Zaragoza, 11 de marzo de 2008.
El pasado martes, 4 de marzo, el presidente autonómico del sindicato CSI-CSIF, F. Luis Güerri Mir hizo llegar a todos los empleados públicos de la Administración aragonesa una extraña nota titulada “La vía política y el derecho individual a progresar”. Su finalidad parece ser exclusivamente poner en entredicho la coherencia personal de quienes animamos la actividad de la Asociación para la Defensa de la Función Pública Aragonesa.
Estamos abiertos lógicamente a cualquier observación y crítica –quien ejerce una actividad social ha de estar sujeto necesariamente al escrutinio público, que no se ejerce únicamente a través del voto-, pero creemos que no se deben utilizar los recursos de la Administración pública en un envío masivo por correo electrónico para descalificar por escrito a quienes ejercen sus derechos fundamentales.
Esta asociación nace por derecho propio, al margen de la existencia de los sindicatos y de sus aciertos o errores, pues lo que esta Asociación persigue poco tiene que ver con los objetivos y razón de ser de las organizaciones sindicales. Se trata de una asociación de defensa de la función pública aragonesa, con el fin de poner en valor y reivindicar el papel que corresponde cumplir a la Administración en el aseguramiento diario de la democracia, del Estado de Derecho y de los servicios públicos para todos los ciudadanos.
Lo perseguido por esta Asociación guarda escasa conexión con las condiciones de trabajo o salariales de los empleados públicos de las que se ocupan los sindicatos, aunque la defensa del valor de la profesionalidad que exige una buena Administración pueda llevarnos a opinar sobre materias objeto de negociación colectiva, pues como profesionales críticos y comprometidos con la función pública deseamos formular nuestras propuestas y hacerlas llegar tanto a la Administración como a los sindicatos, para su posible consideración.
La crítica que hemos ejercido desde la Asociación a numerosas actuaciones y decisiones del poder político no es precisamente, como parece insinuar el presidente del sindicato CSI-CSIF, la mejor plataforma para buscar objetivos y ventajas personales. Si éste fuera el objetivo, habríamos errado completamente en el procedimiento. Más bien, aunque no se quiera reconocer ni valorar por algunos, el impulso y mantenimiento de esta Asociación nos presenta, en numerosas ocasiones, como elementos incómodos. El sentimiento de incomodidad parecen compartirlo algunos responsables políticos de la Administración y algunos responsables sindicales. Las funciones están claramente delimitadas, pero como Asociación deseamos velar también para que las funciones políticas y sindicales se ejerzan con total respeto a la legalidad y a los valores constitucionales que han de regir la actividad de la Administración Pública.
Hasta la fecha, por ejemplo, nadie –ni responsables políticos ni sindicales- ha querido aclarar por qué la cláusula de revisión salarial pactada entre Administración y sindicatos no se ha recogido, como exige el ordenamiento jurídico, en la Ley de Presupuestos de la Comunidad Autónoma. Digámoslo con total claridad: toda conquista social que socave el Estado de Derecho no es conquista social, mal que nos pese.
Todos los que formamos parte de esta Asociación somos profesionales de la función pública y, por lo tanto, no eludiremos compromisos con el buen funcionamiento de los servicios públicos. Tampoco hemos dejado de ser ciudadanos y, por lo tanto, somos titulares de todos los derechos y libertades que tal condición conlleva, derechos cuyo ejercicio sólo puede dignificar a las personas. Ni incoherencia ni rubor puede haber en ello.
Si los sindicatos sometiesen su actuación y la de sus representantes a códigos éticos de conducta, pensamos que hechos como el protagonizado recientemente por el presidente autonómico de CSI-CSIF no se producirían.
En suma, nada tiene que ver la labor de esta Asociación con la “vía política” a la que parece aludir el presidente del sindicato CSI-CSIF. No existe vinculación alguna con ningún partido ni como asociación ni como conjunto de asociados, cuyo pluralismo está más que demostrado en el conjunto de nuestras actuaciones y documentos. No corresponde, en ningún caso, a los sindicatos juzgar el quehacer de cada funcionario, pertenezca o no a esta Asociación, y mucho menos las opciones personales de cada cual en el libre ejercicio de sus derechos de ciudadanía.
