martes, 27 de abril de 2010

NECESIDAD DE UN ALTO NIVEL DE EXIGENCIA.

La gestión de los servicios públicos, como cualquier otra actividad en la que se vean afectados los derechos e intereses de los ciudadanos, ha de llevarse a cabo con un alto nivel de exigencia, tanto profesional –por parte de los servidores públicos que la llevan a cabo, asegurando en la misma el máximo nivel posible de competencia y de diligencia- como política –por parte de los responsables públicos, garantizando la plena sujeción a criterios de imparcialidad, acceso en condiciones de igualdad de todos los ciudadanos, transparencia y rendición de cuentas-, generando con ello el necesario círculo virtuoso que estimule una mejora continua de nuestra organización administrativa y de nuestra función pública.

Cada cual –servidores públicos, por un lado, y responsables políticos, por otro- han de cuidar el nivel de exigencia que corresponde a su espacio de intervención, conscientes, además, de que no son espacios separados o estancos, sino parcelas distintas de un solo espacio, el de la gestión pública: a unos les corresponde la responsabilidad directa sobre la buena administración y a los otros sobre el buen gobierno. Conscientes todos de que una mala administración lastra cualquier propósito de buen gobierno, y un mal gobierno degrada inevitablemente cualquier empeño, por voluntarista que sea, de buena administración.

Esta Asociación, desde sus primeros pronunciamientos públicos, ha propugnado un horizonte común de buen gobierno y buena administración, reclamando para ello un conjunto de medidas, entre las que se incluían la aprobación de códigos de buen gobierno, dentro de una estrategia de ética pública, la aprobación de un régimen de conflictos de intereses para los altos cargos de la Administración autonómica o el impulso de medidas de transparencia, para asegurar un efectivo control de la gestión pública por parte de los ciudadanos.

El tiempo transcurrido y la reacción del Gobierno de Aragón –y también, en ciertas ocasiones, de las Cortes de Aragón- a las propuestas formuladas nos ha permitido apreciar la escasa, por no decir nula, voluntad de formular una agenda política de buen gobierno. Se han rechazado, una tras otras, todas las propuestas de esta Asociación, pero no se ha formulado ninguna alternativa a las mismas. Resultado de todo ello es la posición cada vez más rezagada que ocupa nuestra Comunidad Autónoma en la adopción de medidas que refuercen la idea de una Administración Pública al servicio de los ciudadanos.

¿Qué cabe esperar de un Ejecutivo autonómico cuyos niveles de exigencia en materia de gobierno se sitúan entre los más bajos de España? ¿Qué objetivos pueden alcanzarse desde la mediocridad y la reiterada e injustificada autocomplacencia? ¿Qué autoridad moral asiste a un Gobierno ante los ciudadanos en momentos de crisis, cuando, por ejemplo, se acumulan diez años de retraso en el establecimiento de un efectivo control de las cuentas públicas y ni siquiera se ha sido capaz de mantener el rigor –léase legalidad- en las retribuciones públicas? ¿Puede exigir sacrificio a los ciudadanos quien no se ha exigido a sí mismo ni competencia ni transparencia, ni respeto a la ley ni rendición efectiva de cuentas?

No podemos estar en modo alguno satisfechos con el actual estado de cosas, pero somos al mismo tiempo conscientes de que no se puede exigir a los demás sin antes exigirse a uno mismo. Sólo desde un compromiso ético radical con el servicio público estaremos legitimados verdaderamente para denunciar la arbitrariedad y las irregularidades en que incurra el Gobierno de Aragón –el actual, y los que vengan en el futuro-, y si la caridad ha de comenzar por uno mismo –como suele decirse-, también la exigencia en el quehacer profesional y en el rigor de los análisis sobre la realidad de la administración y de la función pública han de imponérsela los miembros de esta Asociación y el conjunto de los servidores públicos para luego reclamar medidas de buen gobierno a los responsables políticos.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Nos apuntamos a la filosofía? ¿Y la acción y la denuncia?

