jueves, 19 de junio de 2014

NUEVA ETAPA EN LA VIDA DEMOCRÁTICA ESPAÑOLA.



La España democrática, que sigue teniendo como basamento fundamental de su convivencia la Constitución de 1978, vive hoy la renovación de una de sus instituciones más destacadas, la Corona. El Príncipe de Asturias, heredero de la Corona –como señala el artículo 57 de la norma constitucional-, será proclamado Rey en una sesión conjunta de las Cortes Generales –Congreso de los Diputados y Senado- que tendrá lugar esta misma mañana.

Toda renovación institucional –y ésta lo es significativamente- es ocasión para modificar el clima dominante en nuestra sociedad, en la que elevadas dosis de resignación y pesimismo ensombrecen y reducen las potencialidades de desarrollo y de fecunda convivencia con las que seguimos contando. Es necesario apelar al esfuerzo y al compromiso de todos en la realización de las respectivas responsabilidades, que no podemos dejar de atender sin poner en riesgo la calidad de la democracia y el futuro de nuestra sociedad.

No hay instituciones sólidas sin una sociedad dinámica y cohesionada en torno a unos valores y reglas compartidos y respetados por todos. La sociedad y las instituciones de las que se dota para su autogobierno han de contribuir conjuntamente a que los principios que deben regir la vida pública sean una realidad consolidada que haga posible el desarrollo libre y pleno de cada uno como persona y como ciudadano. Todo poder público tiene como única razón de ser la de contribuir a la libertad y al bienestar de los ciudadanos, pero la condición de ciudadano conlleva también una carga de responsabilidad que no es posible eludir, pues no hay democracia real sin ciudadanos dispuestos a poner sus capacidades y sus energías al servicio de los intereses comunes.

La reivindicación del Estado de Derecho y del papel de los poderes públicos en el aseguramiento de los derechos de todos los ciudadanos, y en especial de aquellos que atraviesan circunstancias de necesidad y privación material, constituye hoy una prioridad. La renovación en la Jefatura del Estado debiera ser ocasión para que en cada una de las instituciones públicas, pero también en la voluntad de ciudadanos y entidades sociales, se renueven la confianza y el compromiso con todos los valores que compartimos –proclamados en nuestra Constitución- y redoblemos nuestro esfuerzo por superar dificultades y corregir todas las equivocaciones –las malas prácticas en que se ha incurrido- que han debilitado el vigor ético y cívico de nuestra vida democrática, desde la cual debemos poder afrontar todos los desafíos de desarrollo y solidaridad que marquen las circunstancias.

15 comentarios:

Anónimo dijo...



La arenga me parece oportuna.

Anónimo dijo...



Ley Orgánica 3/2014, de 18 de junio, por la que se hace efectiva la abdicación de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I de Borbón.

Anónimo dijo...



El Rey apuesta en su discurso ante las Cortes por “la unidad y no la uniformidad de España”, porque “caben distintas formas de sentirse español. Diputados y senadores vitorean al jefe de Estado durante su discurso, en el que hace un emocionado homenaje a su madre, doña Sofía

Anónimo dijo...


"Encarno una Monarquía renovada para un tiempo nuevo", afirma el Rey en su discurso ante las Cortes.

Anónimo dijo...


El presidente del Congreso, Jesús Posada, a las diez cincuenta del 19 de junio ha proclamado rey de España a Felipe de Borbón, que reinará con el nombre de Felipe VI, tras su juramento de cumplir y hacer cumplir la Constitución. Algo más de veinticinco minutos de discurso y muchos aplausos con todos los miembros de las Cortes Generales puestos en pie y las tribunas de invitados en la misma actitud de adhesión. Los que estaban querían estar ya que los representantes del Grupo Mixto y de Izquierda Plural no acudieron al no estar de acuerdo con la institución monárquica que tiene su continuidad de Juan Carlos I a Felipe VI. Sí estaban en el acto el presidente de Cataluña, Artur Mas y el del País Vasco, Íñigo Urkullu que aplaudieron en algún momento tímidamente y en otros no secundaron al resto de los diputados. Después departieron brevemente con el Príncipe en el saludo de todos los asistentes sonrientes y con gesto cordial.

