jueves, 25 de junio de 2015

DOCUMENTO DE PROPUESTAS DE BUEN GOBIERNO Y BUENA ADMINISTRACIÓN PARA LA IX LEGISLATURA DE LAS CORTES DE ARAGÓN: ENTREGA 8.



De acuerdo con lo previsto, proseguimos la publicación de los contenidos del Documento de Propuestas de Buen Gobierno y Buena Administración, con el fin de que todas las personas interesadas en realizar aportaciones o críticas al mismo, puedan formular las mismas mediante correo a la dirección asocfuncionpublica@yahoo.es. o a través de comentarios en el propio blog.

En esta nueva entrega del documento se incluyen otras cuatro medidas correspondientes al bloque de Propuestas de Buena Administración, apartado “Gestión Pública”.


Consolidación y extensión  de la Administración electrónica.

Los retos de la Sociedad de la Información y el Conocimiento deben ser asumidos por los poderes públicos de forma decidida, sirviendo de guía para el resto de la sociedad a la que sirven.  La Administración electrónica es mucho más que una Administración informatizada y con acceso a Internet, pues las tecnologías no se incorporan sólo a los procesos administrativos internos, sino sobre todo a la relación entre Administraciones y ciudadanos. Ha de ser también una forma de reforzar la coordinación administrativa, la transparencia de la acción pública y la optimización de recursos públicos.

La Administración, a través de la utilización de las tecnologías de información y comunicación, debe facilitar el acceso de los ciudadanos al mayor número posible de servicios administrativos, tanto en lo que afecta a la tramitación de procedimientos como en lo que se refiere a información administrativa en la prestación de esos servicios.

Además, la Administración debe hacer un importante esfuerzo de modernización, adaptando sus modos de actuar a las nuevas tecnologías, aprovechando la oportunidad de mejora que sin duda ofrece la realización de trámites vía telemática –incluida la notificación electrónica de resoluciones administrativas-, o la implantación progresiva del teletrabajo, siempre que sea compatible con un servicio de calidad, o la sustitución de desplazamientos y reuniones de trabajo por videoconferencias.

Debe revisarse el desapoderamiento de la Administración autonómica en materia de personal capacitado en técnicas informáticas, mediante la dotación de efectivos suficientes para atender todas las necesidades en administración electrónica. Considerando que estas funciones son estratégicas, no pueden ser externalizadas de manera global, ni resulta admisible que se carezca de estructuras administrativas de impulso y coordinación en administración  electrónica. En este sentido, todos los departamentos deberían contar con un responsable de administración electrónica, con órganos colegiados de coordinación de carácter departamental y, también, interdepartamental.

Las tecnologías de la información han de jugar un papel decisivo en la política de transparencia informativa, mediante el impulso de lo que se conoce como “principio de publicidad activa” –recogido expresamente en la legislación estatal y autonómica recientemente aprobada-, de modo que el acceso a la información pública no deba ser instado por los ciudadanos, sino que sea la propia Administración la que haga pública y accesible, a través del respectivo Portal de Transparencia, la información de mayor relevancia sobre la gestión de los diferentes servicios públicos.

En Aragón, han de coordinarse desde un plan de actuación transversal en el conjunto de la Administración autonómica el conjunto de medidas que impone la aplicación de la Ley 11/2007, de 22 de junio, de acceso electrónico de los ciudadanos a los Servicios públicos, y de la Ley 37/2007, de 16 de noviembre, sobre reutilización de la información del sector público.

Mejora de los órganos de control interno de la Administración.

La garantía del principio de legalidad en la actuación administrativa, así como de los restantes principios de organización y actuación que señalan las diferentes leyes de administración, exigen una profunda revisión de los órganos de control interno actualmente configurados en la Administración autonómica, como son la Intervención General y la Inspección General de Servicios.

Deben precisarse claramente sus respectivas funciones, su relación con el conjunto de los órganos gestores de la Administraciones sobre los que ejercen su función de control, los medios personales adscritos a cada uno de ellos –asegurando su necesaria especialización funcional y una forma de provisión que asegure su autonomía e imparcialidad-, y los criterios de actuación han de quedar reflejados –para general conocimiento- en documentos o guías de conocimiento general, que garanticen la seguridad jurídica en la gestión administrativa y la unidad de criterio por parte de los agentes de los respectivos órganos de control.

En consecuencia, la totalidad de los puestos de funcionario público que ejercen tengan atribuida la realización de labores de control han de ser provistos por concurso de méritos, eliminando la aplicación generalizada de la libre designación actualmente existente. Debe regularse la especialización funcional de quienes ejerzan la función interventora –reservando tal función a una Escala o Clase de especialidad específica, a la que acceda personal especialmente capacitado para el desarrollo de tal función-, y han de fijarse los requisitos de formación especializada para el personal que desempeñe puestos en la Inspección General de Servicios.

Ambos órganos de control –Intervención General e Inspección General de Servicios- han de contar con planes operativos de actuación, y deben elaborar una memoria anual que dé cuenta de su actividad y evalúe su desempeño en cuanto a los objetivos propuestos y resultados alcanzados.

Asimismo, tanto la Intervención General como la Inspección General de Servicios, en su memoria anual, deberán incluir un apartado en el que recojan un análisis del conjunto de recomendaciones que, a lo largo del ejercicio, se hayan formulado por parte de los órganos de control externo (Tribunal de Cuentas, Cámara de Cuentas, Defensor del Pueblo, Justicia de Aragón y otros), que, en su caso, incorporarán a sus guías de actuación para control de la gestión administrativa que a cada uno corresponde.


