domingo, 28 de marzo de 2010

GENERAR UNA CULTURA ANTICORRUPCIÓN EN LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS.

Toda organización necesita que sus miembros se identifiquen con los valores que determinan su actividad y su misma existencia, y entre esos valores han de estar presentes de forma destacada los correspondientes a una cultura anticorrupción. Tanto la credibilidad de una organización como su pervivencia dependen en gran medida de que sus miembros respeten los valores y principios que la identifican y la hacen reconocible. La integridad, la veracidad, la transparencia, la confianza o la calidad, son valores que ninguna organización ha de dejar de promover de forma permanente, tanto hacia dentro, en su organización interna, como hacia fuera, en relación con terceros.

Entre todas las organizaciones existentes, debemos resaltar el importante papel que corresponde a la Administración Pública en el buen funcionamiento de una democracia. Tan importante como la existencia de ciudadanos respetuosos con los principios democráticos es la presencia, dentro de cada Administración Pública, de servidores públicos dispuestos a ejercer su función con pleno respeto a los principios constitucionales, garantizando ante los ciudadanos la credibilidad de las instituciones.

Una función pública profesional e íntegra, capaz de encarnar los valores democráticos en su forma de actuar, es un factor de garantía para la realización de los derechos de los ciudadanos, para la convivencia y la prosperidad de la sociedad. La credibilidad y la confianza que inspiran en los ciudadanos unas instituciones responsables y fiables contribuyen a generar un círculo virtuoso que fortalece día a día la democracia en un país.

Todo lo contrario sucede cuando los primeros responsables en garantizar la legalidad y el interés general -los funcionarios públicos- se desentienden de sus obligaciones y actúan de forma negligente, guiándose por valores y principios ajenos a los que les exige el ordenamiento constitucional. Acatamiento constitucional e inamovilidad en la condición funcionarial son caras de una misma moneda: el compromiso con el servicio público y los derechos de los ciudadanos, el servicio a la democracia y al Estado de Derecho.

Por ello, y con acierto, el Estatuto Básico del Empleado Público incorpora un verdadero código de conducta, en el que se enuncian los principios éticos a los que han de ajustar su conducta todos los servidores públicos. Es importante que la ética se incorpore a la normativa de función pública, pero resulta bastante significativo que, casi tres años después de su aprobación, el código ético de conducta de los empleados públicos no haya sido objeto de medida alguna de difusión o fomento en el seno de la Administración Pública.

La realidad de los hechos, por el contrario, podría dejar dicho código ético reducido a simple declaración retórica, papel mojado sin ninguna eficacia práctica en el funcionamiento interno ni en la actividad de la Administración autonómica. Ejemplos de actuaciones antiéticas, es decir, supuestos de corrupción pública -sea en materia de retribuciones, de provisión de puestos o de utilización abusiva de puestos de personal eventual- han sido señalados por esta Asociación, sin que se haya subsanado o corregido ninguna de las situaciones denunciadas. ¿Qué eficacia cabe, por lo tanto, esperar de un código de conducta ética que los responsables políticos de la Administración ni impulsan ni respetan? ¿Qué cultura anticorrupción se puede fomentar en una Administración cuyos responsables son incapaces de dar el ejemplo necesario de compromiso real con los valores proclamados por la ley?

Acaso el primer paso, necesario e imprescindible, para generar una cultura anticorrupción en el seno de la Administración aragonesa, y hacer efectivo el código de conducta proclamado en el Estatuto Básico del Empleado Público, sea denunciar la vulneración que de tales principios llevan a cabo los responsables políticos de la Administración. De lo contrario, el riesgo resulta evidente: el código ético de conducta de los servidores públicos puede nacer muerto, sin vigencia alguna, pues la cultura real de la organización está dominada por el pragmatismo y la subordinación al poder, no a la ley ni a la ética.

Estamos, pues, atrapados en un círculo vicioso del que sólo la ética puede rescatarnos, para devolver a la administración y a la función pública el papel que les corresponde ejercer en una democracia. A ello, y no a otra cosa, se refería esta Asociación cuando habló de la necesidad de un "giro ético" ante la Comisión de Peticiones de las Cortes de Aragón.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué es esto?
¿La homilía del domingo?

Anónimo dijo...

Cada cual que piense lo que le parezca.

Anónimo dijo...

La ética es el necesario anticuerpo de la administración frente a la tentación permanente, a la amenaza constante del abuso del poder, del ejercicio sectario de la función pública.

Anónimo dijo...

La DGA se había empeñado en negarlo, pero la realidad va por otro lado. El Gobierno central ha obligado al de Aragón a corregir sus Presupuestos al detectar que había inflado sus ingresos en casi 100 millones de euros, según consta en el Plan Económico-Financiero de Reequilibrio de Aragón que la DGA se había negado a hacer público, pero al que HERALDO ha tenido acceso. El documento, que está elaborado de acuerdo con las directrices que ha marcado el Ministerio de Economía al examinar las cuentas aragonesas, reduce sensiblemente los ingresos que recaudará la DGA tanto por impuestos directos como por transferencias estatales.

