jueves, 25 de junio de 2009

SENTENCIA JUDICIAL QUE ANULA EL ANTICIPO DE CARRERA DE LOS FUNCIONARIOS

Zaragoza, 25 de junio de 2009.

El Tribunal Superior de Justicia de Asturias, en una reciente sentencia de 10 de junio de 2009, ha anulado una resolución de la Consejería de Economía y Administración Pública del Principado de Asturias, sobre incorporación a la carrera y desarrollo profesional de los empleados públicos que prestan sus servicios en la
Administración del Principado de Asturias y sus Organismos Autónomos,
por la que se posibilitaba a los funcionarios la percepción de
cantidades a cuenta de la futura carrera profesional.

La Sentencia viene a anular el anticipo de carrera pactado entre
Administración y Sindicatos, fundada en los siguientes razonamientos:

a) La carrera profesional de los funcionarios se regula en la Ley
7/2007, del Estatuto Básico del Empleado Público, pero dicha Ley se
limita a fijar unas pautas generales que no permiten su inmediata
efectividad. Su vocación de norma básica le ha llevado a diferir en el
tiempo la concreción del modelo, lo que habrá de hacer cada Comunidad
Autónoma y el propio Estado en relación con sus empleados, a través del
ejercicio de su potestad legislativa, de modo que la carrera profesional
podrá diferir en las distintas Comunidades Autónomas.

b) El legislador básico ha querido que sean los legisladores autonómicos
y el propio legislador estatal, como legislador de desarrollo en
relación a los funcionarios de la Administración General del Estado, los
que diseñen y perfilen la carrera profesional en cada uno de sus
ámbitos. No se puede por tanto hurtar a los representantes de la
soberanía su potestad de efectuar ese desarrollo, no siendo en
consecuencia la vía convencional, y ni siquiera la reglamentaria sin ese
soporte legal previo, instrumentos ni cauces adecuados para establecer
una carrera profesional, ni siquiera de forma provisional.

c) La percepción de unas determinadas cantidades en concepto de carrera
profesional, como retribuciones que son, han de responder además a una
estructura retributiva que tenga el consecuente respaldo legal, y no
convencional.. La estructura salarial de los empleados públicos ha de
establecerse por una norma legal. Por vía convencional no pueden
establecerse conceptos retributivos distintos a los legalmente
previstos, pues el principio de tipicidad en materia retributiva impide
que puedan existir pagos por conceptos distintos a los establecidos en
las normas.

d) La carrera profesional, por lo tanto, está todavía huérfana del
desarrollo legal indispensables para su eficacia, por lo que el acuerdo
alcanzado entre Administración y Sindicatos para el pago de cantidades
a cuenta de dicha carrera no cuenta con cobertura legal suficiente,
debiéndose entender disconforme a derecho y ser declarado anulable

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto marcha, y además hace pensar.

Anónimo dijo...

Y todo ello pactado con los Sindicatos. ¿Se puede pactar el incumplimiento de la Ley?

Y otro dato. En Aragón CSI-CSIF ha apoyado ese anticipo a cuenta y en Asturias lo ha recurrido. ¿Es el mismo sindicato? ¿Tiene un ideario y unos principios comunes en toda España?

Anónimo dijo...

¿Y esto afecta a Aragón?

Anónimo dijo...

