El
miércoles de esta semana se publicaba en el Boletín Oficial de Aragón el Decreto
del Gobierno de Aragón por el que se nombraba, mediante el procedimiento de
libre designación, al Interventor Delegado Territorial en Teruel, máximo responsable
de la Intervención General
en dicha provincia, recayendo el nombramiento en un funcionario perteneciente a
la Escala Facultativa
Superior, Clase de especialidad Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.
Al
margen de las condiciones personales del candidato, que en modo alguno
cuestionamos en esta nota, el hecho pone en evidencia la carencia de
profesionalización de un relevante órgano de control interno de la gestión de la Administración de la Comunidad Autónoma
como es la Intervención General.
Es evidente que una Administración no selecciona a un Ingeniero de Caminos,
Canales y Puertos para destinarlo al control de la gestión económico-financiera
de la Administración,
sino para el desempeño de responsabilidades propias de su titulación.
Pero
la situación que evidencia el nombramiento, como es la ausencia de un Cuerpo
especializado de Interventores de la Administración de la Comunidad Autónoma,
que realice con la máxima profesionalidad la labor de control interno de la
ejecución presupuestaria, no es nueva. Debemos insistir en el hecho de que la Ley de Ordenación de la Función Pública de la Comunidad Autónoma
preveía la existencia de una Clase de especialidad de Interventores e
Inspectores Financieros, desde la aprobación del Texto Refundido de 1991. ¿Qué
ha sucedido para que, pasados más de veinte años, no se haya convocado ni una
sola prueba para seleccionar a los funcionarios especializados que puedan nutrir
dicha Clase de especialidad y realizar las tareas de fiscalización que tiene
atribuidas la Intervención General?
No
es posible que la
Comunidad Autónoma de Aragón sea una excepción en el conjunto
de las Administraciones Públicas, al carecer de personal especializado para
realizar las tareas de fiscalización del gasto público. No basta contar con una
Intervención General, si las funciones de ésta no se encomienda a profesionales
especializados, seleccionados para tal función. ¿Por qué existen Letrados en la Dirección General
de Servicios Jurídicos y no hay Interventores en la Intervención General?
No hay razón alguna que justifique la actual situación, y la realidad de las
cuentas públicas de la Comunidad Autónoma
probablemente sería otra muy distinta si se contase con personal especializado
en un área tan decisiva como es la Intervención
General.
Sin
embargo, este Gobierno no ha tenido el menor interés en resolver la situación
existente e incluso la ha agravado, menoscabando la funcionalidad de la Intervención General,
mediante la creación de un atípico y disfuncional órgano como la Unidad de Control de la Gestión Pública, regulado por
Decreto 77/2014, de 13 de mayo, de perfil
claramente político, al que correspondía “informar, con carácter previo, las
propuestas de gasto público formuladas por los Departamentos, Organismos
Públicos y empresas públicas de la Comunidad Autónoma
de Aragón”. No vamos a insistir en la absoluta ilegalidad de tal Unidad, al
desapoderar a los Consejeros de sus atribuciones legales en materia de gasto público,
entrando en frontal contradicción con la
Ley de Hacienda de la Comunidad Autónoma.
La
Intervención
General
se ve lastrada por dos circunstancias de enorme gravedad, como son la carencia
de profesionales propios de una Escala o Clase de especialidad de Interventores
–seleccionados específicamente para la realización de dicha tarea- y la provisión
de todos los puestos de Interventor mediante el procedimiento de libre
designación, posibilitando la máxima discrecionalidad del Gobierno en la
cobertura de dichas plazas, así como en la remoción de los titulares de los
puestos que puedan resultar incómodos. Todo ello da perfecta idea de las
carencias que arrastra nuestra Administración, y lo peor es que su superación
no figura en los programas de actuación de ninguno de los Gobiernos que han
dirigido la
Administración autonómica desde 1991. No nos sorprendamos
luego de los resultados de tanta desidia.
Una excelente nota que será despreciada por políticos y altos funcionarios
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ResponderEliminarComo sucede con el resto.
ResponderEliminarPero sería peor el silencio. Ver el BOA y pensar que esto es lo que hay.