La reciente concesión del Premio Nobel de la Paz a la Unión Europea permite apreciar, en perspectiva, el valor que el proyecto de unidad europea representa en el fortalecimiento de la paz y de la democracia en el mundo. La Unión Europea no sólo ha supuesto, desde sus orígenes, una iniciativa llamada a la reconciliación de los pueblos europeos, tras la terrible experiencia de la II Guerra Mundial, y a la reunificación del continente, tras la caída del Muro de Berlín, sino que ha sido un importante agente internacional en el apoyo al desarrollo y a la democratización del conjunto de los pueblos del mundo.
De acuerdo con el artículo 2 del vigente Tratado de la Unión Europea, "la Unión se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías. Estos valores son comunes a los Estados miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre hombres y mujeres".
Añade el Tratado, en su artículo 3.1, "la Unión tiene como finalidad promover la paz, sus valores y el bienestar de sus pueblos". Muchos otros pronunciamientos contenidos en las Disposiciones comunes del Título I del Tratado de la Unión Europea reflejan el acervo de principios y objetivos que constituyen un programa de acción política al que todos podemos sentirnos convocados, para tratar de hacer realidad nuestras mejores aspiraciones de convivencia libre y de sociedad justa y solidaria.
Las dificultades presentes -los posibles errores con que se pueda estar abordando la grave crisis económica desde las instituciones europeas- y las amenazas de reacciones nacionalistas o populistas insolidarias con el proyecto europeo no son sino acicate para reforzar nuestro compromiso con el proyecto europeo y los valores que encarna. Y a no menospreciar su significación contribuye sin duda el merecido premio otorgado por el Comité Nobel. Como europeos nos podemos sentir partícipes de dicho reconocimiento, para seguir trabajando por la plena vigencia de los valores que proclama el Tratado de la Unión Europea e impulsar su extensión al resto del mundo, donde la Unión Europea, pese a sus dificultades, constituye un modelo de libertad y de progreso.
De acuerdo con el artículo 2 del vigente Tratado de la Unión Europea, "la Unión se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías. Estos valores son comunes a los Estados miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre hombres y mujeres".
Añade el Tratado, en su artículo 3.1, "la Unión tiene como finalidad promover la paz, sus valores y el bienestar de sus pueblos". Muchos otros pronunciamientos contenidos en las Disposiciones comunes del Título I del Tratado de la Unión Europea reflejan el acervo de principios y objetivos que constituyen un programa de acción política al que todos podemos sentirnos convocados, para tratar de hacer realidad nuestras mejores aspiraciones de convivencia libre y de sociedad justa y solidaria.
Las dificultades presentes -los posibles errores con que se pueda estar abordando la grave crisis económica desde las instituciones europeas- y las amenazas de reacciones nacionalistas o populistas insolidarias con el proyecto europeo no son sino acicate para reforzar nuestro compromiso con el proyecto europeo y los valores que encarna. Y a no menospreciar su significación contribuye sin duda el merecido premio otorgado por el Comité Nobel. Como europeos nos podemos sentir partícipes de dicho reconocimiento, para seguir trabajando por la plena vigencia de los valores que proclama el Tratado de la Unión Europea e impulsar su extensión al resto del mundo, donde la Unión Europea, pese a sus dificultades, constituye un modelo de libertad y de progreso.