domingo, 5 de diciembre de 2010

CUANDO SE PIERDE LA ÉTICA PROFESIONAL.

Los ciudadanos españoles hemos asistido, en vísperas del aniversario de la Constitución, a un hecho insólito y de extrema gravedad, como ha sido la paralización de un servicio público por decisión unilateral e ilegal de los trabajadores encargados de atenderlo: trabajadores públicos, no lo olvidemos. No se ha reparado en las gravísimas e injustas consecuencias que para centenares de miles de personas y para el conjunto del país, que atraviesa una difícil coyuntura, pudiera conllevar. Cuando se pierde la perspectiva del valor social del propio trabajo y sólo se atiende al interés egoísta personal, desde una actitud insolidaria y de abuso de la propia posición, buscando mantener e incrementar condiciones laborales y económicas injustificables, el único resultado que cabe obtener es el absoluto descrédito como colectivo profesional ante usuarios y ciudadanos en general y la imposición de las sanciones, incluidas las penales, que necesariamente ha de conllevar la vulneración de derechos fundamentales de miles de ciudadanos.

Desde nuestra perspectiva, el bochornoso espectáculo ofrecido por los controladores aéreos españoles ejemplifica algo sobre lo que esta Asociación, a lo largo de sus casi cuatro años de actividad, ha venido expresando su preocupación: la crisis de ética profesional que se viene produciendo en diferentes parcelas de la función pública o del sector público, y la necesidad de llevar a cabo un "giro ético", es decir, recuperar el fin principal que legitima socialmente la labor de los servidores públicos, como es el servicio objetivo al interés general desde el respeto a la legalidad. Una ética profesional, por la que se deben guiar en su actividad los profesionales de cualquier rama de actividad, exige realizar los fines propios de esa profesión -que se concretarán, en todo caso, en un bien que se ofrece a la sociedad, sea educación, información, atención a la salud o seguridad del tráfico aéreo- y hacerlo con las mejores técnicas y prácticas disponibles. Una ética profesional implica una buena conducta profesional para la realización del fin propio de la profesión, que supone necesariamente un servicio o bien para las demás personas, para la sociedad.

Frente al ilegítimo desafío llevado a cabo por el colectivo de controladores aéreos, las instituciones -el Gobierno de España, esencialmente- han reaccionado con los instrumentos que brinda nuestra norma constitucional. Recurriendo a la declaración del estado de alarma, dada la excepcionalidad de la situación -medio millón de personas injustamente reducidas a la impotencia en el ejercicio de su libertad de movimientos, víctimas de la mala fe de un colectivo de trabajadores al que, por lo que se ha podido ver, nada importan los derechos de los demás- y encomendando el control del espacio aéreo al Ejército.

Como servidores públicos que somos, debemos reflexionar sobre todo lo sucedido. Debemos ver que el caos producido por un colectivo de trabajadores públicos, al margen de detalles menores, ejemplifica, al máximo nivel y de forma nítida para todos, algo que nos concierne en mayor o menor grado al conjunto de los empleados públicos de este país, como es el progresivo debilitamiento de la ética profesional, el olvido de cuál es la verdadera razón de ser y finalidad básica de nuestro trabajo.

Una vez alcanzado el grado de degradación ética que parecen haber alcanzado los controladores aéreos, resulta muy difícil, por no decir imposible, recobrar la legitimidad social para su actividad profesional. Frente a un horizonte de privatización del servicio, no hay mejor justificación que la conciencia general de que los trabajadores públicos que lo atendían han perdido completamente la vocación de servicio propia de su profesión. Mirémonos también nosotros en este espejo, antes de que el desistimiento ético al que todos estamos entregados, en mayor o menor medida, reduzca la función pública y a quienes en ella trabajamos a un esperpento, como el que en estos días nos ofrecen los controladores aéreos. No olvidemos que la reconstrucción ética de todo colectivo profesional ha de surgir de su propio interior, ser resultado de un proceso de reflexión y debate de los propios afectados, sin esperar a imponer la militarización como última solución: tampoco hay que olvidar que, afortunadamente, disponemos de un Ejército profesional, que cuenta con su propia ética de servicio, pero su movilización certifica el fracaso de la ética del servicio público civil.

