Toda
función pública, sea de la
Administración que sea, descansa sobre dos elementos básicos:
los puestos de trabajo, como elemento objetivo que determina el perfil o los requisitos de especialización
de los funcionarios públicos que requiere la organización administrativa para el desarrollo de sus funciones, y los
empleados públicos, como elemento subjetivo seleccionado para el desempeño de las tareas que corresponden a dichos puestos de
trabajo. Existen criterios generales para la clasificación de los puestos de
trabajo, de manera que puestos de iguales características establezcan similares
requisitos o condiciones de desempeño, provisión o retribución, sin incurrir en
diferencias injustificadas, que resultarían discriminatorias o arbitrarias.
Al comienzo del pasado mes de febrero se publicaban en el Boletín Oficial de Aragón
las relaciones de puestos de trabajo de los diferentes Departamentos y
Organismos autónomos de la
Administración de la Comunidad Autónoma
de Aragón, cuyo análisis ha llevado a esta Asociación a plantear la necesidad de
reaccionar frente al uso abusivo e indiscriminado de la libre designación en
la provisión de puestos de trabajo, al configurar una Administración
escasamente profesionalizada, ya que el acceso a puestos de
responsabilidad administrativa queda exclusivamente a merced de la
discrecionalidad política que, vía relación de puestos de trabajo, se
reservan los diferentes Consejeros de cada Departamento.
Pero
como vamos a ver, no basta la libre designación para satisfacer el control político
de la provisión de los puestos de trabajo, si la definición de los requisitos de desempeño del puesto, además,
no permite designar a cualquier funcionario de cualquier Administración Pública
que goce del respaldo político adecuado, aunque ello suponga violentar las reglas
de definición de los puestos e incorporar a la organización administrativa
a profesionales extraños o cuya trayectoria en modo alguno justifica la designación
pretendida. La confirmación de tal inadecuación viene acreditada, normalmente,
por la necesidad de modificar la relación de puestos de trabajo con carácter previo a su adscripción, para adecuar los requisitos de desempeño del puesto a las
concretas características del candidato previamente elegido por el responsable político.
Imaginemos
un silogismo, como es la provisión de puestos de trabajo, donde la premisa
mayor siempre se sitúa, gracias a la arbitrariedad política, a merced de la
premisa menor, para adecuarla a ésta siempre que resulte necesario, y así poder obtener en
todo caso la conclusión pretendida, transformando la irracionalidad en
racionalidad, lo imposible jurídicamente en posible, con solo publicar una
Orden en el Boletín Oficial de Aragón que modifique el puesto de trabajo, es decir, que cambie la premisa mayor y ajuste la regla a la voluntad política.
Desde
esta Asociación rechazamos este tipo de gestión de los recursos humanos
presidida por la arbitrariedad y el sometimiento de las normas a la voluntad
política de quien gobierna en cada momento. Tan grave como vulnerar las normas
es manipular las normas y adecuarlas a la concreta decisión política, cada vez que interesa, sin criterio objetivo
alguno, sin norma general que valga para casos idénticos, pues se busca únicamente
hacer viable lo que a priori resulta impracticable, por impedirlo la norma.
Ejemplo
palmario de esta forma arbitraria y repudiable de gestionar los recursos humanos lo tenemos en la Orden de 17 de febrero de
2014, del Departamento de Hacienda y Administración Pública, por la que se
modifican las relaciones de puestos de trabajo del Departamento de Hacienda y
Administración Pública y del Instituto Aragonés de Servicios Sociales,
publicada en el Boletín Oficial de Aragón de 5 de marzo, en la que se modifican
los requisitos de desempeño de dos puestos de trabajo cualificados, de libre
designación, para posibiliar su desempeño por funcionarios de Administración
Local.
Particularmente
grave resulta la modificación del puesto de Secretario/a General del Instituto
Aragonés de Servicios Sociales, ya que se modifican innecesariamente sus
requisitos de desempeño exclusivamente para habilitar su desempeño por una
funcionaria de administración local, para la que ya, hace poco más de un año,
se habilitó otro puesto de libre designación, el puesto de Jefe/a de
Servicio de Centros y Acción Concertada, con el único fin de posibilitar su incorporación a la Administración
autonómica desde una entidad local aragonesa, a la que acababa de
incorporarse como primer destino.
El
desempeño de los puestos de responsabilidad administrativa requieren de un
nivel de competencia debidamente acreditado, pero también exigen un acceso claro y acorde a
las normas, sin que resulte aceptable que los puestos se sometan a intereses
individuales y los criterios objetivos de la organización administrativa cedan
una y otra vez ante la voluntad arbitraria de los responsables políticos, capaces
de creer en el Estado de Derecho únicamente si son ellos quienes determinan lo
que es Derecho.
Esta
Asociación analizará las posibles acciones a adoptar ante los cambios
publicados en el BOA de 5 de marzo de 2013, en los que se evidencia una clara
desviación de poder por parte del Consejero de Hacienda y Administración Pública,
José Luis Saz, reclamando el control parlamentario por parte de los diferentes
Grupos de las Cortes de Aragón y valorando la procedencia de promover acciones
judiciales contra la misma, con exigencia de las responsabilidades personales
en que hayan podido incurrir los diferentes altos cargos de la Administración que
han intervenido en las decisiones adoptadas, comenzando por la Directora Gerente
del Instituto Aragonés de Servicios Sociales, Cristina Gavín, a la que necesariamente corresponde la propuesta de tal modificación.
Excelente y muy acertado comentario.
ResponderEliminarAunque clamemos en el desierto, seguiremos haciéndolo hasta que se nos escuche o queden destrozadas nuestras voces.
Saludos.
ResponderEliminarPredicar en desierto, sermón perdido, he oído decier a mis mayores toda la vida.
Pues, ¿para qué predicas tú? Consejos traigo que para mi no tengo. Se te ve el plumero...
ResponderEliminarY lo mismo ocurre con los procesos derivados del inaem, un cachondeo total. Auténtico paripe en el que, por ejemplo, se hace una lista de reservas nueva cada vez que se quiere coger a alguien a dedo, cambiando los requisitos y méritos para cada ocasión.
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