martes, 7 de octubre de 2008

CARENCIAS DE UN PROYECTO DE LEY: ¿NO PRECISA EL GOBIERNO DE ARAGÓN UN CÓDIGO ÉTICO DE CONDUCTA?

Zaragoza, 7 de octubre de 2008.

El Proyecto de Ley del Presidente y del Gobierno de Aragón, publicado en el Boletín Oficial de las Cortes de Aragón nº 72, de 27 de agosto de 2008, constituye la primera iniciativa relevante del Gobierno de Aragón para el desarrollo del Estatuto de Autonomía de Aragón, tras su reforma en abril de 2007.

La importancia que reviste la regulación de dos instituciones de la Comunidad Autónoma, como son el Presidente y el Gobierno de Aragón, no se ha visto acompañada del necesario debate público sobre objetivos y opciones de regulación, como si la propuesta de articulación del poder ejecutivo -cuestión decisiva para la forma de gobierno en la Comunidad Autónoma- fuese una cuestión que se reserva para sí, en exclusiva, el propio Gobierno de Aragón.

Al margen de los numerosos aspectos que cabe analizar del proyecto de ley aprobado, y sobre el que volveremos en futuros comentarios, cabría destacar en un primer análisis la ausencia en el mismo del menor enunciado de principios a los que deban sujetar su actuación los miembros del Gobierno de Aragón, no incorporando ningún tipo de código de conducta o código ético, si bien cabría pensar que ello pueda resultar superfluo o más propio de otro ámbito. Difícilmente cabe entender, sin embargo, que el Estatuto Básico del Empleado Público incorpore, para todo el personal de las Administraciones Públicas, un extenso código ético y, sin embargo, la regulación de los órganos de gobierno de las Administraciones carezcan del mismo, como si las conductas éticas sólo fueran exigibles de los funcionarios públicos y no de quienes los dirigen. Ninguna ética administrativa es posible si no quedan igualmente sujetos a sus contenidos los miembros de los órganos de gobierno y se establecen mecanismos efectivos de control. Nada de ello parece preverse en la futura regulación del Presidente y del Gobierno de Aragón y hasta la fecha ningún Grupo Parlamentario de las Cortes de Aragón ha destacado tal carencia. La noción de buen gobierno ni siquiera se esboza en la exposición de motivos del proyecto legislativo ni figura como uno de los imprescindibles objetivos de la ley.

No debe dejarse de destacar el hecho de que este proyecto de ley venga a suprimir de forma expresa la necesidad de que el Vicepresidente del Gobierno deba ser Consejero, titular o no de un Departamento. Señalemos que tal novedad no es resultado del Estatuto de Autonomía, tras su reforma, sino una opción del actual proyecto de ley, y con ello se viene a dar cobertura al irregular nombramiento del Vicepresidente del Gobierno de Aragón, José Angel Biel, cuya designación no se ajustó a la vigente Ley del Presidente y del Gobierno de Aragón, en cuyo artículo se exige que el nombramiento de Vicepresidente haya de recaer en un Consejero. Tal irregularidad fue puesta de manifiesto por esta Asociación a la Mesa de las Cortes de Aragón, a El Justicia , y a todos los Grupos Parlamentarios de las Cortes de Aragón sin ningún resultado. Con este proyecto de ley, por lo tanto, se viene a quebrar uno de los principios básicos del Estado de Derecho, desde el momento en que es la ley la que se somete al Gobierno y no el Gobierno a la misma. ¿A nadie preocupa que un Gobierno actúe de semejante modo?

Dicho dato, por sí solo, deja poco margen a la esperanza de que este proyecto de ley cumpla otro objetivo que la mera ordenación formal del poder ejecutivo, sin mayores controles ni exigencias, confundiendo o utilizando indebidamente la noción de autogobierno, que debiera reservarse para la relación entre ciudadanos y poderes públicos y no para la distribución de poder entre poderes centrales y periféricos.

No obstante, y dado que el plazo de presentación de enmiendas sigue abierto, esta Asociación se va a dirigir a los diferentes Grupos Parlamentarios para formular sus propuestas en relación con la inclusión de un código ético y una revisión del régimen de conflictos de intereses de los altos cargos, con el simple ánimo de que el desarrollo estatutario no sea una oportunidad perdida para avanzar en objetivos de buen gobierno y de calidad democrática.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La caridad empieza por uno mismo, eso bien lo saben, pero la calidad ya es otro cantar, y para preferirse exigirla sólo a los demás.

Anónimo dijo...

El desvío y abuso de poder se ha instalado en nuestras Instituciones. La corrupción, blanca, gris y negra es práctica cotidiana de todos. Trasladar el debate a la socidad, ahora mucho más preocupada por la crisis, debe ser un objetivo prioritario y a la vez el único medio para intentar erradicarla

Anónimo dijo...

Cuando leo reseñas informativas sobre debates parlamentarios o manifestaciones de los respresentantes sindicales de la DGA creo percibir algún eco de posiciones mantenidas por esa asociación, de modo que creo que, aunque sea de modo indirecto, su existencia y su actividad está teniendo una clara incidencia sobre la realidad. Animo, pues, y a seguir con toda la energía posible.

Anónimo dijo...

La ética no sobra, pero no puede suplir un buen diseño institucional, y por ello debiera analizarse si ese buen diseño queda asegurado en la nueva ley, sin centrarlo todo en la presencia o no de un código ético.

Anónimo dijo...

es verdad es fundamental el diseño institucional, que debe acompañoa al código ético y a una cuidada acción de gobierno...

Anónimo dijo...

La corrupción se ha instalado en el Conservatorio Superior de Música.
Que se lo pregunten al Director Pedro Purrey.
". El ingreso en el claustro de estos
profesionales, sostiene, termina con "el funcionariado, las listas, la presión de los
sindicatos..."
Ver texto completo:
http://www.mediafire.com/?sharekey=bbd6d5ff08e82390d2db6fb9a8902bda
y tambien
http://www.elpais.com/articulo/educacion/cuerdas/altas/desafinan/elpepusocedu/20080616elpepiedu_2/Tes
Sugiere muchííííísimas preguntas.