32 comentarios:

Anónimo dijo...

«Nos han puesto entre la espada y la pared» Tres controladores tratan de hacer oír sus razones
ALFONSO ARMADA / MADRID

Los controladores aéreos españoles se han convertido en el payaso que recibe todas las bofetadas. “Nos han puesto entre la espada y la pared”, ha dicho entre lágrimas Blanca Uriarte en el aeropuerto de Palma. “Lo de ayer nos ha puesto a todos los pelos como escarpias”, ha escrito en su blog Cristina Antón. “El Gobierno y AENA han desatado una salvaje campaña mediática contra nosotros”, ha asegurado en una carta “a familiares y amigos” un tal Félix. Tres controladores aéreos militarizados por un decreto del gobierno para garantizar un servicio público esencial: el transporte aéreo.

ABC.

Anónimo dijo...

"Jamás lo hubiéramos hecho voluntariamente, nos obligaron", declaraba a la agencia Efe en Palma de Mallorca la controladora Blanca Uriarte. Mientras rompía a llorar y trataba de pedir disculpas a los ciudadanos por lo que admitió que había sido una "barbaridad" a la que les ha empujado el Gobierno, Uriarte ha relatado la situación de tensión que se vivió dentro de la torre y del centro de control de Palma. Uriarte ha asegurado que el estado emocional en el que están desde ayer los controladores no es seguro para poder ejercer sus funciones con garantías y que por eso ninguno quiso asumir la responsabilidad de trabajar en condiciones de "ansiedad" que les ha causado el decreto del Gobierno. "Pero ha entrado la Guardia Civil, el Ejército del aire con pistolas y nos han obligado, en este estado a sentarnos y a separar aviones. Eso ha hecho el gobierno. Ellos han encerrado a toda esta gente".

abc.

Anónimo dijo...

¿Los han tratado como a delincuentes?

Anónimo dijo...

¿Y acaso no se han comportado como tales?

Anónimo dijo...

Cristina Antón, controladora aérea en Baleares, escribe el blog “Controladores aéreos y otras hierbas”. Ayer fue un día de frenética actividad para Cristina Antón. Indignada con muchos de los comentarios que oía y que sus lectores descargaban sin cesar en su bitácora (aunque ella se encarga de filtrar los insultos), expresa con nitidez su visión de las cosas. Niega que España sea un estado de derecho: “Pues va a ser que no. El primer decreto ley que nos cascaron anuló nuestro derecho a la negociación colectiva violando la Constitución”. Dice que le han abierto “dos expedientes disciplinarios por escribir una mariconada de blog” y que tiene dos juicios pendientes.
Asegura Cristina Antón que sus “huelgas las pactan sindicatos en los que no hay ni un controlador” y le dictan, dice, servicios mínimos del 120 por ciento. A lo que apostilla: “Si eso es tener derecho a la huelga que baje Dios y lo vea”. Dice que sus razones no llegan a la opinión pública: “Sólo oyeron 360.000 y no pasaron de ahí”. Y añade: “Nos crujieron el sueldo y resulta que todos sabéis lo que yo gano porque lo dicen en la tele. (…) No gano 200.000 euros al año por mucho que diga el ministro. Ni eso ni la mitad”.
Escribe Cristina Antón: “Me obligaron a trabajar doscientas horas al mes a turnos de mañana, tarde y noche. Y para el subnormal que dice que trabajo como todo el mundo 40 horas a la semana, eso son 160. O sea, que yo trabajo el equivalente a cinco semanas en un mes de cuatro, cuando por ser trabajo a turnos debería currar bastante menos”.
Cuenta Antón que no hay suficientes controladores, que no dan abasto. Tras despacharse a gusto contra los militares, señala que son dos mil los controladores civiles y que “no hay ni doscientos controladores militares aprovechables” para hacer su trabajo.

