Es
llamativa la tendencia del Gobierno de Aragón a afirmar que las iniciativas legales
que promueve carecen de coste o repercusión económica. Se confunde, en la mayor
parte de los casos, la falta de coste económico con la falta de voluntad para
evaluarlo o determinarlo. Debiera, por ello, tenerse presente que uno de los
mayores costes que tiene que sufrir con frecuencia la Administración, en
la aplicación de políticas públicas, es la deficiente evaluación de las mismas. No
evaluar los costes suele salir muy caro. Pero parece que el Gobierno de Aragón
prefiere seguir instalado en el autoengaño, lo cual no sería grave si el
resultado de ello no repercutiera luego sobre todos los ciudadanos, a los que
toca siempre pagar los platos rotos, de manera directa o indirecta. Quienes no quieren o no
son capaces de evaluar el coste de una iniciativa legislativa, a pesar de su
evidente incidencia en el gasto público, no merecen gestionar los intereses
generales. Ellos mismos se descalifican con su forma negligente de actuación.
Sorprende
especialmente que un Gobierno que ha incumplido los objetivos de déficit y que
carece de recursos para atender los gastos presupuestarios autorizados –como ocurre
con el Gobierno presidido por Luisa Fernanda Rudi- actúe con tal ligereza en la
valoración del coste económico de los proyectos normativos que elabora. Lo que
ya no sorprende tanto es que un Gobierno que actúa así acabe incurriendo en
manifiesto incumplimiento de los objetivos de contención del déficit. Los
costes existen aunque no se quieran señalar ni evaluar. La realidad es como es
y no como se desea presentar en memorias justificativas confeccionadas sin ningún tipo
de rigor, y admitidas como buenas por las diferentes instancias del
Gobierno de Aragón.
No
cabe, como todos podemos fácilmente comprender, que un proyecto normativo como
el Proyecto de Ley de Función Pública de Aragón, que incide de lleno en la
cuantía global de los gastos de personal de la Comunidad Autónoma,
vaya acompañado de una memoria justificativa que dice, nada menos, que “no es
posible cuantificar mínimamente una estimación del gasto de su implantación al
estar sujeto a las disponibilidades presupuestarias de ejercicios futuros la
puesta en marcha de las medidas contenidas en el anteproyecto de ley”.
Cuesta
dar crédito al hecho de que un responsable del Departamento de Hacienda y
Administración Pública pueda haber firmado un párrafo como el señalado.
No
se dice que no haya gasto añadido –más bien al contrario-, pues lo que se
afirma es que no se puede cuantificar, lo que pone de manifiesto el grado
de indefinición del modelo establecido y el coste que ha de acarrear, no lo olvidemos, para los
ciudadanos. Un empresario privado podría ser descuidado en la determinación del
coste de sus decisiones, desafiando la racionalidad económica de su negocio, pero
tal descuido no es posible admitirlo en decisiones de un Gobierno autonómico
que compromete dinero público, los recursos presupuestarios de futuros
ejercicios, sin delimitar siquiera el coste de oportunidad que tal medida
conlleva.
¿De
dónde se detraerán los recursos económicos que requiera la financiación de la
carrera administrativa de los empleados públicos? ¿Existe acaso margen de
maniobra para disponer de dichos recursos? ¿Cómo saberlo si no nos consta el
importe necesario a financiar? Buen asunto, sin duda, para que lo analice la Unidad de Control de la Gestión Pública puesta en
marcha por el Consejero de Hacienda y Administración Pública, Javier Campoy, el
mismo que se ha saltado sin problemas, al proponer este Proyecto de Ley, los controles
del gasto que establecen la Ley
de Presupuestos de la Comunidad Autónoma
de Aragón para 2014 y la Ley
de Estabilidad Presupuestaria de Aragón de 2012.
Igual
carencia de evaluación de coste económico sufre el Anteproyecto de Ley de
Transparencia Pública y Participación Ciudadana, en cuya memoria justificativa
se señala que “la aplicación inmediata de la norma no llevará consigo una repercusión
económica”. Sobre tal cuestión, y dentro del trámite de audiencia pública
establecido, tras la toma de conocimiento del Anteproyecto de Ley por el
Gobierno de Aragón, la institución del Justicia, en su escrito de alegaciones,
ha destacado lo siguiente: “La Ley
establece un cúmulo de obligaciones a la Administración para
dar a conocer su actividad a los ciudadanos, encomienda tareas al Departamento
responsable en materia de transparencia y crea órganos específicos (Consejo de
Transparencia y Unidades de Transparencia en cada Departamento de la C.A.), pero no cuenta con una
memoria económica que evalúe el coste que todo ello supone. Su elaboración
resultaría de un enorme interés para garantizar el presente y la sostenibilidad
del sistema de transparencia y participación ciudadana pretendido con esta Ley”.
Se
echa en falta que el Justicia de Aragón, al señalar el interés de la elaboración
de una memoria económica, no recuerde a la Dirección General
de Participación Ciudadana, más allá de ese interés, la obligación de su confección para dar cumplimiento
a lo indicado en el ordenamiento jurídico y, en concreto, en la Ley del Presidente y del
Gobierno de Aragón (artículo 37.3), en la Ley de Presupuestos de la Comunidad Autónoma
de Aragón para 2014 (artículo 13.1) y en la Ley de Estabilidad Presupuestaria de Aragón (artículo
7.3).
Carece
de toda coherencia democrática el ejercicio de la iniciativa legislativa sin
respetar las obligaciones legales para dicha iniciativa. La pretensión de aprobar
una ley sin respetar las leyes, como parece querer hacer el Gobierno de Aragón,
no innova el ordenamiento jurídico, sino que lo degrada, haciendo cada vez
menos reconocible el Estado de Derecho.
Esto es un ejercicio de irresponsabilidad incomprensible.
ResponderEliminarLuego no puede sorprender que las leyes no puedan aplicarse, por falta de financiación.
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ResponderEliminarEl Gobierno tendrá que mandar al Parlamento la memoria económica del proyecto de Ley de Abastecimiento y Saneamiento Palacio señala que esta documentación es "esencial" para poder manifestarse sobre el proyecto de ley del Ejecutivo regional
20 minutos
ResponderEliminarCurioso caso que debieran tener en cuenta los diputados aragoneses:
EUROPA PRESS. 28.05.2014 El Gobierno de Cantabria tendrá que remitir a al Parlamento regional la memoria económica del proyecto de Ley de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de la comunidad autónoma después tal y como había solicitado el PSOE y ha aprobado de forma "unánime" la Mesa de la Cámara legislativa.
ResponderEliminarDe ello, ha informado en un comunicado el grupo parlamentario socialista, que ha considerado "esencial" la remisión de esa información para poder pronunciarse sobre el proyecto de Ley. Ha explicado que en la documentación enviada sobre el mismo no figuraba "ningún" estudio o informe sobre los costes globales por la prestación del abastecimiento y saneamiento de aguas de la comunidad Autónoma, ni la memoria económico-financiera que justifique su importe. Según el diputado socialista Miguel Ángel Palacio, esta documentación es "preceptiva" y "necesaria" para que los grupos puedan manifestarse sobre el régime económico-financiero del canon de agua residual y la tasa regional de abastecimiento de agua pues es la que "justifica" tanto la cuantía del canon del agua residual, doméstica e industrial como la tasa de abastecimiento de agua.