Estamos abiertos lógicamente a cualquier observación y crítica –quien ejerce una actividad social ha de estar sujeto necesariamente al escrutinio público, que no se ejerce únicamente a través del voto-, pero creemos que no se deben utilizar los recursos de la Administración pública en un envío masivo por correo electrónico para descalificar por escrito a quienes ejercen sus derechos fundamentales.
Esta asociación nace por derecho propio, al margen de la existencia de los sindicatos y de sus aciertos o errores, pues lo que esta Asociación persigue poco tiene que ver con los objetivos y razón de ser de las organizaciones sindicales. Se trata de una asociación de defensa de la función pública aragonesa, con el fin de poner en valor y reivindicar el papel que corresponde cumplir a la Administración en el aseguramiento diario de la democracia, del Estado de Derecho y de los servicios públicos para todos los ciudadanos.
Lo perseguido por esta Asociación guarda escasa conexión con las condiciones de trabajo o salariales de los empleados públicos de las que se ocupan los sindicatos, aunque la defensa del valor de la profesionalidad que exige una buena Administración pueda llevarnos a opinar sobre materias objeto de negociación colectiva, pues como profesionales críticos y comprometidos con la función pública deseamos formular nuestras propuestas y hacerlas llegar tanto a la Administración como a los sindicatos, para su posible consideración.
La crítica que hemos ejercido desde la Asociación a numerosas actuaciones y decisiones del poder político no es precisamente, como parece insinuar el presidente del sindicato CSI-CSIF, la mejor plataforma para buscar objetivos y ventajas personales. Si éste fuera el objetivo, habríamos errado completamente en el procedimiento. Más bien, aunque no se quiera reconocer ni valorar por algunos, el impulso y mantenimiento de esta Asociación nos presenta, en numerosas ocasiones, como elementos incómodos. El sentimiento de incomodidad parecen compartirlo algunos responsables políticos de la Administración y algunos responsables sindicales. Las funciones están claramente delimitadas, pero como Asociación deseamos velar también para que las funciones políticas y sindicales se ejerzan con total respeto a la legalidad y a los valores constitucionales que han de regir la actividad de la Administración Pública.
Hasta la fecha, por ejemplo, nadie –ni responsables políticos ni sindicales- ha querido aclarar por qué la cláusula de revisión salarial pactada entre Administración y sindicatos no se ha recogido, como exige el ordenamiento jurídico, en la Ley de Presupuestos de la Comunidad Autónoma. Digámoslo con total claridad: toda conquista social que socave el Estado de Derecho no es conquista social, mal que nos pese.
Todos los que formamos parte de esta Asociación somos profesionales de la función pública y, por lo tanto, no eludiremos compromisos con el buen funcionamiento de los servicios públicos. Tampoco hemos dejado de ser ciudadanos y, por lo tanto, somos titulares de todos los derechos y libertades que tal condición conlleva, derechos cuyo ejercicio sólo puede dignificar a las personas. Ni incoherencia ni rubor puede haber en ello.
Si los sindicatos sometiesen su actuación y la de sus representantes a códigos éticos de conducta, pensamos que hechos como el protagonizado recientemente por el presidente autonómico de CSI-CSIF no se producirían.
En suma, nada tiene que ver la labor de esta Asociación con la “vía política” a la que parece aludir el presidente del sindicato CSI-CSIF. No existe vinculación alguna con ningún partido ni como asociación ni como conjunto de asociados, cuyo pluralismo está más que demostrado en el conjunto de nuestras actuaciones y documentos. No corresponde, en ningún caso, a los sindicatos juzgar el quehacer de cada funcionario, pertenezca o no a esta Asociación, y mucho menos las opciones personales de cada cual en el libre ejercicio de sus derechos de ciudadanía.