ABC.

Anónimo dijo...

En un foro de internet, rebotado después en varios blogs, apareció publicada ayer la carta abierta a sus “familiares y amigos” de un controlador del que solo se decía que se llamaba Félix y que trabajaba en Fuerteventura. Félix dice que no puede “permanecer impasible ante la ola de difamaciones y mentiras que se está produciendo en las últimas semanas contra los controladores aéreos. Desmiente al ministro de Fomento, José Blanco, cuando dijo que “el controlador que menos cobra, percibió el año pasado 370.000 euros.

Esto es rotundamente falso. Ni siquiera se acerca a la realidad. Yo, que no soy ni por asomo de los que menos cobra, no llegué ni a la cuarta parte de esa cantidad. Y los que menos cobran, cobraron unos 50.000 euros”. En su escrito, Félix acusa al Gobierno y a AENA de haber desatado una “salvaje campaña mediática” y niega haber llevado a cabo una “huelga encubierta”.

ABC.

Anónimo dijo...

Comentario:

Llevan muchos años fastidiando al pais. Siempre que hay épocas de vacaciones, ahí están ellos para hacer la vida imposible al resto. Tienen trabajo, buen sueldo, jubilación anticipada, y siempre quieren más y más. Lo que han hecho no tiene ninguna justificación, que no vengan con que la culpa es del Gobierno, con que estaban entre la espada y la pared.¡golfos! sois unos sinverguenzas. Ojala se haga justicia y les hechen a todos a la calle.

Anónimo dijo...

¿Hechar a la calle?

Anónimo dijo...

Comentario:

Estos individuos se merecen lo peor, han dejado a niños pequeños en terminales de aeropuerto y ahora salen en TV intentando ser las victimas. Que todos los afectados los demanden para que se enteren de lo que vale un peine.

Anónimo dijo...

Comentari:

Ja era hora que el govern poses al seu lloc aquesta mafia dels controladors

Anónimo dijo...

Comentario:

Las huelgas han de ser convocadas. Esto es no presentarse sin causa justificada. Motivo de despido disciplinario.

Anónimo dijo...

Comentario:

Impresionante una vergüenza que los controladores hagan chantaje al gobierno jugando con las pocas vacaciones de la gente. Privatizar y mano dura por el caos organizado y las perdidas ocasionadas.

Anónimo dijo...

Comentari:

Aquesta vaga salvatge em recorda la que varen fer els transportistes a Xile i que va culminar en el cop d'estat de Pinochet. Rajoy aprofita -original com sempre- per carregar contra el govern. Si hi hagués un terratrèmol diria el mateix. No sé si sap què és el sentit d'estat. Quin país!

Anónimo dijo...

Comentario:

Los controladores han declarado la guerra a la sociedad. Han actuado con nocturnidad, alevosia y cobardia. Hace falta mano dura. Con 20% de paro somos el hazmereir de Europa.

Anónimo dijo...

Comentario:

¡¡El gobierno está haciendo algo!! Estoy perpleja, no me esperaba esto ellos,de cualquier manera la sorpresa ha sido grata, ahora falta ver las represalias que les impone a los controladores. En mi opinión no se puede acumular tanto "poder" en tan pocas personas, los controladores aéreos se estan aprovechando de la situación

Anónimo dijo...

Comentario:

Eso si que son trabajadores reivindicando! tomemos nota de cómo se hace una huelga que hace que Gobierno se vaya a dormir tarde, por lo menos...

Anónimo dijo...

Comentario:

Es una vergüenza que estando como está el pais y teniendo tanta gente en paro, tengamos que estar niguneados por unos controladores aereos que según ellos, ganan poco y, al final, paga el ciudadano milerurista de a pie con las consecuencias... Y esto no es demagogia, lo de ellos es una indecencia y un insulto con los tiempos que corren.

