Esta
Asociación, en diferentes escritos dirigidos a responsables de la Administración de la Comunidad Autónoma,
ha puesto de manifiesto el incumplimiento de diferentes obligaciones legales,
como pueden ser el Plan general de mejora
de la calidad de los servicios públicos de la Administración de la Comunidad Autónoma
de Aragón, que prevé la Ley
5/2013, de 20 de junio, de Calidad de los Servicios de la Administración de la Comunidad Autónoma
de Aragón (cuya aprobación debía producirse en el plazo de seis meses desde la
entrada en vigor de la Ley),
o el Informe anual sobre el estado de los servicios sociales en la Comunidad Autónoma
de Aragón (cuya elaboración corresponde al Consejo Aragonés de Servicios
Sociales, según lo señalado en la Ley
5/2009, de 30 de junio, de Servicios Sociales de Aragón), y que sigue sin
confeccionarse después de seis años de vigencia de la Ley.
Son
muchos los desarrollos reglamentarios de las leyes que siguen pendientes del
obligado impulso normativo del Gobierno de Aragón, y muchas las obligaciones
legales de otra naturaleza que carecen de realización o cumplimiento, algo que
debiera motivar una seria reflexión por parte de los nuevos responsables del
Gobierno de Aragón, pues no debemos olvidar que, de acuerdo con el artículo 4
de la Ley del
Presidente y del Gobierno de Aragón, entre las funciones propias del Presidente
se encuentra la de dirigir la elaboración de disposiciones de carácter general,
cuya aprobación en muchos casos constituye un requisito necesario para el
ejercicio efectivo de derechos legales reconocidos a los ciudadanos. Nada
justifica la inactividad de la Administración en el cumplimiento de sus
obligaciones legales, y la voluntad de corregir dicha inactividad debiera estar
entre las prioridades del nuevo equipo de Gobierno.
Desde
esta Asociación vamos a repasar los diferentes escritos de petición dirigidos a
responsables administrativos y que, hasta la fecha, no han recibido respuesta,
al objeto de reiterarlos ante los nuevos responsables departamentales, y al
mismo tiempo nos dirigiremos al Presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán,
para sugerirle la oportunidad de repasar el conjunto de desarrollos
reglamentarios pendientes para asegurar tanto los derechos de los ciudadanos
ocomo el ejercicio eficaz de las potestades administrativas, así como aquellos
supuestos de incumplimiento reiterado de obligaciones legales, que parecen
reducir las leyes a mandatos sin valor.
Todo
este conjunto de incumplimientos debiera haber sido una preocupación del
Justicia de Aragón, pues los mismos suponen una quiebra del ordenamiento jurídico
aragonés y, en muchos casos, una lesión a los derechos de los ciudadanos, pero pese
a nuestra reiterada insistencia en aspectos como la obligada aprobación anual
de la Oferta
de Empleo Público, jamás hemos conseguido que dicha institución ejerciese un
control de oficio en dicho campo, viéndonos obligados a formular año tras año
nuestras quejas por ello, al tiempo que optábamos por acudir a los Tribunales, dado
que el Gobierno no se considera vinculado por las resoluciones del Justicia de
Aragón, ni siquiera cuando, de manera inevitable, se limita a recordar algo tan
obvio como la obligación de cumplir las leyes.
Solo
las resoluciones judiciales parecen capaces de corregir este estado de cosas. Pero,
si existiese un Gobierno verdaderamente comprometido con la legalidad y el
Estado de Derecho –cosa elemental en un sistema constitucional como el
nuestro-, el cumplimiento de las leyes y el aseguramiento de los derechos de
los ciudadanos debiera ser la prioridad en su actuación. Asegurar el cumplimiento
de las leyes y someter la propia actuación al principio de legalidad es un
rasgo propio de un gobierno democrático, de un gobierno cuyo poder no puede ser
omnímodo ni arbitrario sino limitado por el Derecho.
Esperamos
cambios significativos en la actuación del Ejecutivo autonómico en materia del
respeto a la legalidad –empezando por el ámbito de la función pública, pero
también en el conjunto de la acción administrativa-, pero no vamos a dejar de
reclamarlos desde el primer momento de la actual legislatura, como ya hemos
hecho recordando al Presidente del Gobierno de Aragón las obligaciones que le
impone la Ley de
Transparencia para aprobar, en los primeros seis meses de la legislatura, un Plan
de Gobierno que refuerce el control de la acción del Ejecutivo tanto por las Cortes
de Aragón como por el conjunto de la sociedad. La credibilidad del cambio exige
hacer realidad las previsiones y mandatos de la Leyes.
ResponderEliminarEsperemos que cambien las formas de actuar y no solo las personas.