Después
del primer semestre de recorrido del nuevo Gobierno de Aragón, presidido por el
socialista Javier Lambán, cabe constatar la absoluta falta de medidas para
impulsar una real regeneración de la función pública y del conjunto de las
instituciones.
Prosigue
la utilización de los puestos públicos para conceder favores políticos –mediante
la fraudulenta utilización del contrato de alta dirección-, prosigue el uso y
abuso de la libre designación para la provisión de puestos de responsabilidad
administrativa –ni siquiera en el ámbito de la Intervención General
se ha querido dar una señal para corregir dicha fórmula discrecional de provisión
de puestos-, prosigue el abusivo empleo del préstamo de trabajadores para el
desempeño de funciones administrativas mediante personal de empresas públicas –fundamentalmente
en el área de agricultura y medio ambiente-, se constata la incapacidad para
eliminar el complemento de alto cargo que se reconoce a funcionarios por
desempeñar funciones fuera de su ámbito profesional, y lo que es el peor signo de
todos, se sigue sin dar señales inequívocas del debido respeto a la legalidad,
ya sea en el tratamiento del derecho de petición ejercido ante los miembros del
Gobierno de Aragón, ya sea en la garantía del derecho de acceso a la función pública.
Se
nos podrá alegar que las medidas están previstas y que aún es pronto para
valorar la acción del actual Gobierno, pero a ello hay que responder que el
respeto a la legalidad y el restablecimiento de los derechos fundamentales
reiteradamente conculcados –como ha ocurrido en materia de oferta de empleo público-
debe adoptarse desde el primer día de la legislatura. No cabe admitir prórroga
alguna a las numerosas irregularidades existentes.
Desde
esta Asociación hemos concedido un margen más que suficiente para observar las
posibles señales emitidas por el nuevo Gobierno, y esas señales no pueden ser más
decepcionantes, una vez visto lo sucedido con el complemento de alto cargo y la
falta de voluntad de restablecer el pleno respeto al derecho de acceso a la
función pública, como se evidencia con la actitud ante la reciente sentencia del
Tribunal Superior de Justicia de Aragón sobre la Oferta de Empleo Público de
2015.
En
lugar de aceptar una sentencia modélica, que prima la garantía del derecho de
acceso sobre la pretendida contención del gasto público que establecen las
tasas de reposición de efectivos, cuyo resultado no supone ahorro ninguno sino
deterioro creciente de la función pública por los cada vez más elevados niveles
de temporalidad, el Gobierno de Aragón, a través de sus servicios jurídicos, ha
impugnado ante el Tribunal Supremo dicha sentencia, para procurar su anulación,
lo cual significa procurar la negación del derecho de acceso de los ciudadanos a
la función pública que establece la Constitución.
No cabe imaginar un mensaje peor por parte de un Gobierno,
que el de emplear recursos públicos no para asegurar y ampliar derechos sino
para cercenarlos y, con ello, proseguir con el deterioro de la función pública.
Tal decisión resulta particularmente reveladora al coincidir con el
mantenimiento del régimen de consolidación del complemento de alto cargo de los
funcionarios que ejercen altos cargos –de designación política- en la Administración. Se
mantienen los privilegios injustificados y se combaten los derechos
fundamentales. Esto se encuentra, sencillamente, en las antípodas de un
programa regenerador, y nos revela y muestra el verdadero perfil del programa
de este Gobierno en materia de función pública.
Con
ello, esta Asociación vuelve a encontrarse claramente en posición crítica
frente al programa del Gobierno de Aragón –al igual que en anteriores
legislaturas, con independencia del signo político del Ejecutivo-, al carecer
el nuevo equipo de gobierno de verdadera voluntad regeneradora y de compromiso real
con la legalidad constitucional y administrativa. Consecuentemente, promoveremos
todas aquellas medidas a nuestro alcance para denunciar el actual estado de
cosas y la deriva provocada por las decisiones y omisiones del Ejecutivo de
Javier Lambán.
ResponderEliminarHola,
Trabajo en la administración local valenciana. Sigo desde hace tiempo la actividad llevada a cabo por esta asociación en defensa de la función pública y en contra de que mediante leyes españolas y acciones de las instituciones, se vulneren los derechos fundamentales así como las Directivas europeas.
Creo que estáis haciendo una labor estupenda y os doy la enhorabuena por ello. Ojalá en la Comunidad Valenciana existiese una asociación así!
He estado leyendo los estatutos de la asociación, y como es lógico, parece que los funcionarios de otras Comunidades Autónomas no podríamos ser socios de la misma. Mi pregunta es si hay alguna manera de formar parte de la asociación, y si en caso de no poder pagar la cuota anual al no ser socio, pudiera pagarla como donación para apoyar las acciones judiciales que promovéis, ya que los resultados nos benefician a todos, y no sólo a los funcionarios aragoneses.
ResponderEliminarEste mensaje es un verdadero toque de atención a los funcionarios de la administración aragonesa, que miran con lejanía o desdén el trabajo de esa asociación. Curiosa paradoja!
Volvamos al ámbito de la Corona de Aragón ...al menos.
ResponderEliminarLos funcionarios aragoneses aguantamos como podemos. Sintiendo verguenza, muchas veces, de pertener a una Administración como ésta. Donde el clientelismo está instalado. En empresas que pagamos todos los aragoneses, donde cada vez son menos los funcionarios y nos arrinconan. Mientras tanto el personal de la "empresa" (incluidos interinos), si es dócil, está a cuerpo de rey. Donde el trabajo bien hecho no importa nada. Lo único que importa es que alabes la gestión de la "empresa", entonces tienes reconocimiento.
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