miércoles, 15 de abril de 2015

MANUEL DÍAZ MUIÑA, UNO DE LOS PROMOTORES DE LA ASOCIACIÓN, SOLICITA SU BAJA COMO SOCIO.



Manuel Díaz Muiña fue uno de los protagonistas indiscutibles en el proceso de constitución de la Asociación para la Defensa de la Función Pública Aragonesa, tanto en la definición de sus planteamientos y objetivos, como en la elaboración de sus Estatutos y en la presentación del proyecto asociativo, en los actos públicos que se organizaron en Zaragoza, en la sede del Colegio de Abogados, y en Teruel, en los locales del Colegio de Veterinarios, para dar a conocer la iniciativa a todos los interesados. Su intervención en la asamblea informativa celebrada en Zaragoza, en enero de 2007, causó gran efecto en todos los asistentes al acto, por su contenido y su tono.

En la primera Junta Directiva, elegida en la Asamblea Constitutiva de la Asociación celebrada el 14 de febrero de 2007, ocupó el puesto de Vicepresidente, y en años sucesivos permaneció como miembro activo y destacado de la Junta Directiva, aportando siempre, de manera constructiva, su esfuerzo y su criterio para restablecer el respeto de la legalidad en el ámbito de la función pública. Los debates internos de esta Asociación no siempre han sido fáciles, pero la mesura de Manuel Díaz en todas sus intervenciones, sin rehuir nunca el planteamiento de dudas legítimas o la indicación de posibles contradicciones de la acción asociativa, ha contribuido siempre a madurar decisiones y a considerar las diversas implicaciones de aquellas posiciones polémicas que pudiese adoptar la Asociación, a contracorriente de la opinión general o mayoritaria en el seno de la función pública.

Es necesario haber vivido los años iniciales de esta Asociación, y haber sido testigo de la virulencia de las descalificaciones recibidas desde la esfera del poder político y desde los sindicatos de la función pública, para valorar en su justa medida el mérito de una persona que se mantuvo firme y coherente en sus compromisos, pese al coste personal que ello conllevaba. Era necesario salvaguardar la viabilidad de una Asociación que pudiera servir a los funcionarios de la Administración de la Comunidad Autónoma como instrumento de promoción y defensa de los principios esenciales de la función pública, reaccionando frente a la ilegalidad y la arbitrariedad de los poderes públicos y frente a la falta de compromiso con el Estado de Derecho de muchas actuaciones sindicales. Manuel lo supo hacer con especial entereza personal.

Ser miembro de esta Asociación –y más aún ser uno de sus promotores, y destacado integrante de su Junta Directiva- ha supuesto durante años un importante coste personal y profesional, dentro de una organización que mira con distancia y recelo a quienes se han comprometido en la defensa activa de los principios de la propia organización, frente a su constante desconocimiento por los responsables políticos y su interesado olvido por muchos funcionarios que anteponen su promoción profesional al cumplimiento de sus deberes profesionales como servidores públicos.

En una organización voluntaria como es esta Asociación, la pertenencia a la misma responde a la estricta voluntad de cada cual y se prolonga durante el tiempo que cada uno considera oportuno. El cansancio o la discrepancia con las actuaciones llevadas a cabo son perfectamente legítimos. La libertad de asociación se ejerce tanto al entrar como al salir, y merecen igual respeto una y otra decisión.

Los que seguimos embarcados en este proyecto, conscientes de que nuestra acción, aunque limitada e insuficiente, continúa siendo necesaria dentro de la Administración y más allá –ampliando nuestras demandas al conjunto de las instituciones públicas-, valoramos y agradecemos la aportación valiosa de quienes, como Manuel Díaz Muiña, han intervenido de forma decisiva en la constitución y en la trayectoria seguida por esta Asociación.

Sirva la presente nota como reconocimiento expreso a su trabajo y a su compromiso ejercido durante más de ocho años, y como muestra de la amistad y respeto con los que cuenta y contará en todo momento por parte de los miembros de esta Asociación.

22 comentarios:

Anónimo dijo...



Los ejercicios de libertad son siempre muy saludables.

Anónimo dijo...



Hay quienes lucha un año y son buenos, hay quienes lo hacen durante ocho años y son mejores ...

Anónimo dijo...

Un ejemplo más de transparencia.

Anónimo dijo...



O un signo de crisis propio de cualquier organización.

Anónimo dijo...



No sé si era necesario dar publicidad a una decisión personal, como se hace en esta nota.

Anónimo dijo...


