lunes, 22 de agosto de 2011

OMISIONES PREOCUPANTES.


En el resumen que publica el portal del Gobierno de Aragón de la comparencia del Consejero de Hacienda y Administración Pública del Gobierno de Aragón, Mario Garcés, esta mañana ante las Cortes de Aragón –y a falta de la completa transcripción de la intervención-, llama enormemente la atención, dentro del breve pasaje dedicado a la función pública, la absoluta falta de referencia al cumplimiento de la legalidad en materia de acceso al empleo público –derecho fundamental que se ha venido desconociendo de forma reiterada por el Gobierno de Aragón-, y a la consiguiente aprobación anual de las ofertas de empleo público, obviando así la abultada tasa de interinidad existente y limitando la problemática de la provisión de puestos al alto número de comisiones de servicios existente. Queremos creer que se trata de una lamentable omisión y no de un silencio deliberado sobre uno de los problemas más destacados de la función pública: la injustificada e insoportable tasa de interinidad existente, que viene a lastrar y distorsionar el sistema de provisión de puestos de trabajo y, consiguientemente, la profesionalidad y calidad de la función pública.

Esta Asociación no puede pasar por alto tal omisión o silencio, dado que la defensa del derecho de los ciudadanos para acceder a la función pública ha sido una batalla constante –librada contra los responsables de la Administración y contra los propios sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO- y una seña de identidad de nuestra organización. Esta Asociación logró que el Tribunal Supremo anulase la Oferta de Empleo Público de 2007 por no incluir la totalidad de los puestos vacantes ocupados por personal interino, tal y como exigen el Estatuto Básico del Empleado Público y la Ley aragonesa de Ordenación de la Función Pública. Dicha sentencia, que afecta a 2.400 puestos de trabajo, sigue sin ejecutarse por el Gobierno de Aragón. También se hallan pendientes de fallo judicial los recursos promovidos por esta Asociación contra las Ofertas de Empleo Público de 2010 y 2011, por iguales motivos que el planteado contra la de 2007. Pese a ello, la problemática del acceso a la función pública no ha merecido un compromiso del Consejero con el respeto a la legalidad, lo cual ha de calificarse, como mínimo, de decepcionante.

Que nadie dude que esta Asociación va a defender con la misma energía que hasta ahora el derecho de acceso a la función pública. El Gobierno de Aragón está sujeto a las leyes, como ha establecido con total rotundidad el Tribunal Supremo, y está obligado a garantizar el derecho de acceso de los ciudadanos a la función pública, mediante la realización de los procesos selectivos que marca el ordenamiento jurídico. La actual tasa de interinidad, que alcanza a un tercio del total de efectivos de la Administración, es el indicio más claro de la vulneración e incumplimiento de dicho derecho.

Tampoco podemos dejar de destacar el hecho de que el Consejero no se ha comprometido de forma clara y pública a poner al alcance de todos los ciudadanos un boletín estadístico sobre la situación y evolución de la función pública aragonesa, una información que sirva para conocer el volumen y la complejidad de la Administración autonómica y, especialmente, para evaluar la gestión de las políticas de personal aplicadas por los direrentes equipos de gobierno. Carecemos en la actualidad de una correcta radiografía de la función pública aragonesa, lo cual no resulta justificable desde ningún punto de vista.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué ocasión perdida para marcar las diferencias! ¿Las hay, acaso?

Anónimo dijo...

PIDEN LEGALIDAD, EFICIENCIA Y ÉTICA

La Asociación para la Defensa de la Función Pública Aragonesa espera transparencia en Rudi.

diarioaragonés.com

Anónimo dijo...

Con motivo de las comparecencias de los nuevos consejeros del Gobierno de Aragón durante esta semana, la Asociación para la Defensa de la Función Pública confía en que el nuevo Ejecutivo de Luisa Fernanda Rudi se comprometa a la legalidad, la eficiencia, la transparencia y la ética pública.

En un comunicado, la Asociación afirma que aguardan “con particular interés” el conjunto de medidas que puedan plantearse por el titular del Departamento de Hacienda y Administración Pública, Mario Garcés. Especialmente sobre los criterios con los que se van a reordenar la Administración y la Función Pública.

Asimismo, la Asociación pide que se preste atención a dos aspectos que “consideramos esenciales para corregir el actual estado de postración de la función pública”. Éstos son el derecho de acceso de los ciudadanos al empleo público y la rendición de cuentas en materia de función pública.

Respecto a la Oferta Pública de Empleo (OPE), la Asociación asegura que es prioritaria la ejecución de la sentencia del Tribunal Supremo que anuló la OPE de 2007 por no incluir la totalidad de las vacantes ocupadas por personal interino.

diarioaragonés.com

Anónimo dijo...

He tenido conocimiento en la red de la siguiente asociación, que puede guardar alguna similitud con vosotros:

Asociación AIDÓS para la Defensa de la Administración Pública Andaluza

Anónimo dijo...

Asociación para la Defensa de la Función Pública Aragonesa detecta "omisiones preocupantes" en la intervención de Garcés.

Europa Press.

Anónimo dijo...

