Las
noticias que circulan sobre el proyecto de oferta de empleo público para 2016,
elaborada por la Dirección General
de la Función Pública
y Calidad de los Servicios, son un claro indicio de la absoluta falta de
voluntad del Gobierno de Aragón de abordar con seriedad la elevada precariedad
que, desde hace años, desvirtúa el modelo de función pública y mantiene en
prolongada crisis el régimen de selección de personal de las Administraciones Públicas.
Seguimos
igual o peor. La manifiesta insuficiencia de las plazas ofrecidas al turno
libre de acceso, para la incorporación de personal de nuevo ingreso a la función
pública, en el ámbito de administración general, parece ratificar la voluntad
del Gobierno de Aragón por restringir en todo lo posible el ejercicio del
derecho fundamental de acceso a la función pública, como ya viene haciendo con
la interposición de recursos de casación contra las sentencias del Tribunal
Superior de Justicia de Aragón que anularon las ofertas de empleo público de
2014 y 2015, por vulnerar dicho derecho fundamental, al no incorporar la
totalidad de las plazas vacantes ocupadas por interinos, como exigen el artículo
10.4 del Estatuto Básico del Empleado Público y el artículo 7.4 de la Ley de Ordenación de la Función Pública de la Comunidad Autónoma
de Aragón.
Ello
inevitablemente nos ha de llevar nuevamente a confrontar con la política de
personal del Gobierno de Aragón, y nos obligará una vez más a plantear ante los
Tribunales la necesidad de la tutela del derecho de los ciudadanos al acceso a
la función pública. Algunos creerán que es lo que corresponde en un Estado de
Derecho, donde los Tribunales ejercen la garantía del principio de legalidad. No
obstante, después de cinco resoluciones judiciales anulando cinco ofertas
aprobadas por el Gobierno de Aragón, la contumacia de éste en reincidir en los
defectos señalados por el Tribunal Supremo y el Tribunal Superior de Justicia
de Aragón lo coloca en una actitud poco compatible con las exigencias del
Estado de Derecho.
No
es de recibo que un Gobierno, sea del color político que sea, imponga a los
ciudadanos el ejercicio reiterado de acciones judiciales para garantizar el
ejercicio de un derecho fundamental, que como tal debiera vincular a todos los
poderes públicos, empezando por los órganos de gobierno de las Administraciones
que han de aprobar anualmente las ofertas de empleo público. Frente a la
contumacia del Gobierno de Aragón, deberemos insistir en la defensa de la
legalidad.
Trste sino
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