿Acaso resulta ético que los políticos consigan la unanimidad tanto en el parlamento estatal como en los autonómicos, votando sobre asunto de su propio interés?;¿alguna vez los trabajadores de una empresa soñaron con decidir por votos sus propias retribuciones?.
5º Problema de decencia. ¿Acaso en tiempos de crisis, en que cualquier despedido se encuentra con su parca y temporal prestación, puede mantenerse la vigencia de tal blindaje retributivo, con la garantía del Estado?.
6º Problema de seriedad. ¿Es serio que cobre el complemento tanto el político cesado por corrupto o por pésima gestión pública como el político brillante y abnegado?.
En fin, que si en el conjunto de las Administraciones Públicas españolas hay en tiempo real unos 5.000 altos cargos (sin contar altos ejecutivos de empresas públicas) y una vida política media de cuatro años, fácil resulta colegir como se va abarrotando el cómodo burladero de funcionarios ex altos cargos que retornaron a la condición de empleado público de a pie. Y al igual que la capa de ozono se va erosionando de forma lenta pero inexorable, los presupuestos de las Administraciones año a año experimentan un mayor agujero dedicado a las retribuciones que se abonan a quienes fueron altos cargos.
Me decía hace ya muchos años un Alcalde y amigo; “la política se ha convertido en un nuevo yacimiento de empleo”.
Comentario:
Algunos ponen el grito en el cielo cuando demagógica y machaconamente se demoniza a los funcionarios. Pues bien, yo hoy quiero hacer la misma denuncia respecto de los políticos. Son evidentes los males que aquejan a los políticos: soberbia, alejamiento de la realidad, corporativismo, estrechez de miras, y así un largo etcétera. Ahora bien, yo quiero recordar que los políticos son necesarios. Nunca nos quitaremos de encima a los políticos. Tenemos que intentar que mejore el nivel de los políticos que tenemos en España. ¿ Hacemos algo para ello?. Yo creo que no. Los políticos tienen algo que falta en nuestra sociedad: compromiso. Muchos están en política para vivir de ella, pero otros muchos, la mayoría, están en política porque defienden unas ideas, unos principios. Dan la cara por algo. Cuando lo imperante es el relativismo, el pasotismo revestido de pesimismo, es de agradecer que haya gente que defiende aquello que muchos pensamos. Resumiendo: sí, es verdad todo eso que decís, pero no olvideis que los que mandan son los políticos, y sobre todo,pensad si estaríais dispuestos a dar el paso de dedicar parte de vuestro tiempo y energías a la política.
Comentario:
Hay que puntualizar una serie de cosas:
a) El político está ahí o bien por aritmética parlamentaria o bien porque le ha votado más gente que a los demás. Y, por cierto, mucho de ese voto es cautivo, porque a las colocaciones de cargos eventuales hay que sumar las adjudicaciones de contrato y, por último pero no menos evidente, las subvenciones termodirigidas (al calor que desprende la afinidad con nuestras ideas).
b) Un funcionario que haya aprobado unas oposiciones, como mínimo, tiene un conocimiento siquiera rudimentario de dónde buscar las cosas (y/o de esas mismas cosas). Conoce sus limitaciones y sus puntos fuertes. No pasa eso con los políticos, que se creen omnipotentes.
c) Sobre lo del complemento en cuestión, pues lo dicho. Tanto la duración (inferior al mandato legislativo) como su devengo (de por vida) es un premio a la fidelidad y el perrofalderismo (si se me permite crear palabras nuevas) más que evidente. Lo peor de todo es que son los propios políticos los que deben quitar esos complementos a sus amigos y conocidos y, por lo tanto, no están por la labor.
Otro comentario:
Porque no hablais del Botin de los sindicatos y hablais un poco de los “liberados” Y DE LOS CURSOS SINDICALES , los politicastros al menos se lo curran ,pero los liberados que coño hacen ? no van ni a trabajar , seria bonito si lo haceis y creo que hasta practico ,por que se llevan mucha mas pasta que los politicastros.
Comentario:
Hispanistán se ha puesto imposible. Y es que 18 gobiernos son muchos gobiernos. En cada uno de los 17 gobiernos se reproduce el esquema del gobierno central. Hay una duplicidad tremenda, ineficiente y despilfarradora. Por eso ha llegado la ruina. He enlazado el nick con un blog donde abogan por el TRINQUE SOSTENIBLE, el Partido Trincón, y al final, van a tener razón aunque parezca demencial. Muy bueno e instructivo el artículo. La cosa está más emponzoñada de lo que nos creemos. Los partidos políticos se han convertido en las principales empresas de contratación del país, me temo que es lo que pasa. Lo que sucede es que contratan con el dinero de los demás, claro, de los paganos.