Por José Luis de Arce, Heraldo de Aragón 21/6/2009
Una triste historia
«Está por escribir la triste historia de los fiascos de las empresas públicas de Aragón en 30 años y la falta de controles»
No voy a dar detalles ahora, porque tengo la es¬peranza -y ya hay algún indicio de ello- de que la penosa historia de la empresa pública arago¬nesa promovida desde diferentes órganos de los poderes públicos en los últimos treinta años sea recogida en una demoledora tesis doctoral que ponga de manifiesto la inepcia y las corrup¬telas que han acompañado en estas décadas a la promoción de un sector público auspiciado por diferentes gobiernos y que, en general, han supuesto un dispendio disparatado de recur¬sos, una dilapidación de oportunidades, y un ridículo tremendo de los equipos que han regi¬do las áreas económico-industriales.
Los fiascos han sido innumerables y constan¬tes, por más que desde el poder se haya trata¬do de extender un tupido velo de desinforma¬ción y ocultación de responsabilidades; los fra¬casos empresariales son de traca, explotando, como en las tracas verdaderas, uno tras otro los petardos de aventuras pseudo-inversoras y pseudo-empresariales que han debido dejar "grogui" a más de un consejero sin que aquí na¬die haya movido una pestaña y nadie, como es natural, haya sido capaz de reconocer su incom¬petencia que nos ha costado a todos dinero, prestigio y credibilidad. Y no quiero entrar en si se las han llevado crudas, o no, o quien se las ha llevado; pero lo cierto es que las aventuras empresariales públicas han dejado más aguje¬ros que un queso de gruyere.
Basta ver las hemerotecas para comprobar cuánto fallido, cuánto desastre, cuánta engañi¬fa ha ido poblando la estela de nuestra historia económica pública, con la complicidad, la par¬ticipación y el aplauso de nuestras más dignas organizaciones e instituciones, que han tenido que recoger velas tantas veces y cargar a su cuenta de resultados los "marrones" en que se han visto embarcados por amiguismos, embus¬tes, montajes o complacencias interesadas. Es¬tá por escribir, sí, esta triste historia de los naufragios empresariales que han sido una constante; están por anotarse los nombres y apelli¬dos de los responsables de tanta veleidad; está por explicarse por qué no se han instalado los mecanismos de control establecidos en cual¬quier democracia que se precie, como los tri¬bunales de cuentas, que aquí están durmiendo un inicuo y culpable sueño de los justos porque no interesa su presencia; están por hacerse tras¬parentes la gestión y las cuentas de tanto insti¬tuto, corporación, empresa, sociedad o instru¬mento al servicio de la política partidista y hui¬dizo de los controles parlamentarios y sociales al socaire de no sé qué interpretaciones sesga¬das y para encubrir peligrosas connivencias que el público no debe conocer.
Ya sé que puede ser perder el tiempo; pero se¬ñalar una de las lacras que hemos soportado en nuestra economía y en nuestras finanzas, administradas muchas veces por aficionados e in¬competentes y pedir que alguien lo explique, aunque sean los historiadores del mañana -los de hoy no están por la labor, ni saben ni con¬testan- me parece un derecho ciudadano al que no debemos renunciar. Vamos a ver qué dice esa tesis, si es que se hace pública.

Anónimo dijo...

Mensaje de un funcionario: "Soy empleado público. Sí, señor. Funcionario. Esos personajes típicos, oscuros y en la sombra que, hagan lo que hagan, siempre están mal vistos".

De ese colectivo que este año, POR PRIMERA VEZ en su historia ha conseguido que las dos pagas extras vayan a percibirlas en su totalidad.

Sí, señor, en plena crisis.

De esos que veían con envidia cómo su joven y cualificado vecino albañil, dicho con el mismo respeto que él me debe a mí, le restregaba en el bar del barrio que ganaba 2800 euros al mes, su bonito BMW rojo y su nueva casa mientras uno tenía que visitar el banco para pedir un anticipo de 300 euros con cargo a la paga extra no completa de junio y así equilibrar su austero presupuesto.

Funcionario que, si no le congelaban el sueldo, se le incrementaba año tras año un pírrico 2 % cuando el IPC subía el 5 o 6 y casi todos disfrutaban de su cláusula automática de revisión salarial.

Por tanto, que ahora no vengan los salvapatrias pudientes a echarnos a
la gente encima sugiriendo congelación e incluso recortes de sueldo como
si fuéramos los responsables de que medio país haya estado diez o doce
años viviendo muy por encima de sus posibilidades sin guardar para la
llegada del crudo invierno. No, señor.

Llevo 23 años en la Administración. Como la mayoría de mis compañeros, mi sueldo sobrepasa apenas el mileurismo y jamás mi cartera ha sido afortunada portadora de uno de esos billetes ocultos en bolsas de plástico, colchones o paraísos fiscales. No conozco vacas gordas....ni flacas, y mi plaza, que era pública y para todo el que la quisiera, me la he ganado a pulso.

