El
Proyecto de Ley de Función Pública aprobado por el Gobierno de Aragón y
remitido a las Cortes de Aragón para su tramitación carece de un análisis
solvente que avale suficientemente sus opciones. Los sindicatos que han apoyado
el texto apenas se han tomado la molestia de motivar su decisión, y el Gobierno
de Aragón tampoco ha sido capaz de señalar las razones del modelo diseñado y,
en especial, determinar el coste derivado de la aplicación futura de la Ley. Demasiados silencios y
omisiones por parte de quienes, ante el Parlamento autonómico, resultan ser los
principales valedores del proyecto normativo.
La
falta de explicaciones objetivas y suficientes sobre el modelo de función
pública que se contiene en el Proyecto de Ley aprobado permite sospechar que lo
que realmente existe tras el mismo es un acuerdo o pacto a puerta cerrada, en
el que la racionalidad y objetividad exigibles a todo modelo de función pública
se han visto desplazadas por los intereses políticos y económicos de las
partes. El Gobierno de Aragón obtiene plena disponibilidad –gracias a la función
directiva y a la libre designación- para determinar la provisión de puestos de
los niveles decisorios de la
Administración, y los sindicatos a cambio obtienen la
implantación futura, cuando las disponibilidades presupuestarias lo permitan,
de un modelo de carrera horizontal que viene a reconocer su vieja reivindicación
“carrera para todos”.
El
resultado de ese pacto es evidente: una Administración más desprofesionalizada
y más cara, con la que salen perdiendo los ciudadanos. Mal se puede hablar por la Presidenta del Gobierno
de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, de regeneración política o de racionalización
del sector público, pues el modelo de función pública no contribuye a ninguno
de ambos objetivos. La
Administración abre sus puestos a criterios puramente
clientelares –a través de la nueva modalidad de la función directiva- y a los
empleados públicos se les premia su respaldo al nuevo modelo antiprofesional
con una expectativa general de subidas retributivas, eso sí previa evaluación,
cuya objetividad cabe poner en entredicho visto el cariz del modelo
establecido.
Ni
desde las Cortes de Aragón ni desde la Universidad ni desde los medios de comunicación
se ha prestado la debida atención a una norma como la Ley de Función Pública de Aragón,
que ha de ser determinante para cualquier objetivo de calidad democrática y
fortaleza del Estado de Derecho en nuestra Comunidad Autónoma. Se trata de una
Ley claramente falaz, que pretende poner las virtudes de los empleados públicos
al servicio de los vicios de un modelo desprofesionalizado de Administración.
Los
ciudadanos, a través de sus representantes, tienen que revisar en profundidad
un modelo que en poco contribuye a una Administración eficiente comprometida con
los valores de la legalidad y del servicio público, y que, falto de claridad y
de información objetiva sobre sus opciones y su coste económico, parece
esconder un pacto al servicio de los intereses políticos de unos y de los
intereses económicos de otros, naturalmente en perjuicio de los ciudadanos.
ResponderEliminarEl apoyo no es desinteresado, desde luego.
ResponderEliminar¿LO ha sido alguna vez?
ResponderEliminarEn la actualidad, existe la tendencia – cada vez más manoseada, por cierto – de introducir el concepto de horizontalidad en las administraciones tanto públicas como privadas. Esta concepción, basada en el cambio de paradigma de una administración vertical a una más horizontal, se presenta como una alternativa a los problemas emanados de la excesiva jerarquía, la estructuración por funciones y focalización de las tareas (y por ende, instancias que no aportan valor añadido al producto final.
ResponderEliminarUn verdadero pacto en perjuicio de terceros, como suele suceder con toda negociación colectiva en el sector público.
ResponderEliminar¿Esto es mera intuición?
ResponderEliminar¿Existe algún fundamento con alguna solidez?
ResponderEliminarComo hipótesis de trabajo, puede ser estimable.
ResponderEliminarLos sindicatos de la función pública han exigido en toda España la apertura de las mesas de negociación con el Gobierno porque creen que ya es momento de "empezar a recuperar todo lo que nos han recortado en días y dinero", ahora que "aparentemente" se ha "superado" la crisis y la coyuntura económica, tal y como asegura el presidente Mariano Rajoy.
Las movilizaciones para reclamar diálogo a la Administración se han llevado adelante, pese a un primer contacto entre los representantes sindicales y el secretario de Estado de Administraciones Públicas que tuvo lugar anoche.
Representantes de los sindicatos mayoritarios de la función pública, CC.OO., UGT y CSI-F, que son los que tienen representación en las mesas de negociación, y a los que se ha sumado en algunas ciudades el SUP (Sindicato Unificado de Policía), se han concentrado este mediodía ante las sedes de las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno.
El objetivo de esta protesta ha sido exigir la apertura de la negociación, al considerar que los empleados públicos han sido "suficientemente pacientes" ante los "recortes y congelaciones" y han esperado a que se la situación económica se "solucionase".
ResponderEliminarRepongamos todo, da igual cómo estén el resto de los ciudadanos.
ResponderEliminarEste lunes el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, se reunió con los representantes sindicales y ha convocado para los próximos días la mesa de la Administración General del Estado, en la que se tratarán las reivindicaciones para recuperar empleo público en 2015. La reunión se produjo anoche en la sede ministerial y asupuso retomar los contactos "después de mucho tiempo" (según los sindicatos).
La intención es que a la mesa de la Administración General del Estado le siga la de la Administración General de las Administraciones Públicas, en la que están incluidos el resto de los niveles territoriales.
Las "líneas rojas" para CC.OO. son la recuperación de empleo público y la eliminación del límite en la tasa de reposición, así como la devolución el próximo año de la paga extraordinaria que se dejó de pagar en 2012.
Según fuentes de Hacienda, los temas que se van a tratar en el próximo encuentro, que se producirá esta semana o la que viene, serán el empleo público, el desarrollo del estatuto del empleado público y la elaboración de un estatuto de la Administración General del Estado.