Anónimo dijo...

¿No se frotarán las manos algunos si leen cosas como ésta?

Anónimo dijo...

¿Vía libre para los gobernantes sin escrúpulos?

Anónimo dijo...

¿Hay que estar libre de pecado para tirar la piedra?

Anónimo dijo...

Los sindicatos CATA, CEMSATSE, CGT, CSL, OSTA, STEA-i, y USAE, excluidos del proceso de elaboración del Anteproyecto de ley del Empleo Público de Aragón, anunciaron ayer su intención de reunirse con el consejero de Presidencia, Javier Velasco, para expresarle sus propuestas y manifestarle su rechazo "frontal" al anteproyecto planteados en ese anteproyecto. Estos sindicatos, que según afirmaron representan al 20% de los funcionarios aragoneses, anunciaron movilizaciones si no se llevan "un compromiso de apertura de una negociación real del anteproyecto con todas las organizaciones sindicales con representación".

Entre los puntos que más rechazo generan en estos sindicatos está la creación de tres organismos encargados de la coordinación de los trabajadores públicos, la inclusión del despido "objetivo" o que no arregle el problema de la interinidad.

EL PERIODICO DE ARAGON.

Anónimo dijo...

Comentario:

Aquí cada politiquillo que viene se trae a sus amiguetes en forma de asesores o en comisión de servicios, y al resto de funcionarios del organismo en cuestión nos tienen aparcados

Anónimo dijo...

¿No lo justifican diciendo que tienen que formar su equipo?

Anónimo dijo...

Comentario:

Es vergonzoso que los principales sindicatos CCOO, UGT y CSIF que promulgan la reducción de la interinidad ahora aprueban un anteproyecto que ni nombra esta situación ni contempla reducción y sin embargo aboga por la arbitrariedad, yo abogo a los trabajadores de la DGA para que se abstengan de votarles las próximas elecciones sindicales.

Anónimo dijo...

¿Cuáles son los datos de participación en las elecciones sindicales?

Anónimo dijo...

¿Dónde se pueden conocer?

Anónimo dijo...

MÁS que de lo dicho por el ministro José Blanco -que con la gorra del PSOE salió de mitin el fin de semana para defender al juez Garzón-, en el Madrid de la política se habla de un artículo de Joaquín Leguina en el "El País" en el que el ex presidente de Madrid critica a quienes reclaman la revisión de la Transición aduciendo que la Ley de Amnistía del 77, en realidad, fue una ley de amnesia. Amnesia impuesta por el miedo al ruido de sables. "Es falso -decía- y encierra una calumnia contra quienes alumbraron la Constitución. Gentes generosas, no cobardes".

Leguina señala que faltan al rigor quienes afirman que la derecha española es heredera y añorante del franquismo. Considera, con razón, que es un disparate decir que la mitad de los españoles (los votantes del PP) son franquistas. También rechaza la proclama según la cual "todos" los represaliados por el franquismo son héroes de la democracia y de la libertad y recuerda los crímenes cometidos en Madrid en la zona republicana por alguno de los pistoleros izquierdistas que operaron en la retaguardia al inicio de la guerra civil.

Viene a decir que para defender a Garzón no hace falta tirar al niño (la Transición) con el agua sucia de la bañera. Leguina ha contado que desde la dirección del partido le habían llamado para recordarle que el PSOE estaban con Garzón. "¿Y, en qué congreso se ha decidido ese apoyo ", habría preguntado el cántabro con la retranca que le caracteriza. Joaquín Leguina es un lujo; un socialista que no es que vaya por libre, es que, a la manera de Kazanzakis, se sabe libre porque nada teme, ni nada espera.

FERMIN BOCOS.
DIARIO DEL ALTOARAGON.

Anónimo dijo...

Ecos del artículo de Leguina: maravillosa reflexión.

Anónimo dijo...

Rezuma sentido común y libertad.

Anónimo dijo...

Exigencia, sí, pero sobre todo responsabilidad.