Lo dice SOSA WAGNER en La Nueva España:
Una Administración púbica será la que mejor responda a su actual condición de botín de la clase política. Porque durante el siglo XIX la Administración fue, por supuesto, botín, pero los políticos de la época (Bravo Murillo, Posada Herrera o Maura, a comienzos del XX) querían que dejara de serlo, pues les parecía poco estético. Luego vino el franquismo, que, en una primera etapa, reprimió con dureza: fusilamientos, depuraciones y exilio, pero después montó una función pública neutral (fuera del Movimiento y la Organización Sindical) que culminó con la creación del cuerpo (magnífico) de técnicos de Administración civil.
La situación de la actual Administración es bien otra. No sólo ha vuelto a ser botín de los partidos -a salvo las obligadas excepciones-, sino que ya nadie piensa en corregir esta situación y sí en ponerse las botas.
Así que, en tales condiciones, lo mejor que puede ocurrir es que la Administración se convierta en un pub para alternar. Pasaremos el rato entretenidos en él hasta que nos hayamos bebido sorbo a sorbo al Estado, ese señor austero al que muchos le habíamos tomado cariño porque estaba pensado para proteger a los débiles.
El botín no pasa nunca.
¿No era el amor?
Venga, a ver si aparte de cabrearnos como monos somos capaces de tomar alguna iniciativa para hacer público este ESCÁNDALO.
¿El del Botín?
Dando ejemplo de frugalidad. Como corresponde.
Dejadles que se pongan los sueldos que quieran
¿No veis que si no robarán el déclupo?
SISTEMA DEL BOTÍN: El sistema del botín, o de los despojos, es traducción de la expresión "spoils system", con la que en los EE.UU. se designa al sistema tradicional de considerar a los cargos administrativos del gobierno como "botín de guerra", a disposición de las autoridades elegidas para apartar a sus ocupantes anteriores y nombrar en ellos a sus seguidores y ayudantes en la campaña, para premiarlos por su colaboración y también para asegurarse un cuerpo de administradores leal, que no boicotee sus políticas desde la burocracia. En ese sentido, es el equivalente americano del "servicio civil" inglés y europeo continental. Cumple dos objetivos: estimula la participación en la campaña electoral (por la esperanza de conseguir un puesto) y asegura en alguna medida la lealtad de los administradores, no así su idoneidad. Por esa razón, a medida que los cometidos del gobierno se fueron haciendo más complejos y más técnicos, el sistema fué evolucionando hacia una forma mixta, en la cual una cantidad de altos puestos de gobierno (en los EE.UU. se calcula en 1 500 cargos) son definidos como "políticos" y se espera que sus ocupantes renuncien al terminar su ciclo presidencial, de modo que puedan ser cubiertos por el gobierno entrante, mientras que el resto de la administración se considera compuesta por cargos técnicos y en general no es afectada por los cambios políticos. El sistema del botín mantiene, en cambio, mucha vigencia a nivel de las administraciones locales
"Las cajas son hoy el gran botín de los políticos sin escrúpulos"
Si en Aragón estamos ya como en Argentina:
Bajo el pretexto del “clientelismo político”, es mucha la gente que cobra sin trabajar o que trabaja mediocremente en las entidades estatales.
Todavía no se puede cuantificar el monto del dinero público que se desperdicia en el fomento de esta masa parasitaria que, a decir verdad, no aporta nada al desarrollo nacional.
Mientras persiste esta práctica que se acepta como un “hecho consumado” del favoritismo de los partidos, miles de jóvenes profesionales con capacidad para aportar sus talentos al mejoramiento de la sociedad están ociosos o buscando ganarse algún dinero para sobrevivir en actividades muy desconectadas de su preparación técnica o intelectual.
Las “botellas” no se justifican nunca, pero menos ahora en momentos en que los ingresos del fisco han descendido durante varios meses consecutivos y el Gobierno hace esfuerzos por eliminar de sus nóminas a aquellos que cobran dos o más salarios en la administración pública.
Se precisa, pues, de un corte drástico de la masa parasitaria que cobra sin trabajar en las entidades públicas, y que el dinero que han venido engulléndose sin reciprocar servicios a la sociedad sirva para emplear a tantos ciudadanos capaces que no saben qué hacer con sus títulos universitarios o técnicos porque carecen de un empleo en nuestro país.
Los políticos que salen elegidos por su concurrencia en una lista deberían saber:
1.- Que no salen elegidos por sus méritos, sino porque alguien les ha incluido en la lista en un puesto que tiene más o menos garantizada la elección.
2.- Que al día siguiente de salir elegidos siguen siendo tan ignorantes como lo eran la víspera.
3.- Y que a partir de ese momento, y a pesar de que sus limitaciones siguen siendo las mismas, la tentación de la vanidad estará más presente que antes.
"Vencida la Justicia, nadie defiende el interés común".
Un mal muy extendido, un mal endémico del poder en países latinos. ¿Y en los otros?
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