martes, 13 de enero de 2009

CALIDAD DEMOCRÁTICA DE LAS CORTES DE ARAGÓN: OBJETIVO PERMANENTE.

Zaragoza, 12 de enero de 2009.


El Presidente de las Cortes de Aragón, Francisco Pina, en una réplica a las declaraciones realizadas por el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, ha señalado que "la calidad democrática de las Cortes de Aragón es indiscutible y está fuera de toda duda". Tan tajante afirmación, carente de matices, y al margen de la polémica política que la ha motivado, creemos que merece un comentario público por parte de la Asociación para la Defensa de la Función Pública Aragonesa, cuyos miembros consideramos que las instituciones desempeñan un valioso papel en el correcto desenvolvimiento de la vida democrática.

En primer lugar, nos gustaría señalar que la calidad, incluida la democrática, es siempre un proceso abierto de mejora continua, por lo que toda organización, incluidas las instituciones políticas, debieran ser receptivas a las críticas -en especial, si proceden de un destacado actor parlamentario- y analizar de forma objetiva la realidad y sus posibles insuficiencias, y deducir las opciones de cambio para conseguir estrategias compartidas orientadas a mejorar y fortalecer el funcionamiento institucional.

En segundo lugar, no resulta ocioso subrayar que, en el ámbito parlamentario, nada debiera resultar, por principio, "indiscutible", al constituir el espacio por excelencia del debate político sobre los asuntos públicos. La calidad democrática de una institución requiere de un amplio, profundo y permanente debate, sin exclusiones ni afirmaciones apriorísticas, sobre todo cuando la realidad ofrece claros ejemplos del déficit de calidad que, en algunos aspectos, muestran las Cortes de Aragón.

Al Parlamento corresponde efectuar el control de la acción de gobierno, dotándose para ello de mecanismos de diferente naturaleza, entre los que se encuentra la creación de órganos especializados auxiliares, como es el caso de la Cámara de Cuentas, órgano previsto en el Estatuto de Autonomía de Aragón, tras su reforma de abril de 2007. Pues bien, dicho órgano, pese a hallarse regulado por una Ley de las Cortes de Aragón que data de 2001, no ha entrado todavía en funcionamiento, lo que pone de manifiesto un mal funcionamiento del Parlamento aragonés y constituye un ejemplo de baja calidad democrática de conjunto del entramado institucional de la Comunidad Autónoma, achacable fundamentalmente al Legislativo.

La calidad democrática, por otra parte, no se deriva de forma automática del origen democrático de la elección de los miembros de un Parlamento, sino que, sobre todo, guarda relación con el modo en que se ejercen las funciones propias de una institución. Es clásica la distinción entre legitimidad de origen, algo que nadie discute a las Cortes de Aragón, y legitimidad de ejercicio, pues las reglas de la democracia no afectan sólo a la elección de los cargos públicos sino también al desempeño de las funciones propias de cada cargo o institución.

En relación con el ejercicio de las funciones parlamentarias por parte de las Cortes de Aragón, esta Asociación, ateniéndose exclusivamente a su experiencia, no puede dejar de afirmar que la conducta del Parlamento aragonés dista mucho de lo que cabe esperar de una institución democrática respetuosa con los derechos de los ciudadanos a los que representa. Para justificar esta afirmación basta señalar el tratamiento dado por los órganos de las Cortes de Aragón a las diferentes peticiones formuladas por esta Asociación, al amparo del artículo 62 del propio Reglamento de las Cortes de Aragón. Hasta la fecha, ninguna de ellas ha sido tramitada por la Comisión de Peticiones y Derechos Humanos, como estipula el Reglamento de la Cámara, y ello debe constarle perfectamente al Presidente de la institución, al que esta Asociación ha expresado, sin resultado alguno, su preocupación por el anómalo funcionamiento de las Cortes de Aragón en estos casos.

La calidad tiene mucho que ver con las expectativas y la percepción de cada cual, y por ello quienes aspiramos a gozar de una democracia exigente y avanzada -con instituciones que se legitimen día a día en la forma de ejercer sus atribuciones y responsabilidades- creemos que la calidad democrática de las Cortes de Aragón es manifiestamente mejorable y que mejorarla debiera ser un objetivo compartido por todos, con una visión que debiera trascender la pugna política.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

lA CALIDAD LA DEBEN CONSTATAR TERCEROS Y NO EL RESPONSABLE DE UNA ORGANIZACIÓN.

Anónimo dijo...

Buena puntualización.

Anónimo dijo...

A ver si toman nota, se dejan de declaraciones grandilocuentes y se ponen a trabajar en todos los campos hoy abandonados, incluido el de la calidad democrática,que brilla por su ausencia.

Anónimo dijo...

A ver si toman nota, se dejan de declaraciones grandilocuentes y se ponen a trabajar en todos los campos hoy abandonados, incluido el de la calidad democrática,que brilla por su ausencia.

Anónimo dijo...

A ver si toman nota, se dejan de declaraciones grandilocuentes y se ponen a trabajar en todos los campos hoy abandonados, incluido el de la calidad democrática,que brilla por su ausencia.

Anónimo dijo...

Tampoco tienen desperdicio las declaraciones de Biel sobre el paso de Coello desde la Corporación Empresarial Pública a la empresa de Agapito Iglesias: ni una sola referencia al necesario régimen de conflictos de intereses. Viva la calidad democrática de nuestras instituciones. A Coello le corresponde la libertad personal de aceptar una oferta de trabajo, pero el derecho de acceso al empleo público, reconocido constitucionalmente, es reducido a su mínima expresión por el Gobierno de Aragón incumpliendo las leyes que regulan la oferta de empleo público. ¿Derechos sólo para unos? ¿Esta es la calidad indiscutible de nuestras instituciones? ¿No es la desfachatez de nuestro gobierno?

Anónimo dijo...

Este asunto cabría sintetizarlo con un dicho de la sabiduría popular: dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. O, tal vez, aquel otro que decía: dineros y calidad, la mitad de la mitad. Aplíquese al caso. Un poquito más de humildad es necesaria en todo cargo público. Y de coherencia, también.

Anónimo dijo...

Quiero creer que con esto la asociación no quiere entrar en debate político, sino mantener su proyecto ético que comprende un alto nivel de exigencia hacia todas las instituciones políticas.

Anónimo dijo...

Ahora resulta que ni la información oficial sobre las juntas de portavoces es fiable: todo un ejemplo de calidad. ¿Por qué se pide un código ético para el gobierno y no se hace algo similar para el parlamento?

Anónimo dijo...

Ahora que he vuelto a leer esta nota, mejor la encuentro y más me gusta. Enhorabuena.