Control de la convalidación de gastos por parte del Gobierno de Aragón.

La técnica de convalidación de gastos por parte del Gobierno de Aragón no puede configurarse como mecanismo que supla la correcta tramitación de los procedimientos administrativos requerida para la adopción de decisiones que conllevan gasto público –nombramientos, contratos administrativos, subvenciones, etc.-, ya que el Gobierno de Aragón no puede subsanar los vicios de nulidad de pleno derecho en que hayan podido incurrir determinadas actuaciones administrativas.

El uso de dicha técnica ha de circunscribirse a casos excepcionales, y su necesaria utilización, en el resto de los casos, ha de ir acompañada de la oportuna investigación sobre la vulneración de procedimientos administrativos y ha de comunicarse necesariamente a la Comisión competente de las Cortes de Aragón y a la Cámara de Cuentas, mediante la confección de informes periódicos que den cuenta de tales convalidaciones y de sus concretas circunstancias.

El conjunto de convalidaciones realizadas a lo largo de cada ejercicio presupuestario ha de recogerse –con indicación de concepto, importe, órgano gestor responsable y perceptor, en su caso- en la memoria elaborada por la Intervención General, y ser objeto de “publicidad activa” en el Portal de Transparencia del Gobierno de Aragón.

Eficiencia energética y liderazgo medioambiental.

La Administración pública deberá ser ejemplo en materia medioambiental e impulsar todas las iniciativas relacionadas con la eficiencia, el ahorro y la suficiencia energética; mediante la implantación de las mejores y más eficientes tecnologías ambientales, apoyando dicha evolución en la administración electrónica (incluido el teletrabajo). Los empleados públicos deben ser un elemento clave en la divulgación e impulso de las mejores  técnicas  ambientales

Debe dedicarse una especial atención a la aplicación de las mejores soluciones ambientales en la construcción de edificios para oficinas y otros servicios públicos (en especial los dedicados a educación y sanidad, que deben servir además para la pedagogía o concienciación ambiental). Una línea de gran interés es la rehabilitación de edificios públicos con criterios ambientales (ahorro de energía y de recursos como agua, papel, etc.).

Las decisiones administrativas deberán, además de cumplir la normativa ambiental, considerar ineludiblemente los problemas derivados del cambio climático y de la adaptación a  sus consecuencias.

La información ambiental que aporte la Administración pública deberá ser veraz y presentada con la máxima sencillez para que sea comprendida por los ciudadanos, evitando tecnicismos innecesarios tanto en las normas como en las resoluciones administrativas. Se facilitará  el acceso a toda la  información ambiental disponible con la interpretación más amplia posible del derecho de acceso y evitando utilizar la  información ambiental como elemento de propaganda.

La formación y la información ambiental deberán permitir a los ciudadanos formarse criterio propio sobre los problemas y las soluciones propuestas,  propiciando de este modo su participación en los procesos de toma de decisiones ambientales.


4 comentarios:

Anónimo dijo...


Persiste el desencuentro entre PSOE y Podemos mientras elaboran un nuevo decálogo.

heraldo

Anónimo dijo...



Es normal el desencuentro.
Es como mezclar agua con aceite.Un partido democrático con uno populista.

Anónimo dijo...


Hacienda baila la yenka con las nóminas de los funcionarios.

Anónimo dijo...


Un paso adelante y otro atrás para quedarse, de momento, en el punto de partida. Tras filtrarse la víspera que el Gobierno podría estar estudiando incluir en los Presupuestos para el próximo año -un documento más de intenciones que ejecutivo, ya que no llegará a aprobarse en esta legislatura- alguna medida para congraciarse con los funcionarios, varios altos cargos del Ejecutivo se encargaron ayer de enfriar las expectativas.

Si el martes distintas fuentes apuntaron que Hacienda se planteaba reintegrar el año que viene a los empleados públicos la paga extra suprimida en diciembre del 2012 -de la que de momento solo han recuperado un 25 %-, los días libres que les han retirado y que incluso calibraba el margen para acometer una pequeña subida de sus salarios, congelados desde el 2010, el primer jarro de agua fría lo lanzó la mano derecha de la vicepresidenta. José Luis Ayllón, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y portavoz adjunto del Ejecutivo, mostró su sorpresa por las informaciones y aseguró que ninguna de las medidas a las que se apuntaba están «en los planes del Gobierno en este momento».

Luego llegó el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que suavizó la rotundidad del número dos de Sáenz de Santamaría, pero lo ratificó en lo esencial. Coincidió en que las informaciones erran «incorrectas» y llamó a no generar expectativas que «entorpezcan el diálogo con los representantes sindicales» . Y, aunque reiteró que la «intención del Gobierno es devolver el esfuerzo de estos años a todos [los españoles], y también a los funcionarios», aseguró que ese reintegro se hará «a medida que tengamos margen presupuestario», sin concretar fechas.

Y es que solo la devolución del 75 % de la paga extraordinaria aún pendiente tendría un coste cercano a los 700 millones de euros solo para el Estado -serían casi tres mil para el conjunto de las Administraciones-, según trasladaron ayer desde el Ministerio de Hacienda, donde reconocen que negocian con los funcionarios la posibilidad de revertir algunos recortes, pero insisten en que es imposible acometer todas las medidas de golpe, por el escaso margen de maniobra que dejan los objetivos de déficit pactados con la UE.