Es
difícilmente aceptable el observar impasibles cómo nuestro Gobierno de Aragón se olvida a
diario de su deber de sometimiento a la legalidad. Olvida la legalidad cuando
no aprueba la Oferta
de Empleo Público de 2014, ni siquiera en los reducidos márgenes que señala la Ley de Presupuestos Generales
del Estado, al fijar las tasas de reposición de efectivos, como si creyera que
cumplir a medias –lo que equivale a incumplir- las sentencias judiciales que
anularon las Ofertas de 2007 y 2011,
le exime de la obligación de aprobar la oferta del actual ejercicio. Olvida la
legalidad cuando aprueba un proyecto de ley como el de función pública sin
elaborar una memoria económica del coste que implica. Olvida la legalidad al
aprobar una unidad de control del gasto público que contraviene las
competencias legales de los Consejeros sobre autorización de gasto. Olvida la
legalidad al no publicar los nombramientos y ceses del personal eventual, como
lo evidencia el anuncio de la Secretaría
General Técnica del Departamento de Hacienda y Administración
Pública publicado en el Boletín Oficial de Aragón este pasado viernes. Y, a
fuerza de olvidar las concretas obligaciones legales que en cada caso debiera
respetar, acaba por olvidar su propio olvido de la ley como límite de toda
decisión pública.
Aunque
un Gobierno se olvide conscientemente de la legalidad administrativa y crea
posible ejercer sus potestades al margen de los requisitos que fija el
ordenamiento jurídico –ya sea al ejercer la iniciativa legislativa, al aprobar
reglamentos, al nombrar personal o al ejecutar el gasto público-, los
funcionarios públicos no pueden ser cómplices ni participar de dicha amnesia,
pues su obligación primera, antes incluso que la obediencia jerárquica al
Gobierno, es el respeto de la legalidad, la plena sujeción a la Ley y al Derecho.
El
deber de imparcialidad y de compromiso con el Estado de Derecho requiere decir
no a todas aquellas propuestas que olvidan el pleno sometimiento a la
legalidad. Cuando cualquiera de nosotros admitimos que las cosas pueden hacerse
de manera contraria a lo que señalan las normas estamos abonando el terreno a
la arbitrariedad y posibilitando la corrupción pública, pues ésta ocupa el
terreno que abandona la legalidad, donde cede el interés público aparece el
interés privado, ya sea personal o de partido, de lucro económico o de
patrimonialización indebida de las estructuras administrativas.
No es fácil reaccionar frente a un interesado olvido de la legalidad, donde la
norma es invocada de manera selectiva solo cuando interesa esgrimirla frente a
alguna reivindicación o actuación de terceros, pero nunca para ajustar la
propia actuación a sus exigencias, pero es absolutamente necesario si queremos
mantener en pie nuestras instituciones democráticas y evitar que los principios
democráticos queden vaciados por completo. Si la ley es la expresión de la
voluntad general, su inaplicación por decisión personal de una autoridad pública
es un claro menoscabo a la esencia de nuestro modelo democrático de gobierno. Quien
desobedece la ley desobedece a la voluntad general de los ciudadanos,
subvirtiendo las reglas de gobierno democrático.
Frente
al generalizado olvido de la legalidad por el Gobierno de Aragón, esta Asociación
trata de reaccionar apelando a los diferentes órganos de control y, en última
instancia, a los Tribunales, como ha ocurrido en materia de oferta de empleo
público. Esperemos que el Gobierno de Aragón sepa valorar la grave
responsabilidad que puede derivarse del incumplimiento de aquellas sentencias
judiciales dictadas frente a la vulneración de derechos fundamentales de los
ciudadanos, como ocurre en el caso del derecho de acceso a la función pública.
El incumplimiento de la ley debe ser reparado con la ejecución de las
sentencias recaídas, pero el incumplimiento de estas sentencias habrá de
originar, en su caso, responsabilidad personal de quienes han desvirtuado
deliberadamente su aplicación. Mantener la exigencia de la legalidad obliga a
exigir responsabilidad de quien trata también de burlar la función de garantía
jurisdiccional de la legalidad y de los derechos de los ciudadanos.
ResponderEliminarNoticia de alcance:
La DGA convoca 36 plazas de administración general de las ofertas 2007 y 2011.
EPA.
ResponderEliminarEl Boletín Oficial de Aragón (BOA) publica hoy la convocatoria de las pruebas selectivas de las primeras 36 plazas de turno libre de la administración general que se enmarca en la convocatoria de las plazas que fueron omitidas de las ofertas de empleo público de 2007 y 2011.
Se trata de 17 plazas de farmacéuticos, 9 de médicos de administración sanitaria, 4 de inspectores médicos, 2 de rehabilitadores, 2 de letrados, una de médico de atención primaria y una de psiquiatra y las oposiciones tendrán lugar a partir de un plazo mínimo de tres meses.
Fuentes del Gobierno de Aragón han indicado que son las primeras de servicios generales con acceso libre, después de que a finales de abril se convocasen las primeras cuatro plazas para investigadores del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), diez para promoción interna y otras ocho del cupo de personas con discapacidad.
En el caso de las plazas de farmacéuticos y administración sanitaria la convocatoria incluye, de forma unificada, las plazas correspondientes a la oferta de empleo público de 2007 y las de 2011, mientras que el resto de plazas corresponden a la de 2007.
Hasta septiembre se sucederán las convocatorias de titulados superiores (A1), para dar paso al subgrupo A2, y en 2015 se completará el proceso con las plazas de C1 y C2.
Según el Gobierno de Aragón, se convocarán al mismo tiempo tanto las plazas pertenecientes a la oferta de empleo público de 2007 como las de 2011, si bien se han marcado algunas excepciones, atendiendo a las peculiaridades de cada sector.
Así, está previsto que todas las plazas del subgrupo A1 estén convocadas en septiembre de 2014, para dar paso al subgrupo A2, entre octubre de 2014 y enero de 2015, año en el que quedarán los subgrupos C1, que se convocará durante el primer trimestre, y el C2, que concluirá a mediados de 2015.
El calendario marcado prevé acortar significativamente el plazo límite de tres años permitido para completar el proceso, según el Ejecutivo.
Las 1.034 plazas de administración general, junto a las 385 de educación y las 1.364 de sanidad, componen el total de 2.783 plazas que fueron excluidas de las ofertas de empleo público de los años 2007 y 2011, y que en la actualidad está ocupadas por funcionarios interinos, lo que fue declarado contrario a derecho por los tribunales.
EPA.