Aunque Madrid apostaba por un ejercicio de austeridad y por que esos desfases se compensasen con un menor gasto, el Ejecutivo PSOE-PAR ha optado por el camino contrario y ha propuesto tapar ese agujero con más deuda. En concreto, el consejero de Economía, Alberto Larraz, ha planteado que se aumente el endeudamiento de Aragón en otros 96,5 millones de euros. Pasará de los 932,6 que reconocía el consejero cuando defendía las cuentas en las Cortes de Aragón a los actuales 1.029 millones de euros.

La decisión de apostar por la deuda en vez del control del gasto fue aceptada por el Ministerio, que situó a la Comunidad en la lista de gobiernos autonómicos que no habían presentado presupuestos "suficientemente austeros". Nunca en la historia de Aragón se había previsto asumir tanta nueva deuda en un solo ejercicio.

El planteamiento hecho por la Consejería de Economía conlleva además que haya números rojos donde antes no los había. Así, si Larraz cerró las cuentas para 2010 con el compromiso de mantener el ahorro corriente en cifras positivas, ahora ya no será así. Mientras que el proyecto que aprobaron las Cortes planteaba un saldo de 2 millones en positivo de la diferencia entre ingresos y gastos corrientes, ahora es de -94,2 millones. Esto supone que el funcionamiento normal de la DGA (el pago de las nóminas, transferencias y gastos corrientes de la administración, etc.) ya no se podrá cubrir ni siquiera con los ingresos corrientes (lo que recauda vía impuestos, tasas y transferencias del Estado).

HERALDO DE ARAGON.

Anónimo dijo...

Vaya, y esa asociación preocupada sólo por las retribuciones de la promoción interna temporal.

Anónimo dijo...

¡qué visión más limitada!

Anónimo dijo...

Y tanto.

Anónimo dijo...

Comentario:

Enhorabuena a los profesionales de Heraldo que han hecho esta información, ya era hora de que salieran a la luz estas cosas. Hay muchas más, ojala ustedes puedan seguir accediendoa a datos para informarnos a los ciudadanos. Gracias y enhorabuena, hacía mucho tiempo que ustedes no publicaban una información de este calado y rigor informativo y son los únicos de Aragón que hace estas cosas, porque los demás estan vendidos. Gracias de nuevo..

Anónimo dijo...

Comentario:

Es decir, que el proyecto de presupuestos que presentaron en las Cortes, fuera de plazo y sin apenas tiempo para que lo estudiara la oposición, era falso. ¿Responsabilidades?

Anónimo dijo...

Comentario:

Señores que vivimos en Aragón, ¿a que esto se arregla subiendo impuestos en lugar de bajar gastos?. Por supuesto, todo por nuestro bien.

Anónimo dijo...

Kabul. (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió al presidente afgano, Hamid Karzai, que durante su segundo mandato mejore la gobernabilidad y la lucha contra la corrupción.

En una visita sorpresa a Afganistán, Obama se reunió con Karzai en el palacio presidencial en Kabul y durante el encuentro elogió los progresos militares afganos en la lucha contra la insurgencia talibán, pero señaló que también espera mejoras en el ámbito civil. En concreto hizo referencia a áreas como la gobernabilidad, la lucha contra la corrupción y la aplicación de la ley.

LA VANGUARDIA.

Anónimo dijo...

PALMA. Los servicios jurídicos del Govern de les Illes Balears están trabajando en buscar fórmulas para que los infractores en casos de corrupción devuelvan el dinero defraudado a la Comunitat Autónoma. Una de las opciones que se barajan es el embargo de bienes de los encausados en los numerosos casos de corrupción acaecidos en Balears en los últimos tres años. El conseller de Economía, Carles Manera, explicó que su departamento hará todo lo que esté en su mano para "recuperar el dinero de la corrupción".

DIARIO DE MALLORCA.

Anónimo dijo...

A ver si es verdad que lo hacen. Me sentiria mucho mejor.

Anónimo dijo...

¿Servidores públicos dispuestos a ejercer su función con pleno respeto a los principios constitucionales?: esos funcionarios saben que desde ese mismo momento tienen cercenada su carrera administrativa. Mientras no se limiten al máximo los procedimientos de provisión discrecional de puestos de trabajo -y la tendencia actual es la contraria- el sometimiento de los funcionarios a los criterios políticos, que no han de coincidir necesariamente con el servicio objetivo a intereses generales, será total. Y el que no se someta quedará relegado a niveles donde no pueda controlar ni obstaculizar el ejercicio discrecional -y generalmente arbitrario- del poder.

El actual sistema permite neutralizar sin ningún problema al funcionario íntegro, que en una Administración corrupta, y sólo por ser íntegro, ya es molesto.