Anónimo dijo...

Comentario:

Es bien sencillo, esta gente que cobraba un dineral... se han metido en letras que AHORA no van a poder pagar... sin adjetivos calificativos... me dan pena, los han militarizao... ellos solitos se lo han buscado ¿o no saben que hay una soberanía constitucional en este país?, que se creen, que no hay Estado?. Pijos tontos con mujeres muy intolerantes, eso son.

Anónimo dijo...

Comentario:

Me parece una vergüenza que teniendo las condiciones laborales que tienen aun tengan la cara de irse del trabajo sin mas. Si fuera una empresa privada ya estarian en la calle. Espero que el gobierno tome represalias contra ellos.

Anónimo dijo...

Comentario:

Es de verguenza lo que ha pasado,hoy en los aeropuertos. Ya sentada en el avion para salir ,nos hacen bajar y al final se cancelan todos los vuelos entre islas.Fuimos por 5 horas rehenes de unos señores que no consideraron al ciudadano

Anónimo dijo...

Comentario:

Sinceramente creo que está vez se han pasado. Hoy el 90% estresados? Y hace 15 días no? ah claro que empieza el puente y saben que hoy hacen "pupa". Que paradoja, 100% responsables en su trabajo,pero totalmente irresponsables en temas laborales:las batallas "laborales" se ganan en las mesas sindicatos-patronal, no abandonando los puestos de trabajo de manera coordinada como niños pequeños enrabiados porque no consiguen lo que quieren. Consejo: vigilad porque no sois como el resto de mortales.

Anónimo dijo...

La falta masiva de controladores a sus puestos de trabajo desencadenó ayer en España un caos aéreo de dimensiones extraordinarias, coincidiendo con el inicio del puente más largo del año. Al igual que hicieran en julio pasado, pero con mucha mayor contundencia, los controladores utilizaron una fecha de máximo tráfico aéreo para echar un pulso al Gobierno, sin consideración hacia los centenares de miles de viajeros que se disponían a aprovechar unos días de asueto. Y, una vez más, lanzaron su desafío sin recurrir al legítimo derecho de huelga –sometido a regulaciones, incluidos los servicios mínimos–, sino invocando unas supuestas bajas por enfermedad nada creíbles. Si los controladores no gozaban ya de muchas simpatías en parte de la opinión pública, que los considera un colectivo privilegiado (ganan de media unos 200.000 euros anuales; hasta hace poco, 350.000), su actitud perjudicará más si cabe su deteriorada imagen.

Pero hay algo peor para ellos, y es que, desde ayer, el escenario en que acostumbraban defender sus intereses será muy distinto. La aprobación por el Gobierno de un sorprendente decreto ley de reminiscencias reaganianas que permite militarizar el control aéreo en casos de emergencia cambia las reglas del juego en detrimento de los controladores, que pueden ser acusados de sedición por incumplimiento de sus obligaciones. Anoche mismo, las torres de control quedaron bajo mando militar por orden del presidente Zapatero. Con independencia de las razones que esgrima el Gobierno para adoptar tan severa norma, cabe suponer que la decisión suscitará una polémica jurídica y política.

Marco Schwartz.

Anónimo dijo...

Brutal insensibilidad. Eso es lo que han demostrado los controladores aéreos con la extorsión planteada al abandonar sus puestos de trabajo. Insensibilidad con cientos de miles de pasajeros, a los que convirtieron en sus rehenes. Insensibilidad con el sector turístico, al que le han causado daños económicos multimillonarios. Insensibilidad con los ciudadanos en general, de quienes se han burlado al declarar cínicamente que no estaban en huelga, sino que padecían estrés o ansiedad.

La verdadera ansiedad les entró cuando observaron la contundente y necesaria reacción del Gobierno, que les situaba ante un escenario de ir a la cárcel por un delito de desobediencia. Una ansiedad que, curiosamente, les devolvió con enorme rapidez a la torre de control.