Anónimo dijo...


Desde sus convicciones de lo que debe ser la Corona ofrece “una Monarquía renovada para un tiempo nuevo”. La tarea que emprende tiene la energía, la ilusión “y el espíritu abierto y renovador" que inspira a su generación. El afán de encarnar un tiempo nuevo ha recorrido el discurso del nuevo monarca.

El desempleo, la crisis económica, la brutalidad de sus efectos, han sido invocados por el Rey para subrayar la necesidad de que todos los poderes trabajen por quienes sufren los efectos del deterioro económico y social. También la necesidad de regeneración democrática ha estado presente en su discurso, como su vocación por ayudar a la presencia eficaz de España en el mundo.

El respeto de la Corona a las Cámaras, depositarias de la soberanía nacional, han sido el comienzo de su discurso como el homenaje a la España que quiere y admira. “Del legado excepcional” que ha dejado su padre, y la generación de la reconciliación, a la España necesaria inmersa en la investigación y en la innovación. No ha invocado la dinastía como razón de su legitimidad, sino el trabajo y su tarea “abierta y comprometida” con las aspiraciones de los españoles. Se ha despedido dando las gracias en castellano, catalán, euskera y gallego. El gesto de mayor afecto lo ha tenido con su esposa, la reina Letizia, con dos besos y una sonrisa a sus hijas, Leonor, Princesa de Asturias y a la infanta, Sofía. Desde la tribuna de invitados, le aplaudía con fuerza su madre, Doña Sofía y su hermana mayor, Doña Elena, con lágrimas visibles.

Anónimo dijo...


El discurso pronunciado por Felipe VI tras su proclamación ha agradado a los representantes del PP y el PSOE, que han valorado especialmente su defensa de una España unida y plural, frente a la frialdad con la que lo han acogido los presidentes vasco y catalán, Iñigo Urkullu y Artur Mas. En general, los representantes políticos han saludado las palabras del nuevo monarca, con excepciones como Izquierda Unida y los nacionalistas; empresarios, Gobiernos y Casas Reales extranjeras han felicitado también a Felipe VI.

Anónimo dijo...


El PSOE, según fuentes de la Ejecutiva federal, cree que Felipe VI ha hecho un discurso "acertado", sobre todo por su compromiso con la monarquía constitucional y su deseo de encarnar la renovación "en un tiempo nuevo".

Para la número dos del PSOE, Elena Valenciano, el discurso del Rey ha sido "completo, profundo y cercano", mientras que Trinidad Jiménez ha subrayado su "calado político", el histórico Alfonso Guerra sus referencias en clave territorial y el expresidente del Congreso y de Castilla- La Mancha, José Bono, se ha mostrado confiado en que don Felipe ayude a evitar la secesión de Cataluña, que sería "una ruina" para todos y que sólo interesa "a cuatro neuróticos".

"Histórico" es el término que más se ha escuchado en boca de diputados, senadores y otros dirigentes políticos.

Anónimo dijo...


El expresidente del Gobierno Felipe González ha apuntado que su alusión a la unidad territorial es "parte de su misión institucional"; el expresidente José María Aznar ha resumido su opinión con un "todo bien" y José Luis Rodríguez Zapatero ha elogiado la alocución "directa" y "valiente" de don Felipe.

Anónimo dijo...


Entre los parlamentarios que no han asistido al acto como forma de reivindicar un referéndum sobre monarquía o república, ha sido especialmente crítico el diputado de la Izquierda Plural Gaspar Llamazares, que ha tildado el discurso de "vacío, tópico, lleno de lugares comunes y propio de un funcionario del poder".

Desde la izquierda abertzale, que ha parado su actividad ordinaria este mediodía para reclamar la instauración de una república vasca, el portavoz en la Cámara vasca, Hasier Arraiz, ha opinado que, "con el cambio de un Borbón por otro, nada de lo fundamental va a cambiar".

Tampoco han asistido a la proclamación los diputados del BNG, que han calificado de "inmovilista" el discurso del Rey y que se ha quejado de que "obvie la actual crisis institucional del régimen".

