viernes, 28 de noviembre de 2014

UNA COMPARECENCIA REVELADORA: LA ARBITRARIEDAD COMO CRITERIO DE GOBIERNO.



El Director General de Personal del Departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte, Alfonso García Roldán, compareció este miércoles ante la correspondiente Comisión de las Cortes de Aragón, donde expuso los criterios manejados por el Departamento en materia de oferta de empleo de personal docente.

Vino a anunciar que habrá oferta de empleo público para educación primaria en 2016, en la que acumularán las plazas resultantes de aplicar las tasas de reposición previstas por las Leyes de Presupuestos Generales del Estado de 2014 y 2015. Al mismo tiempo, destacó el pacto alcanzado con otras Comunidades Autónomas vecinas para realizar oposiciones al mismo tiempo.

Es incomprensible que un responsable público, como es el Director General de Personal del Departamento de Educación, se atreva a declarar ante un Parlamento –en el que seguimos creyendo que están presentes los representantes de los ciudadanos, titulares de la potestad legislativa y responsables del control de la acción del Gobierno- la decisión de no dar cumplimiento a la legislación en materia de acceso al empleo público. ¿Debemos recordar que el Estatuto Básico del Empleado Público obliga a la aprobación anual de oferta de empleo público? ¿Debemos insistir en que la no aprobación de dicha oferta supone una vulneración del derecho fundamental de acceso a la función pública de los ciudadanos? ¿Es posible que un responsable público, sean cuales sean sus razones, pueda dejar sin efecto el ejercicio de un derecho fundamental, ignorando el carácter indisponible de éstos?

El Director General de Personal afirmó ante las Cortes de Aragón que no habrá oferta de empleo público, para el personal docente de educación primaria, en 2014 y 2015 y sí en 2016. ¿Tiene sentido fijar un compromiso de gestión para una fecha posterior a la terminación de la legislatura, en la que necesariamente Parlamento y Gobierno serán distintos? ¿No hay ningún portavoz parlamentario capaz de señalar lo inadmisible de la medida? ¿Puede debatirse con esta ligereza el régimen de acceso al empleo público en una Administración Pública? ¿A tal extremo ha llegado la banalización del incumplimiento de la ley?

Resulta inadmisible que un Gobierno, como el presidido por Luisa Fernanda Rudi, pese a haber sido requerido por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón a dar cumplimiento a dos sentencias judiciales que anularon las Ofertas de Empleo Público de 2007 y 2011 aprobadas por el Gobierno de Aragón, siga desconociendo las exigencias constitucionales y legales del régimen de acceso al empleo público, omitiendo la aprobación de oferta de empleo público durante 2012, 2013 y 2014. La omisión absoluta en la que incurre este Gobierno es mucho más grave que la omisión relativa en la que incurrió el Gobierno anterior en esta materia y que, no obstante, fue sancionada por los Tribunales. Tras la anulación de ambas ofertas por sendas sentencias judiciales, ni los responsables de Función Pública ni los miembros del Gobierno de Aragón pueden alegar desconocimiento alguno sobre las exigencias en la materia. No cumplen la ley sencillamente porque carecen de voluntad de cumplirla. Este hecho es suficiente para deslegitimar a un responsable público y a un Gobierno entero, por mucho que se quiera restar importancia al incumplimiento de las normas.

La actitud de este Gobierno –de la que es fiel testimonio la intervención del Director General de Personal del Departamento de Educación ante las Cortes de Aragón- muestra claramente el carácter arbitrario de la política de personal en la Administración de la Comunidad Autónoma y el manifiesto desprecio de la legalidad, establecida precisamente para dar garantía a los derechos de los ciudadanos. Parece necesario reclamar a la Administración General del Estado que, al igual que ha hecho en relación con los funcionarios de administración local de habilitación nacional, recupere la selección de los cuerpos estatales de la Administración educativa, vista la insolvencia mostrada por las Comunidades Autónomas para asegurar su selección conforme a la ley, lo que se ha traducido en tasas de interinidad y pérdida de calidad del sistema educativo incuestionables.

2 comentarios:

Anónimo dijo...



Llamo la atención sobre una reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que condena a Itallia por la precariedad de una gran parte del personal docente.

Anónimo dijo...



Algo que vienen aplicando en Aragón la Consejera Serrat y su equipo.