El vicepresidente Rubalcaba aseguró ayer que “habrá consecuencias” para quienes montaron el caos. Esperemos que sean contundentes, lo que necesariamente pasa por despidos disciplinarios. Y la fiscalía debe tomar todas las iniciativas precisas para que los controladores respondan con su patrimonio de los daños económicos causados.

Manuel Rico.

Anónimo dijo...

EL caos aéreo provocado durante dos días por la huelga salvaje de los controladores ha dejado a España sumida en el desconcierto, a más de 600.000 personas con su vida diaria partida por la mitad y a la imagen de nuestro país, que no pasa precisamente por sus mejores momentos debido a la crisis económica, muy deteriorada. El Gobierno, al que se ha querido someter a un chantaje inadmisible, ha dado una respuesta contundente con la declaración del estado de alarma por primera vez en la historia de la democracia. Un mecanismo plenamente constitucional para hacer frente a situaciones de emergencia. Con ello ha doblegado la rebelión de un colectivo que, con su intolerable actitud, ha quedado desautorizado a ojos de la opinión pública. Las medidas excepcionales adoptadas por el Ejecutivo -encabezado por Rubalcaba y con Zapatero desaparecido- se han demostrado efectivas y durante la tarde de ayer comenzaron a reincorporarse a sus puestos una parte de los controladores, lo que permitió la salida de los primeros vuelos. El daño causado, sin embargo, es tremendo. E irreparable: familias tiradas en los aeropuertos españoles durante horas, gente atrapada sin poder viajar a su destino o ver a sus seres queridos, vacaciones frustradas y un largo rosario de historias humanas que ejemplifican cómo la actitud insolidaria de un colectivo profesional -uno de los mejores pagados de Europa- puede hipotecar la vida de toda la sociedad española. La normalidad no podrá ser plena en los aeródromos al menos hasta dentro de dos días, ya que muchas compañías, como Iberia, decidieron suspender todos los vuelos que tenía programados a la vista de la incertidumbre existente. Las pérdidas económicas para empresas y particulares son injustas y especialmente dolorosas dada la actual coyuntura. No existen precedentes de un intento similar de huelga salvaje, capaz de poner a todo el país al borde del caos, hasta el punto de obligar a la intervención del Ejército y la Fiscalía y advertir a los controladores que su actitud no sólo es sancionable por la vía laboral, sino punible por la vía penal y ahora por el Código Militar. Con independencia de que la normalidad vuelva a los aeropuertos durante las próximas horas, el salvaje desafío de los controladores al país, que hace tiempo que superó lo razonable, debería implicar sanciones y castigos. No se puede dañar así a toda la sociedad y quedar impune. No debe salirles gratis.

Editorial de Diario de Sevilla.

Anónimo dijo...

Los aeropuertos vuelven progresivamente a la normalidad. Para hacer entrar en razones a los controladores han sido necesarias medidas jurídicas excepcionalísimas, como militarizarlos a fin de penar incluso con la cárcel su desobediencia. Ver a los soldados tomar los aeropuertos o el espacio aéreo vacío no se daba desde momentos tan traumáticos como un golpe de estado o un atentado con aviones suicidas. Un colectivo de apenas dos mil personas, que si tenía alguna razón la ha tirado por la borda con su enajenación de este fin de semana, ha provocado lo mismo, en este país y en este siglo, por una simple reclamación laboral.

La sensación que deja este inaudito conflicto es que los controladores necesitaban desde hace mucho tiempo que alguien les plantara cara. Por muy especiales que sean sus condiciones de trabajo, no puede ser que pongan a un país en jaque, lo que nos convierte en el hazmerreír del mundo, dejen tirados a cientos de miles de ciudadanos y causen millonarias pérdidas por una irresponsable pataleta. Aunque el conflicto se arregle y los trabajadores traguen ahora con una reglamentación que recorta sus enormes privilegios, una salvajada de esta naturaleza no debe quedar impune.

