Manuel
Díaz Muiña fue uno de los protagonistas indiscutibles en el proceso de
constitución de la Asociación
para la Defensa
de la Función Pública
Aragonesa, tanto en la definición de sus planteamientos y objetivos, como en la
elaboración de sus Estatutos y en la presentación del proyecto asociativo, en
los actos públicos que se organizaron en Zaragoza, en la sede del Colegio de
Abogados, y en Teruel, en los locales del Colegio de Veterinarios, para dar a
conocer la iniciativa a todos los interesados. Su intervención en la asamblea
informativa celebrada en Zaragoza, en enero de 2007, causó gran efecto en todos
los asistentes al acto, por su contenido y su tono.
En
la primera Junta Directiva, elegida en la Asamblea Constitutiva
de la Asociación
celebrada el 14 de febrero de 2007, ocupó el puesto de Vicepresidente, y en
años sucesivos permaneció como miembro activo y destacado de la Junta Directiva, aportando
siempre, de manera constructiva, su esfuerzo y su criterio para restablecer el
respeto de la legalidad en el ámbito de la función pública. Los debates
internos de esta Asociación no siempre han sido fáciles, pero la mesura de
Manuel Díaz en todas sus intervenciones, sin rehuir nunca el planteamiento de dudas
legítimas o la indicación de posibles contradicciones de la acción asociativa, ha
contribuido siempre a madurar decisiones y a considerar las diversas
implicaciones de aquellas posiciones polémicas que pudiese adoptar la Asociación, a
contracorriente de la opinión general o mayoritaria en el seno de la función pública.
Es
necesario haber vivido los años iniciales de esta Asociación, y haber sido
testigo de la virulencia de las descalificaciones recibidas desde la esfera del
poder político y desde los sindicatos de la función pública, para valorar en su
justa medida el mérito de una persona que se mantuvo firme y coherente en sus
compromisos, pese al coste personal que ello conllevaba. Era necesario
salvaguardar la viabilidad de una Asociación que pudiera servir a los
funcionarios de la
Administración de la Comunidad Autónoma
como instrumento de promoción y defensa de los principios esenciales de la
función pública, reaccionando frente a la ilegalidad y la arbitrariedad de los
poderes públicos y frente a la falta de compromiso con el Estado de Derecho de
muchas actuaciones sindicales. Manuel lo supo hacer con especial entereza
personal.
Ser
miembro de esta Asociación –y más aún ser uno de sus promotores, y destacado
integrante de su Junta Directiva- ha supuesto durante años un importante coste
personal y profesional, dentro de una organización que mira con distancia y
recelo a quienes se han comprometido en la defensa activa de los principios de
la propia organización, frente a su constante desconocimiento por los responsables políticos
y su interesado olvido por muchos funcionarios que anteponen su promoción
profesional al cumplimiento de sus deberes profesionales como servidores públicos.
En
una organización voluntaria como es esta Asociación, la pertenencia a la misma
responde a la estricta voluntad de cada cual y se prolonga durante el tiempo
que cada uno considera oportuno. El cansancio o la discrepancia con las
actuaciones llevadas a cabo son perfectamente legítimos. La libertad de
asociación se ejerce tanto al entrar como al salir, y merecen igual respeto una
y otra decisión.
Los
que seguimos embarcados en este proyecto, conscientes de que nuestra acción,
aunque limitada e insuficiente, continúa siendo necesaria dentro de la Administración y más
allá –ampliando nuestras demandas al conjunto de las instituciones públicas-,
valoramos y agradecemos la aportación valiosa de quienes, como Manuel Díaz
Muiña, han intervenido de forma decisiva en la constitución y en la trayectoria
seguida por esta Asociación.
Sirva
la presente nota como reconocimiento expreso a su trabajo y a su compromiso ejercido durante más de ocho años, y
como muestra de la amistad y respeto con los que cuenta y contará en todo momento por
parte de los miembros de esta Asociación.
ResponderEliminarLos ejercicios de libertad son siempre muy saludables.
ResponderEliminarHay quienes lucha un año y son buenos, hay quienes lo hacen durante ocho años y son mejores ...
Un ejemplo más de transparencia.
ResponderEliminar
ResponderEliminarO un signo de crisis propio de cualquier organización.
ResponderEliminarNo sé si era necesario dar publicidad a una decisión personal, como se hace en esta nota.