Así que, salvapatrias, dejen que sigamos típicos, oscuros y en la sombra.

Y además, trabajando.

Anónimo dijo...

A todos los que dicen que a quien no le guste, que estudie para sacarse las oposiciones, les quisiera preguntar: Sacarse las oposiciones, tambien da derecho a conservar la plaza de por vida, aun cuando no se de ni golpe?

Por supuesto, no todos los funcionarios son unos gandules, pero, me gustaria saber que proponen los funcionarios para solucionar el problema de los funcionarios gandules.

Anónimo dijo...

Pues yo soy funcionario y estoy en contra de la subida salarial para este año.Me parece una verguenza porque es una absoluta incoherencia económica, una irracionalidad más del conjunto de despropositos con la función pública.Aliena al funcionario de la sociedad.La moraleja que se saca es: "Va el país mal, sube el sueldo; va el país bien, congelación salarial".Lamentablemente, el sueldo no depende de nuestro trabajo y los políticos se encargan de insistir en eso viendo las medidas que toman (nos ponen contra la sociedad); no es ninguna motivacion para nuestro trabajo dado que tampoco lo que ganamos va en función directa de nuestro trabajo.Ese es el cancer del sistema.He visto de todo en la función pública como en la empresa privada pero es absolutamente injusto cargar las tintas sobre las personas que estamos al servicio de interes general, sin tener en cuenta las perversidades del sistema y los políticos que nos gobiernan.

Anónimo dijo...

Lo que verdaderamente importa es que una vez cogida la plaza, ese funcionario de la talla. A los funcionarios no se les paga por aprobar unas oposiciones, sino por hacer su trabajo, y lo que vemos los españoles, es que en muchisimos casos, no hacen su trabajo, y nadie los echa de su puesto para reemplazarlos por otro funcionario que si lo haga.

Anónimo dijo...

No dudo de que muchos funcionarios tendran una vida mas o menos precaria, pero la realidad sigue siendo la misma; que alguna ventaja debe tener estar en la administracion, que la gente se sigue dando bofetadas para entrar, como sea.

Y la diferencia es que el puesto es fijo, hay que hacerlo mal (corrijo; muy, muy muy mal) para que te tiren de la administracion, y esa diferencia es fundamental; no es lo mismo cobrar 1000€ en la publica, sabiendo que al mes siguiente no te va a faltar el sueldo, a cobrar 1100€ en la privada, sabiendo que al mes siguiente podrias estar en la calle.

Anónimo dijo...

Y eso sin contar la gran cantidad de bajas que se cogen o que se tiran de baja 2 meses por una operacion de una hernia o de un bultito de grasa en la oreja... ¡Y eso es asi, que lo he vivido yo! ¡Haz eso en la privada, si tienes cojones.....!

Anónimo dijo...

Conclusión:

Cuantos menos funcionarios haya, mejor nos ira a todos.

Anónimo dijo...

Creo que hay temas más importantes de los que hablar como la educación o la corrupción en la clase política como para preocuparnos de lo vagos que son los funcionarios.

Anónimo dijo...

Hay una normativa que contempla las medidas disciplinarias contra los funcionarios que incumplen sus obligaciones. Otra cosa es que no se aplique, o que se aplique laxamente. Quizás porque los políticos carecen de autoridad moral para ello. ¿Cómo pueden exigir a los funcionarios que trabajen cuando están colocando a sus familiares en las empresas públicas o cuando contratan asesores (alcaldes de pueblos lejanos...) que saben que no van ni siquiera a personarse en el puesto de trabajo, ni se cuenta que lo hagan?

Pero esa normativa existe.

También los jueces, véase Garzón, incumplen sus obligaciones y que como consecuencia de ello haya delincuentes y narcotraficantes que escapan de la acción de la Justicia, y la sanción que se les impone es menor que la que sufre un conductor por una infracción leve (olvidarse de dar las luces en un túnel iluminado).

Así son las cosas.