Esta Asociación para la Defensa de la Función Pública Aragonesa, coherentemente con los principios y fines establecidos en sus Estatutos, ha promovido en sus más de tres años de existencia numerosas iniciativas -no sólo quejas y denuncias, también peticiones de ordenación y mejora- tendentes a afirmar la plena vigencia de los principios constitucionales de legalidad, igualdad, publicidad, mérito y capacidad, de modo que desde el interior de la Administración -y por quienes trabajamos en ella-se impulse una cultura organizativa identificada con el modelo constitucional de función pública, sin ceder al conjunto de presiones existentes, desde todos los ámbitos, para desvirtuar dicho modelo y hacer de lo público un espacio apto para el clientelismo, el abuso y la ineficiencia.
Muchos son los enfoques desde los que se analiza la función pública -basta con recordar los debates producidos en torno a la reciente rebaja salarial en el sector público para constatar las diferentes y opuestas visiones sobre el papel de las administraciones públicas y la función de los servidores públicos-, pero será difícil abordar la reordenación de la función pública si no se hace desde una clara formulación de sus principios constitucionales, y se afronta con todo rigor y responsabilidad el análisis del grado en que la actual estructura administrativa se ajusta a valores tan esenciales como la legalidad, la imparcialidad y el servicio público y responde a las exigencias de eficacia y eficiencia. ¿Quién vela hoy por asegurar la vigencia de esos principios? ¿Los Gobiernos? ¿Los Parlamentos? ¿Los Tribunales? ¿Las entidades de la sociedad civil? ¿Los propios servidores públicos?
La calidad de la función pública -es decir, el buen funcionamiento de los servicios públicos, bajo la dirección política del Gobierno democráticamente elegido- ha de ser una preocupación de todos los ciudadanos, como destinatarios de los servicios que se prestan y como contribuyentes a su financiación y sostenimiento. La función pública está servida por ciudadanos que han accedido a sus puestos - o debieran haberlo hecho- en virtud de criterios de igualdad, mérito y capacidad. Es un sector del empleo donde no cabe discriminación ni libertad de contratación por parte del empleador:la administración no es una empresa propiedad del gobierno. La Administración pertenece a los ciudadanos y sólo se justifica como estructura llamada a garantizar sus derechos. Entre ellos, figura el de acceder a los puestos públicos. La calidad se juega en el acceso, aunque también en el ejercicio posterior.
Por ello, defender los servicios públicos incluye también el defender una opción de acceso al trabajo profesional con criterios de igualdad, mérito y capacidad, al alcance de todos los ciudadanos que acrediten tales cualidades. Este valor democrático no parece apreciarse suficientemente, y basta con ver la crítica que suelen atraer las ofertas de empleo público que se aprueban o la aceptación general de la congelación de puestos, sin justificación suficiente del por qué se anulan opciones de los ciudadanos para acceder a funciones públicas. ¿Se han suprimido acaso los puestos de trabajo? ¿Entonces por que no se cubren conforme a los principios que exige la Constitución? ¿Acaso pueden suspenderse los principios constitucionales alegando razones de coyuntura económica?
Son muchos los interrogantes que existen sobre la evolución de las Administraciones Públicas y sobre el estado de la respectiva función pública con que cuentan. Analizar dicha evolución y dicho estado debiera ser una prioridad de todo responsable político, dando cuenta de las deficiencias y necesidades detectadas y de las medidas para hacerles frente al conjunto de los ciudadanos. Sin embargo, no parece que se avance en dicha dirección, sino justamente en la contraria, en la de hacer de la Administración una organización desconocida e ingobernable, caótica, sobre la que no es posible conocer datos fiables ni indicadores reales de costes y de eficiencia. ¿Quiénes pueden estar interesados en que el panorama se halle dominado por la desinformación y por diferentes clichés establecidos conforme a posturas ideológicas, al margen de todo dato fáctico? ¿Dónde están las causas de los males? ¿En la propia función pública? ¿En la incapacidad de quienes la dirigen? ¿En la irresponsabilidad de quienes la utilizan para fines espúreos? ¿No merecería el tema la máxima atención por los ciudadanos y sus representantes?
Ante la falta de concretas iniciativas para estudiar la realidad de la función pública aragonesa -es preferible no recordar la parodia de diagnóstico presentada no hace mucho por el Director General de la Función Pública, Antonio Brun, ante las Cortes de Aragón, y la falta de réplica parlamentaria a semejante burla-, esta Asociación va a tratar de propiciar una plataforma de estudio, que entendemos debiera tener su asidero institucional en el Justicia de Aragón, como supervisor del conjunto de los servicios públicos autonómicos y como mediador entre las instituciones aragonesas y la sociedad civil -los ciudadanos y sus organizaciones sociales-, concretándose en sesiones de debate general sobre la administración y su función pública y sesiones específicas sobre cada uno de los servicios públicos.