La Asociación para la Defensa de la Función Pública Aragonesa ha detectado "omisiones preocupantes" en el resumen, que se publica el portal del Gobierno de Aragón, de la intervención del consejero de Hacienda y Administración Pública del Gobierno de Aragón, Mario Garcés, ante las Cortes de Aragón.


20Minutos.es

Anónimo dijo...

Mal empezamos Sr. Garcés. Pa no cambiar na no necesitaban convocarnos a elecciones, el mèdico por lo menos ya tenía el sillón caliente y conocía uno a uno a sus miembros del clan.

Anónimo dijo...

Las elecciones se convocaron para eso o para legitimar al gobierno, una vez concluido el mandato anterior?

Anónimo dijo...

hallado en cuartopoder.es:

Las instituciones y la calle no están tan lejos entre sí como parece. Incluso instituciones no representativas como el Tribunal Constitucional (TC) pueden aliarse con el movimiento de los indignados en sus demandas de transparencia a los políticos elegidos por los ciudadanos. Esta unión se manifiesta de manera muy oportuna en una resolución del TC que, afeando la conducta de la Mesa de las Cortes de Aragón, ha garantizado a un grupo de ciudadanos el ejercicio de su derecho de petición (artículo 29 de la Constitución).

En el año 2009 la Asociación para la defensa de la función pública aragonesa había mostrado su malestar con las irregularidades de la actividad política en la comunidad, intentando corregirlas con dos iniciativas complementarias. Por un lado, solicitó la creación de una comisión parlamentaria especial de estudio sobre los criterios de conducta pública aplicables a todas las instituciones aragonesas. Por otro, mediante una solicitud similar aunque más específica, instó de las Cortes de Aragón la constitución de una comisión parlamentaria de investigación para esclarecer el estado y funcionamiento de los gabinetes de los miembros del Gobierno autonómico.

El esfuerzo de la Asociación para la defensa de la función pública aragonesa fue en vano. Sus dos iniciativas de restablecer la ética pública y con ella la confianza de los ciudadanos en el comportamiento de las instituciones políticas de la región se estrellaron contra la Mesa de las Cortes. Ésta, sin más preámbulos, archivó ambas solicitudes por falta de legitimación de los peticionarios. Según el dictamen de la Mesa (refrendado luego por la Letrada de las Cortes de Aragón), la asociación ciudadana promotora de las reformas se entrometía en el núcleo de la función parlamentaria, en el ius in officium reservado a los diputados aragoneses, los únicos competentes para, digámoslo así, “regenerar” (desde dentro, claro) la actividad política de la comunidad y librarla de sus posibles defectos. “Zapatero, a tus zapatos”, es lo que vinieron a decirles los representantes electos a sus votantes. Como en el juego chino del go, los diputados son los dueños de la matriz de control. Los miembros del pueblo sólo ocupan las posiciones secundarias del juego, están sometidos al poder de lo discrecional y graciable.

El TC, sin embargo, ha puesto las cosas en su sitio. La participación política de los ciudadanos no se limita a votar en las elecciones el año que toque. Los ciudadanos también tenemos derecho a quejarnos, a que nuestras peticiones sean al menos escuchadas por los representantes de la voluntad popular reunidos en un pleno parlamentario o en una comisión específica. El derecho constitucional de petición –muy poco ejercido, esa es la verdad- coadyuva a que los políticos profesionales, si realmente quieren, conozcan las preocupaciones de la sociedad a la que representan. De primera mano, de forma directa y sin el cortafuegos de las Mesas de las instituciones parlamentarias. Las Mesas no tienen otra función que la jurídico-técnica de ordenar y racionalizar el funcionamiento de las Cámaras para garantizar precisamente que sean un foro real de los debates que interesan a los ciudadanos. Aunque hoy no cumplen bien esa función y son la correa de transmisión en el Parlamento del poder de los partidos mayoritarios. El locuaz José Bono lo acaba de expresar divinamente a propósito de la indumentaria masculina. El consuegro de Raphael y última adquisición de la estirpe de Romanones nos tiene cogidos por el nudo de la corbata para que todos –damas y caballeros- seamos respetuosos con el Emperador del Japón.

Alfonso dijo...

En efecto, ha sido una comparecencia decepcionante, al menos por lo que se puede leer en la página del Gabinete de comunicación. Tal vez sea este resumen el que omita elementos de Función Pública que el consejero expuso en la comparecencia, aunque probablemente no sea así. Dicho discurso se ha centrado en la parte de Hacienda sin contar apenas con la segunda parte que da nombre al Departamento.

Por otra parte, ya hemos comenzado con el mismo pin-pón político que nos acompaña desde hace años: el consejero explicando que la culpa de lo mal que vamos a terminar este año y que no podremos hacer mucho los siguientes es del anterior Gobierno (ya se está excusando, por si acaso). Pues, señor mío, ya se sabía cómo estaban las arcas públicas; no está bien esto de aceptar un puesto e imputar la culpa a los anteriores. ¿No vamos a cambiar nunca esta política "mamporrera"?

Y nuevamente aparecen los lugares comunes: los gastos imprescindibles son sanidad, educación, justicia y servicios sociales. ¿Son prescindibles los demás servicios públicos?

Muy decepcionante la intervención del consejero. Nada nuevo. Ninguna originalidad ni creatividad. ¿Así se genera ilusión?

Saludos.