viernes, 20 de diciembre de 2013
DEFENSA DEL DEFENSOR: POR UN JUSTICIA DE ARAGÓN CON MÁS FACULTADES DE CONTROL.
Hoy,
al conmemorarse el aniversario de la ejecución del Justicia Juan de Lanuza,
erigido ya en símbolo del régimen de garantías del que supo dotarse en su momento el
Reino de Aragón, es unánime el respaldo a la existencia y continuidad de la
institución del Justicia de Aragón, prevista en nuestro Estatuto de Autonomía.
Es
cierto que el Justicia de Aragón, en su actual configuración, es una figura
bien distinta de su antecedente histórico y guarda mucha similitud con el
Defensor del Pueblo, al cual la Constitución
Española ha dotado de especiales poderes jurídicos, como son
la legitimación para promover recursos de inconstitucionalidad o recursos de
amparo ante el Tribunal Constitucional, facultades de las que carece el
Justicia de Aragón y que, en cierto modo, reducen su capacidad de acción en la
defensa de los derechos de los ciudadanos.
Esa
posición equiparable al Defensor del Pueblo, dentro de la ordenación
institucional de la Comunidad Autónoma,
ha llevado a los miembros de la
Comisión para la
Reforma de las Administraciones Públicas (CORA), constituida
en el seno de la Administración
General del Estado, a cuestionar su continuidad, incurriendo
con ello en una clara intromisión en la capacidad de autoorganización de la Comunidad Autónoma
y en el ejercicio de su competencia para la configuración de las instituciones
autonómicas.
Si
bien es importante preservar las facultades que asisten a la Comunidad Autónoma
de Aragón en la configuración de sus instituciones propias, en el caso del
Justicia de Aragón ha de ponerse el acento en la actual necesidad de
instituciones que, en su calidad de poder público, permitan supervisar las
actuaciones de las restantes instituciones y defender el principio de legalidad
y los derechos de los ciudadanos frente a arbitrariedades administrativas,
abusos o incumplimientos.
Sería
altamente preocupante que en las actuales circunstancias, cuando se está
produciendo un claro retroceso en la calidad de nuestro Estado social y
democrático de Derecho, a causa de la crisis o con excusa de la crisis, y
también por la falta de verdaderas convicciones democráticas y de vocación de
servicio en muchas de las personas que ejercen responsabilidades públicas -cuya
cara más alarmante es el nivel de corrupción pública existente-, los ciudadanos
nos viéramos privados de aquellas instituciones que tienen por misión la
defensa de nuestros derechos, quedando con ello más indefensos frente a los
abusos de los poderes públicos que lamentablemente siguen produciéndose.
Si
al Justicia de Aragón, como defensor de los ciudadanos, le toca combatir la
arbitrariedad, la ilegalidad, el abuso y la inactividad de una Administración
sometida a las leyes, a los ciudadanos nos toca en este momento defender al
Defensor, porque no podemos ceder ante quienes pretenden suprimir garantías de
nuestra condición de ciudadanos.
Por
ello, desde esta Asociación, aprovechando el aniversario que hoy se conmemora,
queremos manifestar nuestro completo respaldo a la existencia y continuidad de
la institución del Justicia de Aragón, valorando su papel de defensa de los
derechos de los ciudadanos, sin perjuicio de insistir en la necesidad de que
sus facultades y cometidos deban ser reforzados, para que su función pueda
contribuir de manera más decisiva en el logro de objetivos de buen gobierno y
buena administración en nuestra Comunidad Autónoma, redundando todo ello en un
mayor nivel de respeto de los derechos que tanto la Constitución como el
Estatuto de Autonomía de Aragón han atribuido a los ciudadanos.
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2 comentarios:
Esto es un error. El Justicia no sirve para nada, ni puede servir para nada. En un Estado moderno las funciones que pretendéis que tenga están en el poder judicial. ¿Ahora queremos reformar el poder judicial? Hágase en lo que proceda, pero no para colar una figura por el solo hecho de ser muy de aquí y muy bonita. ¿Cambiamos también el legislativo para incluir de nuevo el privilegio de la unión, que también era muy nuestro y molaba mucho?
Sentimentalismos a parte lo que hay que hacer con el Justicia es cargárselo, que no hace nada y sale muy caro. Lo siento, pero es la pura verdad. Si queréis le dedicamos un cabezudo y que corra detrás de los chicos en los pilares. Pa poco más...
Opino lo contrario, y basta ver lo incómodo que resulta su actividad a los altos cargos de la Administración autonómica. Si fuera tan irrelevante, no generaría esas reacciones.
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