Tales sesiones debieran permitir llegar a un diagnóstico compartido por responsables políticos y ciudadanos -incluyendo entre estos a los propios servidores públicos- y hacer posible un balance real de su evolución y la formulación de medidas de mejora para el futuro, involucrando en un mismo proyecto a la clase política, gestores y empleados públicos y ciudadanos. Ello, tal vez, permitiese conocer anualmente el estado de la función pública aragonesa, algo que, según todo parece indicar, no va a merecer la menor atención en el debate sobre el estado de la Comunidad Autónoma.
¿Pero quién dispone de datos fidedignos?
ResponderEliminar¿Cuántas plazas ocupadas por interinos?
ResponderEliminar¿Cuántos asesores como personal eventual?
ResponderEliminar¿Cuántas comisiones de servicios?
ResponderEliminar¿Cuántas atribuciones de funciones?
ResponderEliminar¿Cuántos funcionarios han consolidado el complemento de alto cargo?
ResponderEliminar¿Cuánto supone eso a los presupuestos?
ResponderEliminar¿Cuánto se paga al año en gratificaciones?
ResponderEliminar¿Retribuyen realmente trabajos extraordinarios?
ResponderEliminar¿Cuántas plazas están pendientes de convocatoria de concurso?
ResponderEliminar¿Cuándo se convocarán?
ResponderEliminar¿Cuántos puestos de libre designación?
ResponderEliminar¿Qué requisitos se exigen para acceder a los mismos?
ResponderEliminar¿Ninguno, como ocurre con el puesto de director del Instituto Aragonés de Administración Pública?
ResponderEliminar¿Ninguno, como ocurre con los puestos de Inspector de Servicios?
ResponderEliminar¿Cuántos funcionarios de Cuerpos de Interventores hay en la Intervención General del Gobierno de Aragón?
ResponderEliminar¿Ninguno?
ResponderEliminar¿Cuánto personal de las empresas públicas están trabajando en las oficinas de la Administración?
ResponderEliminar¿Cuántos funcionarios de la Administración no acuden a su puesto de trabajo?
ResponderEliminar¿Alguno?
ResponderEliminar¿Se lo consienten sus superiores?
ResponderEliminar¿Por qué motivo?
ResponderEliminar¿Apoyos políticos?
ResponderEliminar¿Buenos contactos?
ResponderEliminar¿Corrupción?
ResponderEliminar¿Uso partidista de la función pública?
ResponderEliminar¿Para cuándo un debate sobre sólo uno de estos interrogantes?
ResponderEliminar¿Para cuándo una investigación parlamentaria?
ResponderEliminar¿Para cuándo un informe especial del Justicia de Aragón?
ResponderEliminar¿Para cuándo un Consejero de Presidencia con sentido de la responsabilidad?
ResponderEliminar¿Para cuándo un Director General de la Función Pública con algo de criterio y de respeto a las normas?
ResponderEliminar¿Dónde están las causas de los males de la función pública?. En la incapacidad de quienes la dirigen y en la irresponsabilidad de quienes la utilizan para fines espúreos.
ResponderEliminar¿A cuantos funcionarios no se les permite el desempeño efectivo de sus funciones propias de su cndición profesional?
ResponderEliminar¿Cuantos funcionarios están relegados en un rincón, ninguneados, discriminados .... acosados?
ResponderEliminarSi hay un régimen disciplinario, ¿por qué se utiliza el Rgto de Provis. de Ptos de Trabajo Carrera Adtva y Promoción Profesional para degradar y humillar al funcionario que no responde al perfil personal que le gusta a algún jefe de servicio?
ResponderEliminar¿Por qué no se utiliza el Rgto para vaciar de contenido un puesto de trabajo al que se accede por concurso pero lo ocupa un funcionario "non grato" para el jefe de turno?
ResponderEliminar¿Como un jefe de servicio puede regatear a su antojo la ley y el reglamento?
ResponderEliminar¿Por qué esas rimbombantes Nuevas Tablas Retributivas colgadas en la Web por la D.G.Función Pca. no recogen esos específicos "pata negra" que algunos cobran por mor del noble cuerpo al que pertecen -interventores- aunque ocupen un simple servicio, puesto que podría desempeñar cualquier administrador superior?.
ResponderEliminar¿Por qué esa nueva página Web de la D.G.Función Pca., tan moderna y transparente ella, ni siquiera recoge las RPTs, q deberían ser públicas y conocidas por todos los empleados públicos?
ResponderEliminar¿Ese Anteproyecto de Ley del Empleo Pco. de Aragón, cuando dejará de ser tal?
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