ResponderEliminarNo parece esta decisión un ejercicio de libertad. Más bien una opción de conveniencia personal e incompatibilidad manifiesta entre las actuaciones llevadas a cabo en el proceso de selección de Administradores Superiores y el objetivo social de la Asociación. Una lástima que lo realizado hasta ahora a través de la Asociación, promovido por el Sr. Díaz Muiña se desdibuje de la peor forma posible, actuando en contra de aquello por lo que se ha luchado.
Por otra parte, quisiera destacar la posición de D. Julio Guiral Pelegrin que, a pesar de las obvias presiones a las que debe estar sometida esta Asociación, parece mantener el empeño en que ésta siga adelante con los objetivos propios de la misma, razón de ser de su existencia, y, paralelamente, realizar este acto de reconocimiento a la labor llevada a cabo por el Sr. Muiña en su seno dejando constancia de la entereza mantenida hasta ahora frente a las diversas presiones manifiestas, a pesar de que esa entereza haya decaído, como parece, a favor de la defensa de su interés personal y profesional una vez inmerso en la tela de araña del proceso selectivo de Administradores Superiores y otras cuestiones de gran relevancia por su gravedad.
Una lástima que la retirada sea de la Asociación para la defensa de la función pública, y no del tribunal que parece constituido como oficina de empleo particular de unos privilegiados.
Opositores o marionetas de la obra escénica que debe acompañar la farsa de una oposición para facilitar el acceso a la función pública a las sagas familiares y familias políticas?
Todos dirigidos por hilos cual marionetas que no conocen el guión, ya que la norma que supuestamente debería guiar los hilos decae en la arbitrariedad de quien los maneja.
Y en un teatro paralelo, otra representación de polichinelas que tiene por todo guión conservar el sillón.
“(…) Es una farsa guiñolesca, de asunto
disparatado, sin realidad alguna.
Pronto veréis cómo cuanto en ella
sucede no pudo suceder nunca, que
sus personajes no son ni semejan
hombres y mujeres, sino muñecos
o fantoches de cartón y trapo, con
groseros hilos, visibles a poca luz y
al más corto de vista.
(…)
tan primitivo espectáculo no es el más digno
de un culto auditorio de estos tiempos.”
Los intereses creados. Jacinto Benavente.
Me parece que os habéis pasado tres pueblos con los elogios hacia este señor. Ni ha sido para tanto su labor ni su actitud, y creo que su baja responde más bien a lo indicado en comentarios anteriores
ResponderEliminar
ResponderEliminarYo veo los elogios circunscritos exclusivamente a su contribución al lanzamiento de la asociación.
ResponderEliminarEso no se le puede negar.
Cada cual tiene su propia valoración como es lógico.
ResponderEliminarPara la reflexión:
ResponderEliminar¿Un funcionario puede trabajar en la actual Administración de forma objetiva y con pleno cumplimiento de la ley sin estar sometido a presiones constantes?
¡Enhorabuena!
ResponderEliminar
ResponderEliminarEstoy convencido de que no es posible corregir ilegalidades desde dentro de la estructura administrativa, y por eso hay que crear estructuras asociativas desde las que poder hacerlo.
ResponderEliminarNo existe un nivel de exigencia en el respeto de las normas, y la tendencia a la baja se incrementa cada día.
ResponderEliminarTodo impulso termina agotándose: no hay que darle más vueltas.
ResponderEliminarNadar contra la corriente no puede aguantarse indefinidamente.
Muy interesante:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=AGNTky9Z8W8
Un personalismo excesivo. Por cierto no hay nada mejor que el dicho biblico. Por sus hechos los conocereis. Peor no puede gestionar el proceso selectivo. Oscuro y poco transparente. Y rozando la etica. O su ausencia.
ResponderEliminar
ResponderEliminarHay buen rollo de verdad o se guardan las apariencias?
Y ese señor tan bueno del que hablais es el que no sabe admitir por si acaso que unos opositores hagan su examen. No sabe llamar para preguntar una duda. Que listo y bueno que debe ser. Ha arruinado el proceso. Pero vengan loas que buenas son para el ego.
ResponderEliminarAcaso no ha sido esto un mérito para alcanzar donde esta. No en vano otros asociados también ocupan esos puestos de relevancia que antes criticaban, vease con paciencia. Y que hacen? peor imposible. Mas loas.
ResponderEliminar
ResponderEliminarNo se puede juzgar la vida de una persona por un solo acto.