Los controladores no han hecho huelga, una acción perfectamente reglamentada, legal y con plazos estrictos para ser convocada y ejercida sin colisión con otros derechos. Han pretextado enfermedades para desertar de su trabajo, aún a riesgo de poner en peligro hasta la seguridad nacional. Es como si a todos los médicos de los hospitales se les ocurre un día abandonar a los enfermos a sus suerte para reclamar más salario. Imperdonable.
A la vista de lo acaecido, es inevitable pensar que estamos ante un colectivo de unas características anacrónicas. Lo sorprendente es que se le haya permitido llegar hasta aquí. Otros países pasaron antes por este trago. Cuando era presidente de los EE. UU., Reagan despidió de un plumazo a 11.345 de los 17.500 controladores de su país por convocar una huelga que por ley tenían prohibida. Reclamaban, en 1981, un aumento salarial de 7.500 euros, una jornada laboral de 32 horas y derecho a la jubilación con sólo 20 años de trabajo. La Administración norteamericana tardó décadas en recomponer el servicio, pero no flaqueó y logró la victoria.

Al Gobierno español cabe pedirle que piense ya en poner marcha, con lo que haga falta, un sistema de control aéreo paralelo y que nunca olvide lo ocurrido estos dias. No hay razones para pensar que estos controladores no van a volver a elegir cualquier otro día el peor camino para defender su canonjía. Y esto no puede repetirse. Por duro que resulte y por mucho se expliquen, quienes por egoístas intereses personales son capaces de despreciar a cientos de miles de ciudadanos no merecen seguir gozando de nuestra confianza.

Editorial de Diario de Mallorca.

Anónimo dijo...

Constatemos primero lo que no tiene discusión: que los controladores de aeropuertos realizan una función muy sensible para la seguridad aérea, que debe estar, por tanto, bien remunerada; que, sin embargo, los salarios de los controladores españoles antes de que, con razón, el Gobierno decidiera su rebaja eran a todas luces excesivos y debían, en consecuencia, ser objeto de un ajuste sustancial; y que la respuesta final de los controladores a ese ajuste -la huelga salvaje que obligó el viernes a cerrar nuestro espacio aéreo a cal y canto- constituye una medida inadmisible que afecta a cientos de miles de personas, convertidas en la carne de cañón de un conflicto en el que no han tenido arte ni parte.
Un conflicto -y aquí empieza lo que en democracia puede y debe discutirse-que jamás debería haber llegado al punto en el que ha acabado situándose: un colapso del tráfico aéreo que, por primera vez en nuestra reciente historia democrática, ha llevado al Gobierno a tomar la gravísima decisión de declarar el estado de alarma para forzar la salida de un caos que, además de provocar pérdidas inmensas y afectar de la peor manera posible a cientos de miles de personas, proyecta una imagen de España que no puede ser más mala: la de un Estado bananero. ¡Lo único que ya nos hacía falta en un contexto de absoluta desconfianza mundial hacía nuestra economía!
Pocos españoles dudarán que el Gobierno perseguía un objetivo justo y razonable cuando decidió rebajar los sueldos de los controladores. Pero la bondad de un objetivo no garantiza el acierto de las medidas que para alcanzarlo pueden adoptarse. De hecho, la elección de las medidas más adecuadas debe realizarse teniendo siempre en cuenta la posible respuesta ante las mismas de los sectores por ellas afectados y las repercusiones que tal respuesta podría tener sobre el conjunto de la ciudadanía.
Y es que, con las mejores intenciones, puede cualquier Gobierno meter a su país en un verdadero atolladero, si opta por actuar como si no hubiera quien estuviera dispuesto a responder a sus medidas con las peores intenciones. Lo que se espera de un Gobierno no es solo que gobierne, sino que lo haga bien, lo que a veces exige aplicar el máximo de autoridad y, otras, el máximo de prudencia, astucia y mano izquierda.
Dice el brocar do latino «Fiat iustitia et pereat mundus» (hágase justicia, aunque perezca el mundo). Tal parece ser la máxima que ha guiado en este caso la acción del ministro de Fomento, pues con tan buenas intenciones como imprudencia y falta de pericia ha mal administrado un conflicto en el que tener la razón no le ha servido para impedir los inmensos perjuicios causados por quienes carecen de ella por completo.

