El
Boletín Oficial de Aragón publica hoy no los ceses y nombramientos del personal
eventual del Departamento de Hacienda y Administración Pública –incurriendo en
un nuevo incumplimiento del artículo 25.5 de la Ley del Presidente y del Gobierno de Aragón-,
sino el cese de una funcionaria de carrera en un puesto de libre designación de
la Intervención General.
Una vez más, como meses atrás ocurría en el Instituto Aragonés de Estadística,
un profesional de la función pública de trayectoria sólida es apartado de su
puesto de trabajo de modo inesperado e inmotivado, sin que se le arbitre una
salida acorde a su especialización profesional. Al tiempo que vemos cómo el
Departamento de Hacienda y Administración Pública desdobla Servicios en su
estructura, para acoger a quien cesa en su condición de alto cargo, vemos a
funcionarios cesados y abandonados a su suerte. La diferencia de trato resulta sencillamente
injusta y escandalosa.
Desde
esta Asociación hemos criticado el uso y abuso de la fórmula de la libre
designación para la provisión de puestos de funcionarios superiores, pero en
particular creemos que tal fórmula es inaceptable para proveer los puestos en órganos
cualificados de control, como son la Intervención General
o la Inspección
de Servicios. El cese de un funcionario en uno de esos órganos trasciende la
relevancia de un cese más, pues puede ser un ejercicio arbitrario por parte del
Gobierno de Aragón para remover de su puesto a quien resulta incómodo en el
cumplimiento de sus funciones de fiscalización. Si se quieren órganos de control dóciles y
mediatizados, nada mejor para asegurarlo que cubrir todos sus puestos mediante
libre designación, haciendo depender su continuidad de la comodidad o
incomodidad del responsable político controlado. No es aceptable que quienes
ejercen el control de legalidad queden sujetos a la discrecionalidad política
del controlado, como sucede en el caso de los Interventores en la Administración de la Comunidad Autónoma.
Tampoco
podemos dejar de reiterar, en este momento, la necesidad de que los puestos de
responsabilidad en la Intervención General
sean ocupados por funcionarios especializados cuya selección se realice a través
de procesos específicos. No hay explicación posible para el hecho de que la Clase de especialidad de
Interventores de la
Administración autonómica no haya sido jamás objeto de ningún
proceso selectivo, reclutándose al personal interventor de escalas generales de
administración, sin la exigencia siquiera de una formación previa adecuada. No
parece que ese sea el modelo de profesionalización que la situación reclama. Por
ello, esta Asociación reiterará su petición de que se convoquen procesos
selectivos para reclutar personal especializado en intervención y control económico-financiero,
así como insistirá en que los puestos reservados a funcionarios superiores
dentro de la Intervención General
sean provistos mediante la fórmula de concurso, evitando así que quienes
ejercen dicha labor puedan hallarse a merced de la discrecionalidad política
del controlado, y verse removidos en sus funciones por el rigor en la
exigencia del respeto a la legalidad.
Un cese ante la indiferencia general, pues no existe sentimiento profesional ni compañerismo en nuestra función pública.
ResponderEliminar
ResponderEliminarEl consejero de Hacienda del Gobierno de Aragón, Javier Campoy, ha relevado a Marta Eugenia Ferrández que ocupaba este cargo, según se publica en el BOA.
Continúan los cambios en el Departamento de Hacienda del Gobierno de Aragón. Tras la dimisión de José Luis Saz como consejero de Hacienda y el nombramiento de Javier Campoy como nuevo titular de esta consejería por el incumplimiento del objetivo de déficit en 2013 y el cese de la directora general de Prespuestos, María Rosa Carnicer, vuelve a haber movimientos que, en este caso, llegan a la escala técnica.
Según se publica hoy en el Boletín Oficial de Aragón (BOA), el consejero de Hacienda, Javier Campoy ha relevado a Marta Eugenia Ferrández, quien hasta ahora ocupaba el cargo de jefa del Servicio de Control Financiero.
El cese de Marta Eugenia Ferrández, que ocupaba ese puesto desde julio de 2012, se hizo efectivo el pasado 8 de abril, tomando posesión Javier Campoy de su puesto al día siguiente.
el economista
ResponderEliminarEl nuevo consejero aragonés de Hacienda, Javier Campoy, ha relevado a la que hasta ahora era jefa del Servicio de Control Financiero de la Administración autonómica. Marta Eugenia Ferrández Ortiz de Artiñano ha cesado en su cargo, según acaba de publicarse en el Boletín Oficial de Aragón (BOA).
Este cese se hizo efectivo el pasado 8 de abril, justo al día siguiente de que Campoy tomara posesión como nuevo consejero de Hacienda en sustitución de José Luis Saz, quien dimitió tras confirmarse que Aragón no había cumplido en 2013 con el techo de déficit que le había marcado como objetivo el Ministerio de Hacienda.
Cuando dimitió Saz también se produjo la destitución de la que hasta entonces había sido su directora general de Presupuestos, María Rosario Carnicer.
Ahora, los relevos también han llegado a la escala técnica del departamento, con la salida de la jefa del servicio de Control Financiero.
Marta Eugenia Ferrández es funcionaria de la Escala Superior de Administración (Administradores Superiores). Ocupaba la jefatura de este servicio desde julio del año 2012.
abc
ResponderEliminarMe pregunto por el papelón que en todo esto cumple la Interventora General, que permite el cese de una persona de su equipo sin mayores problemas. ¿No se siente cuestionada?
ResponderEliminarCuidado con el riesgo de sobredosis.
"Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena".
ResponderEliminarMahatma Gandhi
Esta Asociación vuelve a darnos una lección magistral reaccionando con sus palabras frente a la arbitrariedad de una Organización que fagocita a sus mejores profesionales.
El modelo es doblemente perverso: alimenta a los empleados avaros de una carrera fácil y cómoda y socava la moral de servicio público y la capacidad de trabajo de los buenos profesionales.
ResponderEliminarEs lamentable.
ResponderEliminarEn efecto hay una gran falta de compañerismo.
A cada uno le importa lo suyo, no hay sentido de organización.
Así nos va, no podemos sorprendernos después.