Este color tan azulado me recuerda los carteles sobre "las ideas claras".
ResponderEliminar¿Por qué se habla de "los sindicatos" cuando se quiere contestar a CSI-CSIF?
ResponderEliminar¿Y por qué quiere la Asociación cargarse la cláusula de revisióm salarial?
Creo entender del texto redactado por la asociación que no se trata de cargarse la clausula de revisión salarial. Sino de que ésta figure dentro del espacio normativo que le corresponde, osea, la Ley de presupuestos.
ResponderEliminarAtentamente,
Buena y valiente respuesta. Parece que dan la callada por respuesta. De cualquier manera nuestra cultura organizativa no tiene nada que ver con los objetivos de salud laboral que tanto preconiza la administración y los sindicatos. Es un buen campo para su actuación
ResponderEliminar¿dónde está la cláusula de revisión salarial, sería la pregunta? ¿en la ley? ¿en el boletín oficial? ¿dónde? ¿lo sabe alguien? ¿nos hemos olvidado de los requisitos legales existentes para que un acuerdo de las mesas de negociación adquiera eficacia?, ¿es posible pactar la aplicación de fondos públicos para un fin no autorizado por el Parlamento al aprobar la ley de presupuestos? ¿quién ha atribuido potestad presupuestaria a las mesas de negociación? ¿por qué se rehuye el debate por todas las partes implicadas? ¿es mejor coger el dinero y no preguntar? ¿ya hemos llegado a ese nivel de desgobierno?
ResponderEliminar¿dónde está la cláusula de revisión salarial, sería la pregunta? ¿en la ley? ¿en el boletín oficial? ¿dónde? ¿lo sabe alguien? ¿nos hemos olvidado de los requisitos legales existentes para que un acuerdo de las mesas de negociación adquiera eficacia?, ¿es posible pactar la aplicación de fondos públicos para un fin no autorizado por el Parlamento al aprobar la ley de presupuestos? ¿quién ha atribuido potestad presupuestaria a las mesas de negociación? ¿por qué se rehuye el debate por todas las partes implicadas? ¿es mejor coger el dinero y no preguntar? ¿ya hemos llegado a ese nivel de desgobierno?
ResponderEliminar¿dónde está la cláusula de revisión salarial, sería la pregunta? ¿en la ley? ¿en el boletín oficial? ¿dónde? ¿lo sabe alguien? ¿nos hemos olvidado de los requisitos legales existentes para que un acuerdo de las mesas de negociación adquiera eficacia?, ¿es posible pactar la aplicación de fondos públicos para un fin no autorizado por el Parlamento al aprobar la ley de presupuestos? ¿quién ha atribuido potestad presupuestaria a las mesas de negociación? ¿por qué se rehuye el debate por todas las partes implicadas? ¿es mejor coger el dinero y no preguntar? ¿ya hemos llegado a ese nivel de desgobierno?
ResponderEliminar¿dónde está la cláusula de revisión salarial, sería la pregunta? ¿en la ley? ¿en el boletín oficial? ¿dónde? ¿lo sabe alguien? ¿nos hemos olvidado de los requisitos legales existentes para que un acuerdo de las mesas de negociación adquiera eficacia?, ¿es posible pactar la aplicación de fondos públicos para un fin no autorizado por el Parlamento al aprobar la ley de presupuestos? ¿quién ha atribuido potestad presupuestaria a las mesas de negociación? ¿por qué se rehuye el debate por todas las partes implicadas? ¿es mejor coger el dinero y no preguntar? ¿ya hemos llegado a ese nivel de desgobierno?
ResponderEliminar¿No es la segunda carta que CSIF dedica a atacar a los miembros de la Asociación? ¿Por qué tienen esta fijación esa gente?
ResponderEliminarEste blog asociativo, al menos en su apartado de comentarios, parece el blog de las preguntas: ¿es un método para hacer pensar o se debe a la dificultad de hallar respuesta a tantos interrogantes?
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