Roberto Blanco Valdés
La Voz de Galicia

Anónimo dijo...

Estes señores están en folga ou enfermaron todos de golpe?

Cando hai unha convocatoria de folga, primeiro hai que regular uns servicios mínimos. Non estamos ante unha convocatoria de folga.

Parece que enfermou todo o colectivo, entón temos que falar dunha epidimia por un virus que afecta ós controladores. Logo podemos decretar o estado de alerta...

Ou non será que estamos ante unha minoría privilexiada, que me gustaría saber como acceden a estes postos, que lles importa tres puñetas xerar o problema que xeraron con tal de seguir na súa poltrona?

Quen está a alimentar a estes privilexados? Por moito que poidan tocar as narices está claro que eles solos non son quen de tal feitoría, porque tolos non están e saben o que lle queda.

Os cidadáns estamos fartos de que nos toquen as narices e manipulen. O único que importa é o poder anque logo se estea a rizar o rizo en vez de tratar de sacar o país adiante.

Estes señores son traballadores, se non cumplen no seu traballo, xa saben o que lles queda. E agora que paguen todos os danos que causaron a sociedade deste país. EStamos fartos de inútiles privilexados?

Anónimo dijo...

Aena expedienta a 442 controladores tras el caos aéreo.

Anónimo dijo...

Ignoro si a nuestros controladores aéreos les quedaban amigos o partidarios. Lo que sé es que, a la vista de lo ocurrido, los han perdido. Basta ver la unanimidad de las declaraciones públicas (de los afectados, de la ciudadanía en general, de los periódicos en sus editoriales y de los partidos políticos y fuerzas sociales) para comprender que se han pasado mucho y que esto debe tener graves consecuencias para ellos. Porque ya no cabe duda de que los controladores sublevados se han convertido, en este puente, en los mayores descontroladores sociales.
Muchos españoles hemos suscrito la reflexión al respecto del vicepresidente Rubalcaba: «Nunca pensaba que un colectivo podía ser tan insensato como para causar tanto daño no al Gobierno, sino a los ciudadanos». Solo han estado de más sus palabras al reiterar las disculpas del Ejecutivo a los afectados. Por una vez -y ojalá que sirva de precedente- no ha sido el Gobierno el que ha fallado. Y tampoco debería fallar ahora en la exigencia de responsabilidades, por el bien de todos.
Dejó escrito Quevedo que «la soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de donde subió», y creo que esta es la explicación más verosímil de lo ocurrido. Un grupo salarialmente privilegiado, cegado por su propia fuerza -lamentablemente ya acreditada en el pasado-, ha convertido en rehenes a muchos ciudadanos. ¿Con qué derecho? Con ninguno. Le ha sobrado razón al Gobierno para declarar el estado de alarma y movilizarlos. Nada justificaría, ante tal chantaje, que no lo hubiese hecho. Tiene demasiados problemas nuestro país para que ellos vengan a ensombrecer aún más nuestra imagen internacional. Además de los trastornos de movilidad, el cierre completo del espacio aéreo ha minado las expectativas económicas de nuestro sector turístico.
Otros países en trances parecidos adoptaron decisiones diversas. La más radical fue la que tomó el presidente de Estados Unidos Ronald Reagan que, en 1981, despidió a 11.000 controladores. En otros casos se lograron acuerdos firmes. Esto último sería lo deseable aquí, pero si los controladores no se apean de su soberbia, el Gobierno tampoco debería ceder. En esta dirección parecen apuntar las advertencias claras del ministro José Blanco.

Carlos Reigosa.