Anónimo dijo...


“En nombre de la Comisión Europea y en el mío propio, quisiera transmitir al rey Felipe VI mis mejores deseos en el momento del inicio de su reinado”, señaló por su parte el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en un comunicado. También el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha felicitado a Felipe VI y le ha deseado "el mayor éxito" en sus nuevas responsabilidades, al tiempo que ha rendido homenaje a Don Juan Carlos, cuya contribución a la democracia española y la construcción europea ha destacado.

El presidente alemán, Joachim Gauck, también envió al nuevo monarca un mensaje de felicitación por su proclamación. De otro lado, el presidente francés, François Hollande, ya agradeció anoche a Juan Carlos I el papel desempeñado por el monarca en el fortalecimiento de la amistad franco-española y le aseguró que Felipe VI puede contar con la confianza de Francia.

Anónimo dijo...


“En nombre de la Comisión Europea y en el mío propio, quisiera transmitir al rey Felipe VI mis mejores deseos en el momento del inicio de su reinado”, señaló por su parte el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en un comunicado. También el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha felicitado a Felipe VI y le ha deseado "el mayor éxito" en sus nuevas responsabilidades, al tiempo que ha rendido homenaje a Don Juan Carlos, cuya contribución a la democracia española y la construcción europea ha destacado.

El presidente alemán, Joachim Gauck, también envió al nuevo monarca un mensaje de felicitación por su proclamación. De otro lado, el presidente francés, François Hollande, ya agradeció anoche a Juan Carlos I el papel desempeñado por el monarca en el fortalecimiento de la amistad franco-española y le aseguró que Felipe VI puede contar con la confianza de Francia.

Anónimo dijo...


Según daba a entender socarronamente Juan de Mairena, heterónimo y álter ego literario de Antonio Machado, las afirmaciones de un discurso de la Corona se caracterizan por su evidencia bienintencionada; o, si se quiere, por su previsibilidad. Todo lo que se dice en tales discursos o es obvio (la obviedad los protege contra la disensión: lo evidente no se discute) o aparece como si lo fuera, cargado de una poderosa gravidez simbólica.

Anónimo dijo...



El discurso de Felipe VI ante las Cortes Generales ha citado a cuatro poetas que forman una encrucijada, en cuanto que su sentido central y compartido es el núcleo de ese encuentro. ¿Qué tienen en común Antonio Machado, Salvador Espriu, Gabriel Aresti y Rodríguez Castelao? Más precisamente: ¿qué comparten estos cuatro escritores que los singulariza respecto a la historia cultural más oficial o epidérmica?

Es notorio que todos ellos pertenecen a la otra España, o a la España otra, porque la España una se había apoderado del solar común. Los trae a colación un rey, aunque (o porque) están vinculados a una memoria republicana. Algunos, como Castelao, incluso tuvieron parte activa en la gobernación de la República o de lo que quedó de ella (antes y después de 1939). Si bien no coetáneos en sentido riguroso, sí son contemporáneos. Antonio Machado, el mayor de todos, nació en 1875, con la Restauración borbónica, y murió en 1939 en Collioure, pueblecito de la frontera francesa donde los desengaños, la enfermedad y una precoz vejez lo hicieron encallar cuando salía hacia un exilio que se convertiría en punto de término. Gabriel Aresti, el más joven, nació en 1933 en Bilbao, y fue uno de esos niños de la guerra cuya batalla más importante la constituyó no un hecho de armas, sino lo que vino después: la “longa noite de pedra” de la posguerra, por decirlo con palabras de Celso Emilio Ferreiro.

Anónimo dijo...


Puede, en fin, que los escritores del nuevo Rey no sean exactamente escritores obvios, como parece requerirlo un discurso de la Corona y sobreentenderlo Juan de Mairena; pero están, en su presentación conjunta, cargados de sentido. Quien los ha citado no pretende despojarlos del significado que tuvo su protesta, su desolación, su furia o su melancolía; pero sí quiere, o eso he entendido yo, incorporarlos a una España que no puede renunciar a ellos.

Ángel L. Prieto de Paula es catedrático de literatura de la Universidad de Alicante