No parece esta decisión un ejercicio de libertad. Más bien una opción de conveniencia personal e incompatibilidad manifiesta entre las actuaciones llevadas a cabo en el proceso de selección de Administradores Superiores y el objetivo social de la Asociación. Una lástima que lo realizado hasta ahora a través de la Asociación, promovido por el Sr. Díaz Muiña se desdibuje de la peor forma posible, actuando en contra de aquello por lo que se ha luchado.

Por otra parte, quisiera destacar la posición de D. Julio Guiral Pelegrin que, a pesar de las obvias presiones a las que debe estar sometida esta Asociación, parece mantener el empeño en que ésta siga adelante con los objetivos propios de la misma, razón de ser de su existencia, y, paralelamente, realizar este acto de reconocimiento a la labor llevada a cabo por el Sr. Muiña en su seno dejando constancia de la entereza mantenida hasta ahora frente a las diversas presiones manifiestas, a pesar de que esa entereza haya decaído, como parece, a favor de la defensa de su interés personal y profesional una vez inmerso en la tela de araña del proceso selectivo de Administradores Superiores y otras cuestiones de gran relevancia por su gravedad.

Una lástima que la retirada sea de la Asociación para la defensa de la función pública, y no del tribunal que parece constituido como oficina de empleo particular de unos privilegiados.


Opositores o marionetas de la obra escénica que debe acompañar la farsa de una oposición para facilitar el acceso a la función pública a las sagas familiares y familias políticas?

Todos dirigidos por hilos cual marionetas que no conocen el guión, ya que la norma que supuestamente debería guiar los hilos decae en la arbitrariedad de quien los maneja.
Y en un teatro paralelo, otra representación de polichinelas que tiene por todo guión conservar el sillón.

“(…) Es una farsa guiñolesca, de asunto
disparatado, sin realidad alguna.
Pronto veréis cómo cuanto en ella
sucede no pudo suceder nunca, que
sus personajes no son ni semejan
hombres y mujeres, sino muñecos
o fantoches de cartón y trapo, con
groseros hilos, visibles a poca luz y
al más corto de vista.
(…)
tan primitivo espectáculo no es el más digno
de un culto auditorio de estos tiempos.”

Los intereses creados. Jacinto Benavente.

Anónimo dijo...

Me parece que os habéis pasado tres pueblos con los elogios hacia este señor. Ni ha sido para tanto su labor ni su actitud, y creo que su baja responde más bien a lo indicado en comentarios anteriores

Anónimo dijo...



Yo veo los elogios circunscritos exclusivamente a su contribución al lanzamiento de la asociación.

Anónimo dijo...




Eso no se le puede negar.

Anónimo dijo...

Cada cual tiene su propia valoración como es lógico.

Anónimo dijo...

Para la reflexión:
¿Un funcionario puede trabajar en la actual Administración de forma objetiva y con pleno cumplimiento de la ley sin estar sometido a presiones constantes?

Anónimo dijo...

¡Enhorabuena!

Anónimo dijo...



Estoy convencido de que no es posible corregir ilegalidades desde dentro de la estructura administrativa, y por eso hay que crear estructuras asociativas desde las que poder hacerlo.

Anónimo dijo...



No existe un nivel de exigencia en el respeto de las normas, y la tendencia a la baja se incrementa cada día.

Anónimo dijo...



Todo impulso termina agotándose: no hay que darle más vueltas.

Anónimo dijo...




Nadar contra la corriente no puede aguantarse indefinidamente.

Anónimo dijo...

Muy interesante:

https://www.youtube.com/watch?v=AGNTky9Z8W8


Anónimo dijo...

Un personalismo excesivo. Por cierto no hay nada mejor que el dicho biblico. Por sus hechos los conocereis. Peor no puede gestionar el proceso selectivo. Oscuro y poco transparente. Y rozando la etica. O su ausencia.

Anónimo dijo...



Hay buen rollo de verdad o se guardan las apariencias?

Anónimo dijo...

Y ese señor tan bueno del que hablais es el que no sabe admitir por si acaso que unos opositores hagan su examen. No sabe llamar para preguntar una duda. Que listo y bueno que debe ser. Ha arruinado el proceso. Pero vengan loas que buenas son para el ego.

Anónimo dijo...

Acaso no ha sido esto un mérito para alcanzar donde esta. No en vano otros asociados también ocupan esos puestos de relevancia que antes criticaban, vease con paciencia. Y que hacen? peor imposible. Mas loas.

Anónimo dijo...



No se puede juzgar la vida de una persona por un solo acto.