Anónimo dijo...

El escritor Mario Vargas Llosa ha afirmado, poco antes de partir de Madrid a Estocolmo, que el conflicto de los controladores aéreos que paralizó durante 24 el espacio aéreo español "ha inyectado un poco de emoción" al Premio Nobel de Literatura que recibirá el próximo viernes en la capital sueca.

Los controladores han creado "un cierto nerviosismo" al esprín final de los preparativos de "esta gran aventura" que comienza ahora, ha dicho el escritor peruano, que mañana comenzará con una rueda de prensa los actos que acompañan la recepción del Nobel.

La paralización de las operaciones aéreas entre el viernes y el sábado obligó a Vargas Llosa a buscar alternativas para su viaje y ayer llegó a pensar en desplazarse a Lisboa en automóvil para tomar allí un avión hasta Estocolmo.

El escritor ha podido seguir finalmente el plan previsto y su vuelo ha despegado del aeropuerto de Barajas sobre las 10.40 horas con destino a la capital sueca.

Poco antes de subir a este avión, Vargas Llosa se mostró ilusionado con la recepción del galardón de manos del rey Carlos Gustavo de Suecia, pero también con la compañía de todos los amigos que estarán con él en la capital sueca.

"Va a ser muy bonito. Es el encuentro con tantos amigos que van a venir de España y Perú", ha destacado.

Más de un centenar de amigos acompañarán al autor de "Conversación en la catedral", por lo que el escritor dijo sonriendo: "No sé si volverán a dar un premio a un latinoamericano después de esta invasión".

Junto a Vargas Llosa viaja su mujer, Patricia, su hija Morgana y la hija de ésta, de pocos meses.

Mario Vargas Llosa se despidió anoche de Madrid en el estadio Santiago Bernabéu, donde realizó el saque de honor del partido que enfrentó al Real Madrid y al Valencia.

EFE.

Anónimo dijo...

ESPAÑA vive desde ayer en estado de alarma por primera vez desde la instauración democrática a causa de la huelga salvaje de los controladores que ha obligado a cerrar el espacio aéreo nacional durante más de veinte horas. La decisión, adoptada a primera hora de la mañana en un Consejo de Ministros extraordinario, estuvo precedida por la militarización del control aeroportuario y ha puesto fin a una pesadilla que han sufrido en carne propia cientos de miles de pasajeros y, de alguna forma, todos los españoles. El coste en términos económicos será muy considerable y a efectos de imagen es evidente que la marca «España» ha sufrido un serio quebranto cuando más delicada es la coyuntura internacional. La extraordinaria gravedad de lo acontecido desde la tarde del viernes, día en que empezaba el puente de la Constitución, exige un análisis riguroso y sin concesiones sobre el comportamiento que han tenido los distintos actores de un motín que marcará un punto de inflexión en la organización de la navegación aérea española. Nuestros cielos no pueden estar al albur de un puñado de irresponsable.

Anónimo dijo...

Del blog de Sevach:

En tiempos en que el poder público está debilitado y en que el Derecho se convierte en juguete de políticos y grupos de presión, hay que felicitarse de que ante el abuso, intransigencia y fraudulenta conducta de los controladores aéros para boicotear el tráfico aéreo español, el Estado haya desempolvado sus poderes extraordinarios y ha aprobado, por un lado, el Real Decreto 1611/2010, de 3 de diciembre, por el que se encomienda transitoriamente al Ministerio de Defensa las facultades de control de tránsito aéreo atribuidos a la entidad pública empresarial AENA ( o sea, la fórmula Reagan: supervisión militar y aplicar el Código Penal militar a quienes desobedecen las órdenes), y por otro lado, ha aprobado el R.D1673/2010, de 4 de Diciembre por el que se declara nada menos que el Estado de Alarma por paralización de servicios esenciales que suponen una calamidad pública ( o sea, suspender derechos laborales y acordar la intervención de un servicio esencial como es el aeroportuario).