miércoles, 11 de mayo de 2011

LAS COSTAS PROCESALES, COMO DISUASIÓN O SANCIÓN PARA LAS ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL: LA LECCIÓN DE APUDEPA.

Pleitear contra la Administración, aunque sea en defensa de intereses generales, además de arduo, puede resultar caro, muy caro, ruinoso incluso. A la vista está el caso recientemente sufrido por APUDEPA (Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés), que, debido a la condena en costas impuesta por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, en los recursos judiciales promovidos en defensa de los elementos arquitectónicos de la Estación Internacional de Canfranc, se ha visto condenada al pago de 9.000 euros en costas procesales a satisfacer a las diferentes partes codemandadas. No basta con la desigual batalla de batirse frente a cuatro entidades –el Ayuntamiento de Canfranc, ADIF, la empresa Suelo y Vivienda de Aragón y el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón-, con sus respectivas defensas jurídicas, sino que, en el caso de perder, uno ha de afrontar el pago de los gastos procesales de todas las partes contrarias.

Flaco favor se hace con esta forma de proceder de los Tribunales y de nuestras Administraciones a los ciudadanos para que éstos se comprometan con la defensa de los intereses generales –sea el medio ambiente o el patrimonio cultural- frente a desmanes de particulares o, lo que es peor, de las propias instituciones. ¿De qué sirve establecer la acción pública en determinadas materias, si el ciudadano o entidad cívica que se atreva a ejercerla se puede ver condenado a afrontar el pago de los gastos de quienes han promovido el desafuero denunciado? ¿Es posible mayor sarcasmo? ¿Es posible contemplar el hecho con indiferencia?

Zaragoza es una ciudad con un nivel enorme de destrucción arquitectónica y monumental, resultado de la especulación urbanística sufrida durante los siglos XIX y XX. Muchos hemos visto con nuestros propios ojos desaparecer edificios singulares –como las casas modernistas del Paseo de Sagasta y tantas otras, algunas muy recientemente-, y hemos visto, en los ya acabados años del urbanismo especulativo sin freno, una contrucción de urbanizaciones de montaña que en nada ha respetado los valores paisajísticos ni ha tenido inconveniente alguno en contaminar los ríos en sus propias cabeceras. Todos los valores ambientales y culturales han venido y siguen cediendo ante los intereses económicos de unos pocos. Penoso es constatar que la Administración Pública, encargada de la defensa de la legalidad y del interés general, dentro del cual están los recursos naturales y los valores culturales, haya optado en estos últimos años por convertirse en empresario público y promover proyectos que, directamente, afectaban al paisaje y al patrimonio arquitectónico.

En algunos de esos casos –entre ellos, la intervención en la Estación Internacional de Canfranc-, ha sido la sociedad civil, a través de una entidad como APUDEPA, la que ha asumido la defensa de los valores arquitectónicos del edificio frente a la intervención proyectada. El resultado de dicha defensa ha sido no sólo la derrota jurídica –algo que entra siempre entre las probabilidades de toda acción ante los tribunales, aunque uno actúe convencido de las razones que le asisten y del deber de agotar los mecanismos de defensa-, sino un severo varapalo económico, al imponerle unas costas que exceden claramente la capacidad económica de una asociación civil como APUDEPA y que condiciona e hipoteca su labor futura, algo que sin duda repercutirá muy negativamente en la defensa de nuestro patrimonio cultural.

Desde esta Asociación no podemos sino lamentar lo sucedido y expresar nuestra solidaridad con la labor desarrollada por APUDEPA en la defensa del patrimonio de todos los aragoneses. Lamentamos que los Tribunales no sean capaces de apreciar circunstancias, como las que concurren en un caso de este tipo, que justificarían la no imposición de costas. Su imposición afecta directamente a APUDEPA, pero supone una advertencia directa a todas las organizaciones de la sociedad civil –incluida esta Asociación- que se han comprometido en la defensa de la legalidad y de los valores públicos, y que confían en el papel de los Tribunales para corregir la arbitrariedad del poder público.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

La batalla judicial por la estación de Canfranc deja a Apudepa económicamente maltrecha.

Heraldo de Aragón.

Anónimo dijo...

El dicho es, en realidad, una maldición: «Tengas pleitos... y los ganes». Y lo está experimentando en sus propias carnes Apudepa, Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés, en la batalla que inició hace cinco años en defensa de la estación internacional de Canfranc. Aunque los tribunales han acabado dando la razón a la asociación en los principales argumentos que ha ido esgrimiendo en los últimos años -la adjudicación de las obras a Pérez Latorre no se hizo bien, los criterios de restauración previstos en principio no eran los adecuados-, una cuestión aparentemente menor ha sumido a la asociación en los mayores problemas de sus 15 años de historia.

Apudepa ha sido condenada a pagar las costas de un recurso que planteó, y aunque el monto total no será superior a los 9.000 euros, la cifra, en una entidad que tiene 152 socios (36 euros anuales de cuota, la mitad para jóvenes y jubilados) es un drama. En algunos círculos se ha llegado a asegurar que Apudepa estaba a punto de extinguirse, de desaparecer, extremo que negó rotundamente ayer su presidenta, Belén Boloqui.

«El pago no nos ha quitado el sueño -aseguraba-. Tenemos una tesorera fantástica, Isabel Gimeno, que va siempre un paso por delante de las necesidades de la asociación. Y, por nuestra buena administración, vamos a tener dinero para pagar. Sinceramente, no he llegado a temer por nuestro futuro. No porque la situación no haya sido grave, que lo ha sido, porque nos hemos enfrentado a gigantes. Hubo un momento, sí, en que cundió un poco el pánico. Y en el futuro tendremos dificultades».

Para hacer frente a las costas, Apudepa ha realizado una colecta especial, con la que ha recaudado 1.600 euros, y una campaña extraordinaria de captación de socios, que ha engrosado sus filas con una veintena de personas más. Entre unas cosas y otras, logrará salir adelante aunque, como señalaba ayer Belén Boloqui, «en los próximos dos años vamos a estar un poco 'cogidos' y va a ser difícil que nos metamos en más pleitos. Habrá que asumirlo».

Heraldo de Aragón

Anónimo dijo...

Comentario:

Es lamentable que las asociaciones que defienden el bien común al final sean las paganas y las perjudicadas. Debería haber mecanismos para que la sociedad pueda defenderse de los desmanes de las administraciones sin tener que arruinarse. Ánimo APUDEPA y gracias por vuestra labor. Hace falta más gente como vosotros.

Anónimo dijo...

Comentario:

Luego nos quejaremos que nadie hace nada por Aragón, y cuando existen problemas les damos la espalda a la gente que esta trabajando por el patrimonio de esta tierra, y me consta que este es un gran grupo de personas.Todo mi apoyo para ellos.

Anónimo dijo...

Enhorabuena, señoras Almunia y Broto.

Anónimo dijo...

¿Resistimos?

Anónimo dijo...

Vamos camino de nada.

Anónimo dijo...

¿No es horroroso lo sucedido?

Anónimo dijo...

¿No es indignante?