De
manera insólita, algún Departamento –como el de Sanidad, Bienestar Social y
Familia-, no sabemos si haciendo gala de una transparencia mal entendida, al
confundir los medios de comunicación con el boletín oficial, ha hecho públicos
en la prensa aragonesa ciertos cambios previstos en el área de atención a la
dependencia, avanzando el cese de quien ocupa la jefatura de servicio de dicha
materia y dando a conocer el nombre del futuro responsable, anticipando que se
trata de un funcionario de administración local.
La
errática y arbitraria política de personal del Departamento de Sanidad,
Bienestar Social y Familia –y, en particular, del Instituto Aragonés de
Servicios Sociales- puede pasar inadvertida a quienes no estén atentos a las constantes
señales que es posible detectar con un mínimo de observación o control. Nunca
hay opacidad suficiente para que las irregularidades y desviaciones de poder en
que se incurre por los responsables de dicho organismo no acaben trascendiendo,
pues la Administración
es una organización pública, en la que todas las decisiones han de ser igualmente
públicas.
Ayer,
la prensa aragonesa informaba de cambios en el área de atención a la
dependencia, con el cese de la responsable de dicho Servicio administrativo –actualmente
en tránsito desde el Departamento al Instituto Aragonés de Servicios Sociales,
tras la supresión de la Dirección General
de Bienestar Social y Dependencia- y el nombre del futuro responsable, un
funcionario de administración local.
Quienes
informan de la identidad del nuevo responsable –todavía pendiente de
nombramiento- ignoran, sin duda, que el puesto de jefatura del Servicio de
Atención a la Dependencia
no es susceptible de desempeño por funcionarios de la Administración
Local, pues la relación de puestos de trabajo excluye tal
posibilidad.
También
es muy probable que ello no les preocupe lo más mínimo, pues volverán a cambiar
las características del puesto, como ya se hizo meses atrás con la jefatura del
Servicio de Centros y Acción Concertada del IASS, y problema resuelto. Qué
curioso, además, que sea este último puesto el único de libre designación
convocado formalmente para su provisión definitiva. Tal vez urja consolidar
cuanto antes la situación y evitar que las circunstancias, siempre
imprevisibles, puedan malograr la operación realizada.
Es
preocupante lo que pasa –es una clara señal de la degradación creciente en una
importantísima área de la
Administración, imputable directamente a los responsables del
Departamento de Sanidad, Bienestar Social y Familia y del Instituto Aragonés de
Servicios Sociales-, pero resulta igualmente gravísima la actitud mantenida
desde la Dirección General
de la Función Pública
y Calidad de los Servicios, al transigir con la permanente modificación de las
relaciones de puestos de trabajo –para adaptar el perfil de los puestos a los
candidatos previamente determinados- o la tramitación de comisiones
interadministrativas injustificadas –cuando se dice que hay que adelgazar la Administración
autonómica y evitar la inflación de puestos de asesor técnico para ubicar a
personas desplazadas de la estructura administrativa, ésta se incrementa con la
incorporación innecesaria de personal de otras administraciones, en ciertos
casos con un perfil incompatible con la clasificación funcional de la función pública
autonómica, como ocurre con el personal de Instituciones Penitenciarias- o la selectiva
y arbitraria convocatoria de los puestos de libre designación, colocando a algunos
de los funcionarios que los ocupan en una situación de completa indefensión
profesional.
Si
a ello se añaden claros supuestos de acoso laboral, por razones ideológicas, y
presiones constantes a los responsables administrativos para excepcionar las
normas a favor de determinadas personas, rompiendo el principio de igualdad de
los ciudadanos ante la ley, podemos hacernos una idea bastante aproximada de lo
que es una organización a merced de un estilo de dirección claramente arbitrario
y autoritario –es decir, una dirección tóxica- y de un grupo de personas –al que
no cabe referirse como equipo- cada día más deslegitimado para el ejercicio de
funciones directivas.
Esta
Asociación suele centrar sus acciones en cuestiones de ámbito general, que
afectan al conjunto de la función pública, pero el cúmulo de irregularidades
que se detectan dentro del Instituto Aragonés de Servicios Sociales, nos llevan
obligatoriamente a realizar un control más específico, porque todos los propósitos
perseguidos por la proyectada Ley de Función Pública de Aragón carecen de
fundamento si, de manera simultánea a su análisis y debate, sucede con absoluta
normalidad todo lo que está sucediendo en el Instituto Aragonés de Servicios
Sociales.
Solo pensar en la función pública que nos toca sufrir da risa e irritación. Nunca creí q ésta pudiera caer tan bajo y muchos personajillos mangoneantes tan alto. ¿El nepotismo, mangoneo y dedocracia que hemos consentido e instalado, tiene arreglo?.
ResponderEliminar¡Bien!
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ResponderEliminarPor qué no se recurre?
Se nota que teneís intereses personales.
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ResponderEliminar¿es preferible el desinterés?
Si alquien busca un ejemplo paradigmático de arbitrariedad, falta de profesionalidad, equipo directivo de personajillos más que mediocres designados por el aparato del partido, lo encontrará el la Dirección de Salud Pública del mismo departamento.
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