El
Gobierno de Aragón, en su sesión de ayer martes, tomó conocimiento del
Anteproyecto de Ley de la Función Pública
de Aragón. Quiere ello decir que el
Gobierno de Aragón no aprobó el Proyecto de Ley para su remisión a las Cortes
de Aragón, sino que se limitó, como prevé el artículo 37 de la Ley del Presidente y del
Gobierno de Aragón, en su nueva redacción, a conocer el proyecto normativo
elaborado por el Departamento competente –el de Hacienda y Administración Pública-
y a decidir sobre los “ulteriores trámites”, como son las consultas, dictámenes
e informes que resulten convenientes, así como sobre los términos de su
realización, sin perjuicio de los legalmente preceptivos.
A
diferencia del Proyecto de Ley de Calidad de los Servicios Públicos, en el que no
hubo trámite de participación alguno en su procedimiento de elaboración, todo
parece indicar que las cosas van a discurrir de otro modo en el presente caso,
pues parece inconcebible que una Ley con la trascendencia de la propuesta –cuyo
ámbito incluye al personal de las entidades locales aragonesas y de la Universidad de
Zaragoza- no sea objeto de un amplio
proceso de participación y consultas, con debates de carácter doctrinal y,
sobre todo, social, para tratar de definir cuál es la Administración
deseable para la sociedad del siglo XXI, a partir del modelo constitucional
establecido.
Como
ya se ha señalado por esta Asociación en numerosas ocasiones, y así se acordó
en la pasada asamblea ordinaria de 25 de abril, en la que se establecieron las
líneas prioritarias de actuación, la participación en el debate de los
contenidos de la futura Ley, en los marcos que se establezcan para ello –incluida,
si fuera precisa, la comparecencia ante la Comisión de Peticiones de las Cortes de Aragón- constituye
una prioridad para nosotros, y ello a pesar de que no basta con tener una buena
Ley si luego no se cuenta con el compromiso político de aplicarla y con la cultura
de legalidad necesaria para no desvirtuarla con medidas contrarias a la misma. La
situación actual, con manifiestos incumplimientos de la Ley de Ordenación de la Función Pública de la Comunidad Autónoma
de Aragón es claro ejemplo de ello.
Esta
Asociación desea mantener en días próximos un encuentro con el Director General
de la Función Pública
y Calidad de los Servicios, Ignacio Murillo, para conocer en más detalle la
orientación básica del proyecto normativo –más allá de su estricta redacción- y
las previsiones en cuanto a su calendario de tramitación y aprobación. Desde
luego, dicho texto pasa a ser una prioridad en los trabajos de debate interno
de la Asociación,
por lo que a lo largo de todo el proceso que se inicia ahora la Junta Directiva de la Asociación estará
abierta a todas las observaciones que deseen hacernos tanto los miembros de la Asociación como los demás
empleados públicos de cualquiera de las Administraciones Públicas aragonesas a
las que afectará la futura Ley de Función Pública.
Hay que proponerse mejorar el texto en todo lo que sea posible.
ResponderEliminarAnimo en la tarea.
ResponderEliminarComo siempre, en este anteproyecto la función pública local sale bastante malparada; normal, puesto que la Ley ha sido redactada por funcionarios autonómicos que son incapaces de ver más allá de su propio ombligo. Debería ser lo contrario puesto que la única función verdaderamente pública, la que de verdad conoce los problemas de la ciudadanía es la local, el resto: autonomías y comarcas, nada más que verborrea y chalaneos.
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